El primer juguete de Cristhian Pacheco, oro en los Juegos Panamericanos, fue un balón de fútbol. Allá, entre las montañas y los paisajes serranos, él soñaba tocar el cielo azul de su natal Huancayo metiendo goles. Los que lo conocen dicen que pasaba horas de horas en el campo deportivo de Coto Coto, en el distrito de Chilca. Sin embargo, cuando cumplió la mayoría de edad conoció su verdadero amor: el fondismo.
► Lima 2019: Cristhian Pacheco ganó la segunda medalla de oro para Perú | VIDEO
Su hermano fue el encargado de llenarle la cabeza con temas referentes a esta nueva disciplina. Por ello, Cristhian decidió probar suerte y se inscribió a una carrera. El reto era doble, debía ser rápido pero sin el esférico en sus pies. Aquella competencia la ganó y fue el punto de partida. En la actualidad, ya con 26 años, es el mejor fondista peruano y una de las grandes esperanzas que tiene nuestro país para conquistar medallas en los Juegos Panamericanos.
Pero antes de ganar este cartel, Cristhian tuvo que pasar, como se dice, las de Caín y Abel. Una vez convencido de su capacidad, Cristhian se volvió un maniático del fondismo. Cambió su forma de alimentarse, sus horarios de dormir y levantarse. Pero todo eso no era suficiente, tuvo que trabajar de todo para poder solventar ese sueño de ser el mejor en lo que hacía: fue ayudante de tienda y vendedor ambulante de artículos de limpieza, por ejemplo. “Al principio todo fue duro, comencé a correr con unas zapatillas de diez soles”, describió así el peruano aquel duro momento en su vida.
Las piernas y los brazos le decían que ya era suficiente al término de cada jornada, la gente le indicaba que no valía la pena arriesgar tanto. Sin embargo, a los 23 años quedó tercero en su primera maratón: la Maratón de los Andes de Sudamérica (que se realiza sobre los 3.330 m.s.n.m.). Doce meses después se impuso en esta misma competencia y recibió un premio económico. Cristian tenía razón, sí podía vivir de su pasión, y trabajando duro, su sueño podía hacerse realidad.
¿Había motivos para creer en que Cristhian logre el oro en Lima 2019? Cris –como le dicen sus amigos– tenía razones de sobra para ilusionarse con ello. Él fue campeón sudamericano en la Maratón de Buenos Aires, en setiembre del año pasado, y fue tercero en la tabla general. Esa misma temporada ganó la carrera Quito-UN 15K en Ecuador.
Antes logró clasificar a sus primeros Juegos Olímpicos en la Maratón de Rotterdam (2016), y estableció el tiempo requerido para llegar a Río 2016 (fue el mejor latino de la competencia). También fue el segundo atleta más joven en participar en la Maratón de Río 2016 (primero estuvo un japonés de 21 años), en la que estuvo en el puesto 3 en los primeros 25 kilómetros de la competencia, pero no pudo sostener el ritmo y finalizó en el puesto 52 (2h:18m:41s). “Hemos hecho todo lo que podíamos”, dijo en ese instante.
Pero el nivel de Cristhian se sostiene en el tiempo: es presente y no solo pasado. Hace unos meses nada más, logró el segundo lugar de la edición 45 de la Media Maratón de Cobán, en Guatemala, con un registro de 1h:06m:08s. Nuestro compatriota solo fue superado por el keniata Daniel Muteti, que terminó la prueba en 1h:05m:16s.
Pero, lejos de su gran resistencia física y velocidad, es la mentalidad ganadora lo que distingue a Pacheco y la que lo ha convertido en referente en el deporte peruano. “Para mí no existe el segundo lugar, yo voy a ganar”, es una frase que se ha vuelto su lema de guerra, que se repite en su mente mientras compite.
Esa fortaleza mental la trasladó a cada minuto en la que compitió en la maratón de Lima 2019. No comenzó a la cabeza de la carrera pero con el transcurrir de la competencia de largo aliento fue acomodándose en el primer lugar. Al final, Cristhian Pacheco le dio a Perú su segunda medalla de oro en estos Panamericanos, emocionando a los presentes en el Parque Kennedy de Miraflores.
Así como con Paolo en la selección de fútbol peruana, en los Panamericanos en fondismo también tenemos un guerrero. Ese es Cristhian Pacheco, un campeón de bandera.