El pasado lunes en un megaoperativo en el penal de Socabaya, en Arequipa, incautaron 35 celulares, 25 baterías, 17 USB además de drogas y otras sustancias. Pese que cada semana realizan requisas siempre encuentran aparatos prohibidos en las celdas. Los sistemas de control de esta prisión son limitados. El personal del Instituto Nacional Penitenciario del Perú (INPE) solo cuenta con Garrett, detector de metales de mano y realizan las inspecciones físicas.
► Arequipa: incautan 35 celulares y 17 USB en megaoperativo en penal de Socabaya
Pero esta situación será por poco tiempo. El nuevo penal que se está construyendo será una de las cárceles modelos en el Perú. Están levantando seis pabellones para varones y dos para mujeres con altos niveles de control y seguridad como los que hay en los aeropuertos internacionales.
La vigilancia estará a cargo de un esquipo especializado que contará con una central de monitoreo a cargo 358 cámaras de video vigilancia y seis cámaras térmicas con emisiones infrarrojos que detectan el calor corporal. Además, para evitar posibles fugas se colocarán sensores de movimiento en la malla perimetral.
Todas las puertas serán eléctricas controlados por un sistema computarizado. Los accesos contarán con arcos detectores de metales y habrá un equipo body scan para la inspección corporal y ya no se realizarán las revisiones físicas. Los alimentos también pasaran por estos equipos para detectar objetos prohibidos.
Las instalaciones del actual penal de Socabaya fueron construidos hace 30 años. Tienen capacidad para albergar 600 internos, pero hay 2.300 presos. El nuevo penal disminuirá el hacinamiento, porque está hecho para 1620 presos. Cuando culminen la nueva infraestructura, en cada celda estarán ocho presos, ahora los internos hasta duermen en el suelo. La inversión del nuevo penal asciende a S/ 191′574.350 y ya se encuentra en un 20 % de avance.
- Resocialización -
El director general de la Oficina Regional Sur del INPE, Edwin Salazar Álvarez, contó a El Comercio que construirán 10 aulas para el Centro de Educación Básica Alternativa (CEBA) y 20 aulas para el Centro de Educación Técnico Productivo (CETPRO). Cada aula tendrá una capacidad entre 25 a 30 alumnos.
Se implementarán 23 talleres productivos para trabajo, en las especialidades de manualidades, artesanía, tejido a máquina, confección textil, tejido manual, yute, zapatería, carpintería en madera, carpintería en melanina, coriplastía, carpintería metálica y otros.
También construirá una clínica con cinco tópicos, farmacia, rayos X, laboratorio, área de esterilización, lavandería, tres consultorios para mujeres y cinco consultorios para varones, esto para evitar que los internos tengan que ser trasladados a un hospital fuera del establecimiento.
“Toda esta infraestructura es para darle mejores condiciones de habitabilidad a las personas privadas de su libertad y cumplir con el objetivo de la resocialización. Al momento tenemos 18 convenios con empresas que han montado sus talleres en el penal y dan trabajo a los presos. El objetivo que es que cuando los liberemos salgan con un oficio para reinsertarse en el mercado laboral”, resaltó Salazar Álvarez.