Los fallecimientos de recién nacidos reportados en los últimos días evidencian una realidad adversa que se vive en los principales hospitales del país. Según cifras del Ministerio de Salud (Minsa), en lo que va del año han muerto 1.817 recién nacidos. De estos, 1.291 fueron prematuros, es decir, con un período de gestación menor a las 37 semanas.
Esta condición es uno de los principales factores que originan las muertes neonatales (antes de los 28 días de vida). Según el Centro Nacional de Epidemiología, Prevención y Control de Enfermedades del ministerio, representa el 71% de las muertes de este rubro en lo que va del año, y el 31% de las principales causas de muerte, por encima de las infecciones o malformaciones congénitas.
La prematuridad se refleja en el bajo peso al nacer. Los episodios más críticos se presentan cuando los bebes nacen con menos de 3 kilos. Los niños que la padecen tienen mayor riesgo de sufrir complicaciones en su salud durante las primeras semanas de vida, debido a que sus órganos no están completamente desarrollados.
—Estado actual—
En los últimos 20 años, el Perú ha tenido una reducción sostenida de la mortalidad infantil. Este indicador –que mide los fallecimientos en menores antes de cumplir el primer año de vida– pasó de 33 por cada mil nacidos vivos a inicios del 2000 a solo 15 el año pasado, según la Encuesta Demográfica y de Salud Familiar (Endes). Esta cifra es similar al promedio de América Latina, pero aún es mayor que la de países como México o Chile.
En tanto, la tasa de mortalidad neonatal (antes de los 28 días de nacidos) pasó de 18 a 10 por cada mil nacidos en dicho período. Pese a que también tuvo un descenso, está en un nivel superior al promedio latinoamericano (9,6) y no se ha reducido en los últimos cuatro años.
Para el exministro de Salud, Óscar Ugarte, en los últimos años este indicador ocupa una mayor proporción en la mortalidad infantil y es el más difícil de reducir.
“A inicios de los 90, la tasa de mortalidad neonatal representaba poco menos de la mitad de las muertes infantiles. Mientras esta última se redujo de 57 a 15 por mil nacidos desde esa fecha, la neonatal solo bajó de 27 a 10. De los 15 casos por mil que hay al año, 10 mueren antes del primer mes, y siete mueren solo en la primera semana. Este período es crítico”, explica.
En lo que va del año, más de la mitad de muertes de este tipo se concentran en regiones como Lima, La Libertad, Cusco, Lambayeque, Loreto, Junín y Puno.
—Tema de fondo—
Frente a este escenario, el Minsa señala que ejecuta esfuerzos para reducir la mortalidad infantil. Entre estos figura el aumento del presupuesto en salud materno-neonatal de S/1.604 a S/1.810 millones en el último año.
La titular del sector, Zulema Tomás, explicó días atrás que, desde este año, la compra de incubadoras, respiradores y otros implementos para la atención de recién nacidos está a cargo de los gobiernos regionales. Sin embargo, estos presentan demoras por la falta de gestores en el sector.
El viceministro de Salud Pública, Gustavo Rosell, señaló a El Comercio que el ministerio actualmente brinda asistencia técnica y acompañamiento a este nivel de gobierno. Añadió que diversas evaluaciones realizadas en el sector revelan que las regiones deben fortalecer sus competencias y capacidad resolutiva.
“Las Diresas tienen los recursos para la contratación de personal especializado y la compra de instrumentos. Como ministerio buscamos la atención inmediata de los pacientes hasta que el sistema pueda dar una respuesta integral, mejorando el primer nivel de atención. Ningún niño deja de ser atendido porque pasa a ser asegurado por el SIS”, comenta.
Javier Pérez de Armas, profesor de Economía de la Universidad del Pacífico, considera que el problema de la gestión pública está centrado en la falta de recursos humanos. Señala que, por ejemplo, los funcionarios de salud en Lambayeque no invirtieron los recursos para adquirir incubadoras.
“El presupuesto destinado para cunas térmicas y otros elementos era de S/1’084.000, pero al 6 de setiembre no se ejecutó ni un sol. Es sobre todo un problema de recursos humanos. Se tiene que empezar a formar gente desde la gestión”, señala.
Para Ugarte, la solución también debe priorizar la prevención, basada en los controles prenatales, así como la lactancia materna. Según el Minsa, los controles oportunos reducen hasta en 50% los partos prematuros. El especialista añade que los casos más críticos de embarazos riesgosos se dan en las madres adolescentes.
“Las gestantes deben pasar al menos por seis controles durante el embarazo para que se pueda detectar si la madre sufre desnutrición, anemia o si el feto no crece adecuadamente. Hay que darles toda la protección desde su nacimiento para evitar que adquieran infecciones u otro tipo de enfermedades”, recomienda.
Rosell anuncia un nuevo modelo para el cuidado de gestantes que fortalecerá el primer nivel de atención. “Necesitamos identificar casa por casa a las gestantes para que no tengan complicaciones. Una vez registrada la madre, se le asignará al recién nacido un personal de salud y un agente comunitario”, explica.
El plan empezará a ejecutarse en diciembre en Lima y se extenderá a Huancavelica, Huánuco, San Martín y Loreto.