Amazonas. A las 8 de la mañana, a tres mil metros sobre el nivel del mar, las nubes se dispersan entre los bosques húmedos y develan la fortaleza de Kuélap. Desde el poblado de Nuevo Tingo, a unos 37 kilómetros de distancia por carretera, la ciudadela de piedra de más de seis hectáreas que servía como lugar de culto para los Chachapoyas parece una miniatura dibujada sobre el cerro La Berreta.
En la actualidad, solo hay dos formas de llegar a la fortaleza: a pie (tres horas) y en auto (dos horas). Se espera que con el sistema de telecabinas de Kuélap, el panorama sea distinto y más atractivo. “Llegar a Kuélap tardará solo veinte minutos”, dice Fausto Cornejo, coordinador del Plan Copesco Nacional del Ministerio de Comercio Exterior y Turismo (Mincetur).
Después de un año y cuatro meses de haberse iniciado su construcción, el sistema de telecabinas de Kuélap está a un 95% de avance y, según el Mincetur, empezaría a funcionar a fines de año.
Las expectativas son altas no solo para los lugareños de Nuevo Tingo, Longuita y María, sino también para los turistas que se detienen en el camino para observar el movimiento de las cabinas que ya funcionan a paso lento.
En un recorrido por la zona, El Comercio comprobó que las 26 cabinas –trasladarán como máximo a ocho personas cada una– están aún en fase de prueba. De igual forma, la estación de embarque, así como los andenes de salida y llegada aún no han sido concluidos.
“Estamos colocando ichu en los techos para ir acorde con la armonía visual de la zona”, agrega Cornejo. Un grupo de mujeres del poblado de María se encarga de seleccionar con las manos el ichu que se va a utilizar. Los operarios de la Concesionaria Telecabinas Kuélap S.A. aseguran que se ha utilizado mano de obra local en todo el proceso de construcción.
Tal como lo establece el contrato de concesión, las cabinas también han sido diseñadas de un color acorde al panorama de Kuélap para que no difieran del paisaje. A la distancia, logran perderse entre los bosques.
—El corredor nororiental—
Con este sistema de telecabinas –el primero en funcionar en el país–, el Gobierno se ha trazado un objetivo ambicioso: triplicar el número de visitantes que llegan al complejo arqueológico cada año. Es decir, pasar de 40 mil a cerca de 120 mil turistas (nacionales y extranjeros).
“Si es menos, el Estado deberá pagar a la concesionaria la diferencia”, explica José Álvarez Ramos, jefe de la Dirección Regional de Comercio Exterior y Turismo (Dircetur) de Amazonas. El proyecto de telecabinas fue ejecutado a través de una asociación público-privada cofinanciada. La Concesionaria Telecabinas Kuélap S.A., integrada por una empresa francesa y otra peruana, tiene la concesión de la obra por veinte años.
Para Álvarez, el reto es factible no solo por los nuevos vuelos comerciales a Jaén (Cajamarca) –a solo tres horas de Chachapoyas–, sino porque desde el Gobierno Regional de Amazonas se piensa impulsar un corredor turístico nororiental que empalme los atractivos turísticos de la región con los de Tarapoto, Cajamarca y Trujillo. La capacidad hotelera en Amazonas, según Álvarez, es para 330 mil personas al año.
Para incentivar el turismo en la región, el Plan Copesco Nacional iniciará el próximo mes la puesta en valor de diez sitios arqueológicos de la zona a través del corredor turístico Alto Utcubamba.
El director regional de Cultura de Amazonas, José Trauco Ramos, asegura que el funcionamiento del sistema de telecabinas de Kuélap, así como la recuperación de los sitios arqueológicos que la rodean fortalecerán los trámites que el Gobierno realiza para que la fortaleza sea considerada Patrimonio Mundial por la Unesco. “Kuélap ya fue aceptada en la lista”, agrega.