Buenos Aires llora. El mar ha sido tan implacable con el balneario trujillano, que ha dejado 32 viviendas inhabitables y 52 familias afectadas.
“Ayúdenme, no tengo dónde vivir con mi hija y mis nietos”, clama Idola Lobato Vásquez. Su humilde vivienda se ubicaba en el malecón Colón, en Buenos Aires Sur, la zona más afectada tras el oleaje anómalo del fin de semana y la erosión costera que ha destruido más de ocho kilómetros de playa en Trujillo y otras provincias de la región La Libertad.
Entre el inmueble de Idola y el mar hay menos de 100 metros. Lo que fue su cocina ahora luce enterrada por la arena que trajo el océano.
“La casa me costó S/.4.500. La compré con la ilusión de vivir tranquila, pero hoy todo se ha hecho agua”, cuenta resignada Juana, la hija de Idola.
Desde el último sábado, esta familia vive en una carpa que ha sido ubicada en la calle Mathey, a espaldas de su inhabitable vivienda.
En el lugar solo tienen un colchón y sobra espacio para la resignación.
“No sabemos hasta cuándo vamos a estar acá”, coinciden madre e hija.
PELIGRO LATENTE
Luego del devastador oleaje, la Subgerencia de Defensa Civil del Gobierno Regional de La Libertad ha instalado 45 carpas en distintas calles y losas deportivas de Buenos Aires Sur. También ha entregado 60 colchones e igual número de frazadas. No obstante, la ayuda resulta insuficiente. Por razones de seguridad, la energía eléctrica ha sido cortada.
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