El paisaje ha cambiado en el barranco donde se hallan los sarcófagos de Karajía. Hace cinco semanas, un huaico cayó a tan solo ocho metros de estas manifestaciones funerarias de la cultura Chachapoyas, de más de 500 años de antigüedad. Hasta ahora el lodo se aprecia sobre los ataúdes con formas humanas.
Aunque el barro no ingresó a la gruta donde se encuentran los sarcófagos, la población de la zona está preocupada por la posible caída de nuevos aludes.
“Los sarcófagos están en riesgo”, asegura Fredy Chuquizuta, presidente de la Asociación de Turismo de Cruzpata, pequeño pueblo ubicado a un kilómetro del sitio arqueológico. “El terreno es movedizo y una nueva lluvia fuerte podría hacer que el barro entre a la gruta”, advierte.
Los ataúdes de Karajía se ubican en el distrito de Luya, en Amazonas. Días atrás, esta región –junto a otras 13– fue declarada en emergencia debido al riesgo de sufrir inundaciones a raíz del fenómeno de El Niño.
“Ahora no está lloviendo mucho, porque ya empezó el invierno, pero a fines de setiembre volverán las precipitaciones”, agregó Chuquizuta. No obstante, a raíz de El Niño, las lluvias podrían adelantarse. El Senamhi reporta para hoy chubascos ligeros durante la noche.
Protección natural
Freddy Gómez, titular de la Dirección Regional de Comercio Exterior y Turismo de Amazonas, informó que con pobladores de la zona están coordinando acciones de protección para los sarcófagos.
“Una opción que estamos manejando es la siembra de árboles, como el aliso o el pino, para evitar los deslizamientos”, sostuvo.