Rodrigo Ventocilla había viajado hasta Bali para disfrutar de su luna de miel con su esposo, Sebastián Marallano. Tras siete años de relación finalmente se habían casado y sus amigos les regalaron un viaje de celebración. Cinco días más tarde del arribo a dicha isla de Indonesia, Rodrigo fallece en un hospital al que la Policía lo había trasladado.
La detención de Rodrigo y su posterior fallecimiento fue producto de un caso de transfobia, así lo definieron en exclusiva para El Comercio el abogado del caso, Julio Arbizu [JA] y el vocero de la familia Ventocilla Marallano, Luzmo Henríquez [LH].
—¿Cómo un viaje de luna de miel tuvo ese desenlace?
Luzmo Henríquez: Ellos [Sebastián y Rodrigo] se casaron en mayo en Chile porque acá no hay matrimonio igualitario. Rodrigo estaba trabajando en Johannesburgo, Sudáfrica. Tras su matrimonio, sus compañeros de Harvard le regalaron una luna de miel en Bali y como fue un presente, los pasajes quedaron desfasados un par de horas. Rodrigo llegó primero que Sebastián el 6 de agosto. Lo primero que sucede cuando él [Rodrigo] llega, y esto tiene que quedar muy claro, lo detienen porque su documento identidad [DNI] no era acorde a su identidad de género. Es decir, el nombre con el género que dice su documento no tenía que ver con su apariencia y eso está indicado en el parte policial ya que se lo transforma en un sospechoso.
—¿Fue transfobia?
LH: Justamente eso es la transfobia.
Julio Arbizu: Los aeropuertos tienen protocolos azarosos de revisión a los visitantes, los migrantes. En este caso, lo que guio la elección de de Rodrigo para que sea sometido a una revisión fue esa discordancia entre su identidad y sus datos en el pasaporte. Eso ya es un elemento de transfobia.
—¿Entonces no hubo una captura inicial por supuesta posesión de drogas?
LH: Eso está en el parte policial, que esa es la detención. La información que llegó primero es la que dio la policía de Indonesia. Ella extorsionó, secuestró, torturó y en condiciones inexplicables murió en nuestros uno de nuestros compatriotas, de nuestros compañeros.
JA: Inicialmente se le detiene a Rodrigo después de haber sido seleccionado en razón de su identidad de género. Lo someten a una inspección y hallan una serie de productos derivados del Cannabis que estaban con prescripción médica. Él entregó los documentos probatorios de eso. Sin embargo, permaneció detenido. Cuando llegó Sebastián, fue internado con su esposo en la misma carceleta porque la policía tomó esa decisión. No solamente estuvieron privados de su libertad todo este tiempo, sino también absolutamente incomunicados; incluso sin poder acceder a conferenciar con sus abogados que su familia y Harvard consiguieron. Cosa que es una un elemental garantía del debido proceso.
—¿Cuál era la situación de ellos?
LH: Estuvieron detenidos en esta carceleta mientras eran torturados física y psicológicamente. Además, les iban pidiendo sumas de dinero que acrecentaban. Llegaron a pedirles 100 mil dólares a cada uno. Después, en circunstancias que aún necesitamos investigar, ellos nos avisan y aparecen en el hospital inconscientes. Finalmente Rodrigo muere.
Lo que se está esperando es que llegue su cuerpo a Perú porque no se permitió hacer un autopsia independiente allá. Cuando arribe se hará el examen para nosotros tener la información de qué es lo que sucedió, pero además para que las familias no tengan que pasar por la revictimización de tener un funeral y luego realizar una exhumación.
—¿Consideraron correcta la labor de la Cancillería del Perú?
JA: Tuvimos una comunicación con el con el canciller, Miguel Ángel Rodríguez Mackay. A pedido suyo acudimos a la Cancillería con la mamá de Rodrigo y su tía. Ahí tuvimos una conversación con él. Explicó que su persona no había autorizado ese comunicado, cosa bastante extraña, por decirlo, pero bueno... En ese momento se comprometió a publicar en redes sociales uno nuevo retractándose del anterior.
La labor de la Cancillería fue absolutamente ineficiente porque no se acercaron a tiempo en Bali. El cónsul peruano en Yakarta, Julio Tenorio, recibió la comunicación de la familia al día siguiente de ocurridos los hechos [la captura]. Una vez que que Rodrigo y Sebastián pudieron hablar, porque estaban incomunicados la mayor parte del tiempo, ellos llamaron para decir varias cosas: que habían sido detenidos, que estaban siendo sometidos a una serie de vejámenes y agravios; además eran extorsionados permanentemente por la policía Indonesia.
A pesar de eso, y que el cónsul conocía el lugar donde está sentado el cuerpo diplomático peruano en Indonesia, que es un lugar altamente conservador con altos índices de transfobia y corrupción, no acudió a garantizar los derechos fundamentales. Demoraron 5 días, llegaron un día después cuando Rodrigo ya había fallecido.
LH: El artículo 267 del Reglamento Consular del Perú menciona que la Oficina Consular tiene un deber de protección de los peruanos de sus circunscripción que incluye prestar ayuda a aquellos que se encuentren bajo detención. Por ley, Tenorio había adquirido la posición de garante en lo que respecta a los connacionales que se encontraban bajo poder de la Policía de Indonesia. El hecho de que él decida no asistirlos también tiene que ver con un acto de transfobia. Él decide dejarlos en esas condiciones hasta que Rodrigo llega a la muerte.
