La cuenca del Tambo es la más importante del sur del país. En sus 276  kilómetros de longitud, atraviesa tres regiones: Moquegua, Puno y Arequipa. (Foto: José Sotomayor)
Arequipa
Zenaida Condori

En las últimas semanas, los gobernadores regionales de Puno, Walter Aduviri Calisaya; y de Arequipa, Elmer Cáceres Llica, se han enfrentado verbalmente a causa del proyecto Paltuture, una represa que se construirá en la cuenca de Tambo, con capacidad de almacenar 80 millones de metros cúbicos para beneficiar al Valle de Tambo (). Esta presa se construirá en áreas del distrito moqueguano de Ichuña y utilizará aguas que nacen en el territorio puneño.

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En Puno sostienen que esto los dejarán sin agua. Por ello, en setiembre del 2016 interpusieron un medida cautelar para evitar que se licite el proyecto. Cáceres insiste en sacar adelante el proyecto porque, según estudios, se pierden anualmente más 500 millones de m3 en el mar. Las comunidades puneñas que viven en la zona limítrofe se oponen.

Mientras Aduviri y Cáceres se desafían sobre el uso de las aguas de la cuenca del Tambo, en la comunidad donde origina este gran río se enfrenta otro reto: el cambio climático.

-El origen-

La cuenca del Tambo es la más importante del sur del país. En sus 276 kilómetros de longitud, atraviesa tres regiones (Moquegua, Puno y Arequipa), siete provincias y 27 distritos. Irriga los Valles de Omate, en Moquegua; y el de Tambo, en Arequipa, entre otros. Allí se producen principalmente arroz, caña de azúcar, olivo, palta y diversos productos de panllevar.

Nace en las altura del límite de Puno y Moquegua, y desemboca en el océano Pacífico por el distrito arequipeño de Punta de Bombón. Forma un sistema similar a la cuenca Jequetepeque-Zaña (161,50 km), que atraviesa La Libertad, Lambayeque y Cajamarca, pero es de más longitud. Es la segunda cuenca más grande del país, después de la del Amazonas.

En épocas de lluvias (enero, febrero y marzo) el agua es abundante, pero en el resto del año hay escasez. En torno a la disponibilidad de este recurso se han generado conflictos entre regiones y enfrentamientos de la población contra las inversiones privadas. En las grandes ciudades de la sierra sur se disputan el agua, pero casi nadie conoce dónde nace esta cuenca y cuáles son los problemas urgentes que enfrenta.

El Comercio llegó hasta el origen de la cuenca del Tambo, un lugar poco conocido situado a 4.400 m.s.n.m en el distrito de Ichuña, provincia General Sánchez Cerro, en Moquegua. En una extensa y hermosa laguna de alrededor de 490 hectáreas, en las entrañas de la comunidad de Jucumarine, germina la vida de la cuenca del Tambo.

Este gran humedal almacena unos 70 millones de metros cúbicos de agua, aproximadamente. “De ahí brotan las aguas que luego se juntan con las de la laguna de Aziruni, luego se van sumando las aguas provenientes de la cumbre de Hualccani y al unirse con varios riachuelos forman el río Ichuña. En el recorrido, importantes afluentes como el río Paltiture y el Coralaque, dan forma a la gran cuenca del Tambo, que desemboca en el mar peruano”, explica el encargado de la Oficina Agraria de Ichuña, Pedro Ascencio.

Pedro Ascencio. (Foto: José Sotomayor)
Pedro Ascencio. (Foto: José Sotomayor)

-Cada vez menos agua-

Epifanio Mamani ha nacido a las orillas de la laguna Jacumarine. Para llegar hasta su casa, se tiene que viajar hora y media en carro desde el distrito de Ichuña. Luego de recorrer 50 kilómetros se puede observar la majestuosidad de la laguna que tiene la forma de un gran riñón, en cuyas orillas solo habitan 18 familias.

