El Perú es uno de los países más afectados por el estrés hídrico en América Latina, un problema que ocurre cuando la demanda de agua para el uso de las personas es mayor a la cantidad que produce una fuente. Según el Centro Nacional de Estimación, Prevención y Reducción del Riesgo de Desastres (Cenepred), más de 8 millones de personas están expuestos a un riesgo de déficit hídrico por el fenómeno de El Niño costero. Los pronósticos para los próximos años no son favorables: la Superintendencia Nacional de Servicios de Saneamiento (Sunass) advierte que en el 2040 nuestro país continuaría siendo uno de los más aquejados por el estrés hídrico.
Latinoamérica en conjunto enfrenta esta problemática. De acuerdo con el Instituto de Recursos Mundiales, cerca del 15% del territorio de la región y el 35% de su población están ubicados en zonas con niveles de estrés hídrico moderado a extremo. En esa línea, en el 2040, el 43% de la población latinoamericana viviría en zonas de estrés hídrico moderado a extremo. Resulta importante un diálogo entre los países de la región sobre cómo garantizar los servicios de agua potable y saneamiento frente al impacto del déficit hídrico, una de las probables consecuencias del fenómeno El Niño costero.
Por ello, el último miércoles, Lima fue la sede del XV Foro Iberoamericano de Regulación, que convocó a expertos y representantes de organismos reguladores de 18 países de América Latina y Portugal. De esta forma, se pudo conocer las experiencias de otras naciones para sostener los servicios de agua potable y alcantarillado ante eventos extremos como sequías o inundaciones.
“Este evento permite fortalecer la colaboración y el intercambio de conocimientos entre los organismos reguladores de la región, así como promover la sostenibilidad de los servicios de agua potable y saneamiento en Latinoamérica y el Caribe”, sostuvo Mauro Gutiérrez, presidente ejecutivo de Sunass, en la inaguración del foro. Esta institución preside la Asociación de Entes Reguladores de Agua y Saneamiento de las Américas (Aderasa).
Un ejemplo internacional acerca de cómo afrontar un desabastecimiento de agua potable producto de un fenómeno extremo es el caso de Uruguay. La falta de lluvias en el primer semestre del año ocasionó que las reservas de la represa Paso Severino, principal fuente de abastecimiento de agua potable para Montevideo y el área metropolitana, desciendan hasta el 1,7% de su capacidad total a principios de julio.
2021: Nivel de agua en la reserva de Paso Severino, la principal fuente de abastecimiento de agua para Montevideo
Nivel de represa de Paso Severino en junio.
Sandra Rodríguez, funcionaria en la Unidad Reguladora de Servicios de Energía y Agua de Uruguay (URSEA), explicó la estrategia que aplicó en junio el gobierno uruguayo para mejorar la calidad de agua que llegaba a los hogares de 1,7 millones de personas en el área metropolitana, donde el incremento de los niveles de sodio por la falta de lluvias la convirtió en prácticamente imbebible.
“Se determinó la construcción de una represa en la localidad de Parador Tajes que permitió al río Santa Lucía bombear agua hacia arriba para que se embalse con el agua dulce del río San José. De esta manera, además del agua de la represa de Paso Severino, el fluido se mantuvo con los niveles de salinidad y cloruro adecuados para el consumo de los ciudadanos”, explicó Rodríguez.
Por otro lado, Mauro Gutiérrez declaró a El Comercio sobre el impacto multidimensional del agua potable, una característica que determina por qué las empresas reguladoras deben garantizar que todos los ciudadanos accedan a este servicio.
“En los hogares con servicio de agua potable, los casos de diarrea se reducen en 10%. A nivel rural, en los colegios que tienen acceso a servicios de saneamiento, los estudiantes mejoran sus notas, se enferman menos y se reduce la decersión. Además, las familias con acceso a agua potable pagan hasta 6 veces menos que aquellas que compran a las cisternas”, detalló.
¿Qué planes de contingencia se implementarán ante el Niño Costero?
Mauro Gutiérrez mencionó a El Comercio que desde Sunass está impulsando el desarrollo de planes de contingencia a nivel nacional con las 50 empresas prestadoras (EP) de servicios de saneamiento del Perú ante la llegada de El Niño Costero que podría ocasionar intensas lluvias en el norte y centro del país, o déficit de estas en la zona sur.
“En el norte, se está trabajando para que, ante un aniego o inundación en un punto de la región, las EPS instalen de inmediato bombas que succionen y retiren el agua acumulada. Ya se ha empezado en Piura y continuará así en más regiones para no actuar recién cuando se desate la emergencia. En el sur, el plan de contingencia exige que las EPS desarrollen una estrategia para enviar camiones cisternas y otros medios no convencionales de abastecimiento a las zonas donde exista sequía”, manifestó.
LEER MÁS: De documentos sobre Marita Barreto a información sobre la JNJ: todos los hallazgos en oficina de asesor de Patricia Benavides
Por otro lado, el presidente ejecutivo de Sunass mencionó que el cierre de brechas en los servicios de agua y saneamiento requiere 120.000 millones de soles en inversiones hasta el 2030. Sin embargo, los programas de inversiones vigentes de las 50 EPS cuentan con 712 millones de soles anuales, un “presupuesto insuficiente”. Por ello, Gutiérrez invoca a que el Ejecutivo aumentae el presupuesto destinado a los servicios de saneamiento.
Así también, Gutiérrez sostuvo que debe preservarse la autonomía de Sunass para apruebar las tarifas y precios de los servicios de las empresas prestadoras de agua a nivel nacional para que la población reciba servicios de saneamiento en condiciones de calidad.