—¿Cómo liberaron a Sebastián?
JA: En realidad él nunca tuvo cargos.
—¿Entonces por qué lo detuvieron?
JA: Porque él acudió en auxilio de su esposo y no conozco cuáles son las normas reglamentarias de Indonesia pero él fue puesto en mi mismo centro de reclusión. No tenia ninguna lógica que ambos hayan estado incomunicados, o sea, ni siquiera quien tenía cargos y mucho menos quien no los tenía. Pero el caso es que ambos estuvieron [Rodrigo y Sebastián] recluidos, incomunicados y sometidos a una serie de vejámenes físicos y psicológicos.
—¿Rodrigo estaba detenido y Sebastián casi secuestrado?
LH: No, no es casi. Fue secuestrado.
—¿Su retorno fue seguro?
LH: Hay que recalcar algo bien importante: el gobierno peruano no trajo de vuelta Sebastián. Fueron las familias con organizaciones nacionales e internacionales de derechos humanos que coordinaron un rescate con una red humana para traerlo a salvo. Nadie merece morir por un nombre, la transfobia mata.
Necesitamos urgente que la Fiscalía realice la necropsia apenas llegue el cuerpo de Rodrigo para tener un funeral como se merece la familia después de tanto dolor y Sebastián también lo merece porque él vio morir a su esposo. Eran felices, llevaban siete años juntos. Recién se habían casado, estaban celebrando su amor. Después hemos sido testigos de todo lo que han pasado para llegar a este momento de la vida. Han logrando cosas increíbles y que les pase esto es muy horroroso la verdad.
—¿Cómo va el proceso de repatriación de los restos?
JA: Entiendo que que se está haciendo, y no precisamente por la Cancillería. No sé hasta que hasta que punto ellos estén haciendo algún trámite directamente con con las autoridades de allá, pero lo que sí está ocurriendo es que la aseguradora de Rodrigo, la de Harvard, porque él es un estudiante de posgrado de ahí, está haciendo los esfuerzos para la repatriación del cuerpo que igual es un trámite complejo es un país lejano. Hay una legislación bastante compleja.
—¿Es un caso de violación de derechos humanos?
LH: Fueron secuestrados, extorsionados y torturados. Uno de ellos falleció en situaciones que hay que esclarecer. Necesitamos que un cuerpo llegue para hacer una autopsia y que la familia tenga un poco de paz.
JA: A pesar de no tener cargos, Sebastián tenía resguardo policial, incluso en el hospital. Una vez fallecido Rodrigo, su esposo seguía con el resguardo. Después fue puesto en libertad sin ningún problema, pero ya había sufrido una serie hechos se consideran como una violación de derechos humanos. La tortura es un un grave violación de derechos humanos y ellos la sufrieron.
—¿Qué acciones legales han presentado?
JA: Este fin de semana se ha presentado una denuncia por tortura contra funcionarios indonesios y contra el cónsul peruano en Indonesia, Julio Tenorio. Esto se ha presentado en Lima y está activada la jurisdicción peruana para dar a investigar y juzgar delitos de graves violaciones a los derechos humanos en jurisdicción interna.
Es muy importante que la investigación se abra pronto para que la Fiscalía pueda solicitar la pericia necrológica sobre el cuerpo de Rodrigo y no tenga que ser exhumado posteriormente. Es decir, que los restos no lleguen antes de la apertura de esta investigación. Es probable que llegue a Perú este fin de semana.
Mediante una nota de prensa que abarcó 12 puntos a resaltar sobre el caso Ventocilla Marallano, declararon que se les otorgó sus derechos como sospechosos, incluyendo la posibilidad de comunicarse con su familia, acceder a abogados y servicios de salud.
Asimismo, comentaron que no existió discriminación alguna en contra de Rodrigo durante el arresto.
Además, comunicaron que Sebastián Marallano fue autorizado para acompañar a su esposo por consideraciones humanitarias y que nunca existió arresto ni detención contra él.
Resaltaron que producto a una ingesta de medicamentos la pareja experimentó vómitos y fue trasladada al Hospital General Central de Sanglah para recibir tratamiento intensivo.
La muerte de Sebastián, según el parte médico que menciona la embajada, fue "insuficiencia orgánica múltiple causada por la intoxicación de sertralina, bupropión y quetiapina, y otras causas de muerte fueron la intoxicación por consumo de marihuana y benzodiacepina".
Subrayaron que el representante de la familia de Ventocilla realizó una declaración escrita donde se negó a realizar la autopsia del cuerpo de Rodrigo.
La Embajada de la República de Indonesia en Lima se declaró a disposición del Ministerio de Relaciones Exteriores del Perú para facilitar información adicional.
El 24 de agosto el Ministerio de Relaciones Exteriores publicó un comunicado declarando que se llevaron a cabo las acciones adecuadas al caso y que la detención no correspondió a actos de discriminación racial y transfobia. El documento inicial generó rechazó e indignación en diversos grupos y colectivos LGTBIQ , al no mostrar solidaridad ni mencionar un potencial abuso de los derechos humanos contra la pareja.
Días posteriores al inicial comunicado, se generó un segundo donde se dirigieron directamente a la familia de Rodrigo Ventocilla, resaltando que se habían reunido con ella. Además, subrayaron que el Canciller ha iniciado medidas administrativas conducentes a una investigación interna con el fin de generar mejoras profundas, sustantivas y correctivas.