(Foto: Difusión)
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Redacción EC

“A´i”, dice Donalia Ycahuate Baneo (69) mientras señala con su dedo índice la lluvia que cae sin cesar sobre un poblado de Yurimaguas, en la región Loreto. Ella es una de las ocho personas que todavía habla munichi, una lengua originaria que está a punto de desaparecer y que solo se escucha, aunque cada vez menos, en Villa Munichis, una pequeña localidad abrasada por una temperatura de 33 grados y ubicada a 20 minutos de la ciudad de Yurimaguas, a la que se llega por un camino afirmado.

Ella recuerda que su madre solo le hablaba en munichi, pero más tarde aprendió quechua cuando llegaron pobladores shawi y kichwa. Luego arribaron colonos que solo hablaban castellano y los munichi se fueron reduciendo cultural y demográficamente.

El escenario cambió gradualmente. El castellano pasó a ser la lengua predominante y, además, era reforzado en las escuelas. Con el tiempo, la lengua munichi dejó de hablarse.

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- Revalorar la lengua -
Donalia ha asumido el compromiso de ser la guardiana de la lengua munichi. Está empeñada en su revaloración. Con el apoyo del Ministerio de Educación (Minedu) ha organizado talleres y un congreso con el propósito de rescatar el munichi y dotarlo de un alfabeto.

A esta actividad llegó con sus tres nietos para participar en jornadas de trabajo en las que se habló de su cultura, se mostraron objetos creados y utilizados por sus antepasados y se hurgó en las palabras perdidas del munichi.

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“Yúuse”, que en la lengua munichi significa “gracias”, fue la palabra más repetida en el congreso. Allí, un equipo de lingüistas fue delineando las grafías del alfabeto para escribir en esta lengua originaria y practicó la pronunciación con la ayuda de los ocho hablantes de la comunidad. Entusiasmados, los munichi comenzaron entonces a reconocerse en sus palabras, en la que estaba expresada una cosmovisión.

Culminaba así un proceso de dos años que se inició con un diagnóstico sociolingüístico que permitió identificar a los hablantes y descendientes munichi. Cuenta con el apoyo de especialistas de la Dirección de Educación Intercultural Bilingüe del Minedu, así como representantes de la UGEL Alto Amazonas y la municipalidad local, el Ministerio de Cultura y autoridades regionales.

Por falta de práctica, los ocho ancianos que hablan munichi no tienen mucha fluidez para expresarse. Sin embargo, todos se sienten optimistas y creen que van a poder revitalizar su lengua originaria.

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