Curioso protagonismo político el que por estos días tienen varios gobernadores y ex gobernadores regionales. Unos están prófugos y acusados de diversos delitos de corrupción: Wilfredo Oscorima en Ayacucho, Gerardo Viñas en Tumbes, José Luis Aguirre en Madre de Dios. Otro, Gregorio Santos, ganó las elecciones regionales en Cajamarca, no asumió por estar en prisión y ahora postulará a la presidencia desde la cárcel. Uno más, Waldo Ríos en Áncash, ganó las elecciones, pero recién pudo asumir varios meses después cuando pagó una reparación civil pendiente. Otro, Luis Otsuka en Madre de Dios, ha tenido serios enfrentamientos con el Ejecutivo por oponerse abiertamente a normas dictadas por el Gobierno Central .
Mientras esto ocurre, varios gobernadores y ex gobernadores se acomodaron en planchas presidenciales para las elecciones del 2016 (ver recuadro inferior). Incluso uno de ellos, César Acuña, renunció al cargo de gobernador de La Libertad para postular directamente como candidato a la presidencia. Acuña tuvo que dejar también el cargo de presidente de la Asamblea Nacional de Gobiernos Regionales (ANGR). Su sucesor es Nelson Chui, de la región Lima.
Chui defiende abiertamente el proceso de regionalización y asegura que, aunque los casos de corrupción en las regiones son reprobables, hay quienes atacan –injustificadamente, dice– a los gobernadores y al proceso de descentralización en su conjunto.
— En el 2015, los gobernadores regionales protagonizaron varios casos policiales por corrupción, algo similar al 2014 y años anteriores. Muy pocas regiones se salvan.
Ha sido un año complicado, sí, pero no solo para los gobiernos regionales. La mayor corrupción está en otros niveles. Sin embargo, algunos comentaristas, periodistas y, sobre todo, políticos han atacado más a los gobiernos regionales.
— Eso es porque los gobernadores tienen un poder político y económico de mucho alcance nacional.
Posiblemente sea eso. Pero de todos modos la descentralización, para mí y para los demás gobernadores regionales, ha sido un éxito. Ha habido defectos, no ha sido fácil, pero es un proceso importante.
— Ustedes deben ser de los pocos que le encuentran virtudes a la regionalización. La mayoría opina que lo único que se descentralizó fue la corrupción. Por desgracia, sobran ejemplos.
Opinan así, lo dicen siempre, pero en la práctica se piensa lo contrario. Los cuatro o cinco partidos que aparecen en los primeros puestos de las encuestas electorales llevan a un gobernador o un ex gobernador en sus planchas. En el fondo saben que la descentralización es importante, que no se puede gobernar sin tener en cuenta a las regiones. Los gobernadores somos ejecutivos, conocemos la problemática regional, estamos inmiscuidos en los problemas del interior del país.
Lee más en nuestra Edición Impresa