En un rincón secreto de nuestro planeta, bajo el manto estrellado de la noche, existe un grupo de héroes sin capa ni espada, cuyas hazañas pasan desapercibidas para la mayoría, pero cuya labor esencial sostiene la vida misma en nuestro mundo. Son los guardianes anónimos de la tierra y su noble tarea es la agricultura, el arte ancestral de cultivar la tierra y alimentar a la humanidad.
El papel de la agricultura es de particular relevancia y destaca por su importancia singular. Implica la preparación, el acondicionamiento, la guía y la supervisión de los procesos naturales que culminan en la creación de seres vivos de los que obtenemos los productos necesarios para nuestra subsistencia.
Ese guardián que ahora llamamos agricultor, con sus sabidurías ancestrales, continúa cultivando la tierra hasta el día de hoy. Caracterizado por su singularidad y su atractivo, a partir de una pequeña semilla, emplea los vastos recursos disponibles en la tierra, el aire y el agua, que en el pasado se consideraban los tres elementos fundamentales del mundo, para propiciar la germinación y el crecimiento de plantas. Estas plantas pueden ser aprovechadas directamente por el ser humano o proporcionadas a los animales. Estos últimos, a su vez, transforman la materia orgánica generada por las plantas a partir de materia inanimada en una forma de vida más avanzada. Finalmente, estos productos resultantes son utilizados por el hombre.
La población puede carecer de tecnología y modernismo, pero no de alimentos. Esta actividad económica es muy conocida por ser mayoritariamente practicada en la zona de la sierra, donde el hombre del campo se levanta día a día para llevar a cabo el arte de cultivar. Denominado arte porque, mediante técnicas y actividades cuidadosamente realizadas, interviene en un proceso de vida y lucha contra los constantes cambios de la naturaleza.
Los guardianes anónimos de la tierra nos muestran que no todos los héroes llevan capa o vuelan por los cielos, pero su trabajo es uno de los más nobles y cruciales para la vida en nuestro planeta, por lo que es importante reconocer y apreciar la invaluable labor de nuestros hermanos agricultores, quienes desempeñan un papel fundamental en la producción de alimentos. Además, es esencial fortalecer esta actividad económica a través de la aplicación de la ciencia y la tecnología. Esto beneficiaría a la seguridad alimentaria de miles de peruanos.