Monja que protesta contra Maduro hace este pedido al Papa
Monja que protesta contra Maduro hace este pedido al Papa
Redacción EC

Llevaron sillas plegables, comida, bebida, libros y hasta juegos para pasar el tiempo. También gorros, bandanas, protector solar o paraguas para enfrentar el sol que hacía sentir los casi 30 grados. Y el kit se completó con dentífrico, antiácido y otros productos para mitigar el efecto de los gases lacrimógenos.

Los manifestantes en Venezuela volvieron a salir a la calles el lunes, en una nueva jornada de protestas para reclamar elecciones generales, el respeto a la Asamblea Nacional, la liberación de los presos políticos y un corredor humanitario.

Los manifestantes demostraron que frente a la violencia, no desiste, se reinventa. Llamaron por primera vez para un "plantón" (paro) masivo en varios puntos estratégicos del país. En Caracas, fue en la autopista Francisco Farjado, la principal conexión entre el este y el oeste, a la altura del Distribuidor Miranda, en Chacao, uno de los bastiones de la oposición el gobierno de Nicolás Maduro .

Con la "resistencia pacífica" sobre su asfalto, la concurrida autopista mostró una postal distinta. En lugar de autos, se llenó de gente sentada sobre almohadones, pañuelos, sillas comiendo, conversando, leyendo libros o jugando a juegos de mesa. Los únicos vehículos que circulaban eran carritos que ofrecían agua, cerveza, plátanos o helados chupi. En lugar de bocinas, se escucharon cánticos improvisados contra el gobierno y discursos sobre la tarima instalada en la Francisco Fajardo.

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— Un pedido al papa Francisco —

Con su hábito blanco complementado con una gorra del mismo color y con una virgen bordada, Angelis Cupu habla sobre la autopista con las otras religiosas con las que suele ir a las marchas. Son cinco, todas Hermanas de la Presentación, del colegio María Santísima, de Caracas.

"Queremos defender los derechos de todos los venezolanos, tenemos 18 años con un gobierno que ha borrado de nuestra historia la prosperidad, el avance. Queremos un cambio para nuestro país, que haya abastecimiento, salud, calidad de vida, que vuelvan todos los venezolanos que se han ido, que cese la represión", dice Angelis a LA NACION en la autopista.

Desde su rol en el colegio -es la madre superiora-, Angelis dice que se les hace "cuesta arriba" educar en la Venezuela de hoy. "El sistema nacional nos obliga a bajar el nivel, porque al gobierno no le interesa tener un pueblo instruido", expresa.

"Es duro cuando los padres de nuestros alumnos nos dicen 'no los podemos mandar porque no tenemos comida para darles'", agrega.

Además, destaca los esfuerzos del Vaticano por mediar en el diálogo entre el oficialismo y la oposición, aunque no hayan sido fructíferos, y le manda un mensaje al Santo Padre: "Al papa Francisco solamente le damos las gracias y pedimos a él su bendición y su oración cada día por este pueblo, le decimos que nosotros sentimos su cercanía y su apoyo paternal, sabemos que contamos con él".

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— La primera marcha —

Mathias sonríe y deja ver una dentadura en plena renovación, típica para un niño de siete años como él. Con su bandera doblada en la mano, una musculosa blanca y de la mano de su madre, Zaida Hurtado, Mathias fue hoy a su primera marcha.

"Lo traje porque pienso que hoy puede ser más pacífico. No me da miedo", dice a La Nación Zaida, y desde atrás se escucha una vocecita: "A mí sí". Mathias se quiere hacer escuchar. "Me da miedo que lancen [gases lacrimógenos] desde el helicóptero", argumenta el niño.

Zaida cuenta que fue a las marchas de las últimas semanas, siempre acompañada por sus dos hijos mayores. Pero esta vez, quiso incluir a Mathias y aprovechó que por el "plantón" no había clases para demostrarle a su hijo cómo protesta frente a la escasez y la crisis que los lleva a tener agua sólo tres veces por semana en su casa de la localidad de Baruta. "Siempre estoy en las marchas, quiero que mi país será otro, que se vaya el gobierno que nos tiene de rehenes", dice la mujer.

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— En carpa —

"Vamos a plantarnos, a estar aquí presentes. Llevamos aquí como dos horas y si seguimos así, hasta que la tarde caiga". Respondiendo al llamado de la Mesa de Unidad de Diálogo (MUD) de a el paro dure todo el día, José Belisario (26) y Ediler Urdaneta (33), se llevaron una carpa y la instalaron sobre el asfalto sobre el que todos los días suelen pasar decenas de miles de autos.

"Todos queremos un cambio, una manera distinta de pensar a la que nos limitan. La crisis me afecta en que voy al supermercado y no consigo cosas del uso diario. En que soy una persona de 26 años que apenas estoy tratando de independizarme, no puedo acceder a una vivienda con un poco más de un sueldo mínimo, ni a un carro", dice José desde la carpa, con su gorra de Venezuela puesta.

El joven cuenta que siempre va a las marchas, y que ya hasta tiene conocidos con los que va afianzándose en cada movilización. "No hay un desgaste, hay más ánimo", dice, sobre el plan de resistencia de la oposición. Detrás suyo, están las bolsas con frutas y agua para pasar la tarde, mientras que están sentados sobre los pañuelos que deberán usar de máscara en caso de represión.

Fuente: LA NACIÓN, GDA

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