Los goeglifos dañados el sábado en la pampa de Nasca tienen entre mil a dos mil años de antiguedad (Foto: Ministerio de Cultura)
Luis García Bendezú

Los daños que dejó un camión en tres geoglifos de la pampa de Nasca, en Ica, son reversibles. Así lo dijo el arqueólogo Johny Isla Cuadrado, responsable del Sistema de Gestión para el Patrimonio Cultural en Nasca y Palma, entidad del Ministerio de Cultura.

Este nuevo atentado contra las Líneas de Nasca ocurrió la tarde del sábado 27 de enero, a la altura del kilómetro 424 de la Panamericana Sur. Según se informó, el chofer Jainer Jesús Flores Vigo, de 40 años, ingresó con su camión a la zona protegida y dejó profundas huellas en un área de 50 por 100 metros. Tres geoglifos con forma de líneas rectas fueron dañados por los neumáticos.

De acuerdo con las autoridades, a ambos lados de la Panamericana Sur –entre Palpa y Nasca– hay letreros que prohíben el ingreso a la zona protegida de la pampa.

“El camión dejó una afectación de grado medio, es decir, reparable. Nosotros tenemos personas entrenadas para restablecer la superficie del terreno y hacer los trazos de los geoglifos dañados”, comentó Isla en conversación con El Comercio.

El arqueólogo añadió que las Líneas de Nasca han sido afectadas por décadas, incluso por la construcción de la Panamericana Sur. “En la época del terrorismo, un campamento militar se estableció en una zona de geoglifos al lado de la carretera”, recordó Isla.

Ana María Ortiz de Zevallos, jefa de la Dirección Desconcentrada de Cultura de Ica, dijo que desde el 2015 cuentan con fondos de la Embajada de Estados Unidos para la conservación de los geoglifos de Nasca. Con ese dinero se han reparado figuras de valor histórico en los últimos años.

Comparecencia
El Poder Judicial decidió ayer otorgar comparecencia restringida al chofer Jainer Flores Vigo. Es decir, él seguirá en libertad un proceso por el delito de atentado contra monumentos arqueológicos que persigue el Ministerio Público.

Según el artículo 226 del Código Penal, quien depreda o remueve monumentos arqueológicos prehispánicos puede recibir una pena de entre tres y seis años de cárcel.

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