Con sus 50 años a cuestas, Epifano Mamani puede notar la diferencia y percibir aquello del que muchos hablan, el cambio climático. “Antes, de esta laguna rebalsaba agua, pero desde hace ocho años ya no se llena. Cada año hay menos cantidad de lluvias. Nosotros calculamos que su caudal se ha reducido en 30%”, dice. Hasta el momento, ninguna entidad ha realizado una medición oficial.

Epifano Mamani. (Foto: José Sotomayor)
Epifano Mamani. (Foto: José Sotomayor)

La profundidad máxima de la laguna es de 38 metros. Durante 20 años (1995 – 2015), los comuneros de Jucumarine se dedicaron a la producción de truchas. En sus mejores épocas obtenían una tonelada y media de pescado a la semana. Pero por la disminución del caudal han tenido que dejar la crianza. Desde hace tres años han introducido la especie Carachi, un pez que requiere menos agua y cuidados, pero también genera menos ingresos. “Si sigue disminuyendo el agua, también tendremos que dejar de producir Carachi”, agrega Mamani.

Para alimentar a la laguna de Jucumarine, y evitar que siga disminuyendo su caudal, los comuneros han creado una represa natural para llenarla en épocas de lluvias y alimentar a su gran laguna. Pero esta no almacena como se esperaba, por eso recurrieron a sus autoridades locales para buscar recursos y apoyo profesional para mejorar su idea.

La Municipalidad de Ichuña financió las mejoras de la represa natural. Es una pequeña laguna de ocho hectáreas que puede almacenar hasta 7.000 m3. Era una quebrada donde cerraron el cuello para represar el agua. Gracias a esta reserva pueden evitar que el caudal de Jucumarine siga disminuyendo.

El alcalde del distrito, Ángel Paulino, explica que los afluentes naturales de la laguna se secaron por falta de lluvia. Ahora el pequeño reservorio, creado con el presupuesto participativo de la municipalidad, es el principal alimentador de Jucumarine. Allí han invertido S/115.000.

“Los pueblos de las zonas bajas, como el Valle de Tambo, realmente desconocen la situación que vivimos en las partes altas. Lo mismo ocurre con las autoridades de los gobiernos regionales de Arequipa y Puno que se disputan el agua. Ellos no saben los esfuerzos que hacemos para preservar los recursos hídricos. Quisiéramos crear más espejos de agua, más bofedales, son proyectos pequeños, pero no tenemos los recursos para ejecutarlos”, indica.

Los comuneros están esperanzados en que, con la presa que crearon, la laguna de Jucumarine recupere su caudal. Sin embargo todo apunta a que tendrán que buscar otras alternativas para preservar la laguna.

-Tendencia climática-

El jefe regional del Senamhi en Arequipa, Guillermo Gutiérrez, advierte que las condiciones meteorológicas se están modificando por el cambio climático y que estas pueden ser irreversibles.

“En los últimos años hay mucha variabilidad en el clima. Esto no solo ocurre en Ichuña es a nivel mundial, los patrones han cambiado. Se tiene que hacer una evaluación de cómo ha sido el comportamiento en Ichuña. No tenemos estudios reales del impacto del cambio climático. Buscaremos alguna manera de ayudarlos con información”, dice Gutiérrez.

El gerente regional de Agricultura de Arequipa, Jaime Huerta, explica que a través del fondo Sierra Azul ejecutarán 34 cochas en Arequipa en puntos críticos. Las cochas son presas construidas en depresiones naturales, donde se almacena agua de la lluvia. El Gobierno Regional de Arequipa tiene planeado trabajar y darle prioridad a la siembra y cosecha del agua.

Jaime Huerta indica además que harán un diagnóstico para identificar las zonas más críticas de escasez de agua para llegar con proyectos de acuerdo a sus necesidades. Pero Ichuña pertenece al departamento de Moquegua y su alcalde pide que su distrito también sea incluido dentro del proyecto y de ser necesario recibir una compensación de las poblaciones que se benefician del agua que en las alturas preservan.

* “Proyecto Infraestructura Natural para la Seguridad Hídrica”, en alianza con la Fundación Gustavo Mohme Llona.

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