Huarmey. Mientras muchas familias continúan llorando a los 37 pasajeros que perdieron la vida en el cuádruple choque ocurrido el lunes, a la altura del km 315 de la Panamericana Norte, hay quienes agradecen al destino por el milagro de sobrevivir.
Ellos son las más de 60 personas que, según los reportes oficiales, viajaban en los buses de las empresas Erick El Rojo, de placa T4F-950, y Challenger, de placa A5K-962. Aunque resultaron con golpes y múltiples cortes en el cuerpo, varios de ellos evolucionan favorablemente en hospitales como el Eleazar Guzmán Barrón, de Nuevo Chimbote.
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— Sociedad El Comercio (@sociedad_ECpe) marzo 23, 2015
De acuerdo con el Ministerio de Salud (Minsa), este nosocomio atiende a 15 sobrevivientes. Hasta el cierre de esta edición, 13 habían sido dados de alta. Solo quedaron Ruth Sánchez Longa (15) y Angélica Huertas Rivas (36), ambas miembros del Movimiento Misionero Mundial (MMM).
“Iba en el asiento 31 del bus de Murga Serrano, junto a mi hermana [de 13 años], quien también sobrevivió. No recuerdo qué pasó porque venía durmiendo. Solo sentí cuando el bus se cayó y dio dos vueltas. Cuando desperté vi a las personas tiradas”, contó la adolescente a El Comercio.
La historia de Angélica es similar. También dormía a la hora del accidente, descanso que dijo haber logrado pese a que le parecía que el bus “iba a gran velocidad”. “No sé cómo estoy viva. Solo sé que mi vida estuvo en manos de Dios, que Él sabe qué propósito tiene”, agregó.
A algunos kilómetros de allí, en una cama del Hospital III de Essalud de Chimbote, Esteban Chávez Eslava (49) comparte la fe de Angélica. Tal y como hacen Marta Rugel Castillo e Isabel Castillo Valdivieso, quienes no pudieron evitar el llano al recordar cómo debieron abrirse paso entre las víctimas para salir de los vehículos siniestrados.
“Fue un infierno. Vimos los buses chocados, a la gente desesperada. Es un milagro que sigamos con vida“, afirmó Isabel.
IDENTIFICACIÓN A CUENTA GOTAS
Tony Huapaya Chupaya, de la Fiscalía Provincial de Huarmey, asumió la investigación del caso. Para ello, solicitó la participación de antropólogos forenses para que ayuden a identificar a las víctimas que quedaron irreconocibles por las fracturas.
En Chiclayo, cinco de las víctimas ya reconocidas del accidente, integrantes del MMM, fueron enterradas ayer en los cementerios Jardines de la Paz de Pimentel y El Ángel. Voceros del grupo religioso dijeron que a esta ciudad llegarán 26 víctimas más. El resto recibirá sepultura en Moyobamba (San Martín) y Pacasmayo (La Libertad).