Las picanterías, aquellos espacios que atesoran la memoria y sabor de nuestras cocinas regionales, regentadas por mujeres que desde hace tres siglos preservan la tradición picantera peruana, también tienen un espacio en la feria Mistura 2017.
Para reafirmar ese rol fundacional que han tenido las mujeres en la cocina peruana, La Chayo, La Chomba y Victoria encienden el fuego de sus picanterías que, por unos días, han trasladado sus fogones a Lima.
“En la picantería de mi mamá se mantiene la historia y la tradición. Hace 49 años La Chayo se inició en Piura como una chichería y fue creciendo hasta convertirse en una picantería”, recuerda Rosario Zapata, responsable del stand de La Chayo.
Este año, esta picantería de Catacaos ha resistido las inclemencias de El Niño costero y, pese a los baches del camino, ha llegado a Mistura 2017 como representante de Piura.
La Chayo ofrece una ronda criolla de seco de chabelo con majado de yuca y carne aliñada con chifles y sarsa; y seco de cabrito con frejoles, arroz y tamalito verde.
Al lado de esta representante de la comida piurana se encuentra La Chomba, que desde Cusco lleva a Mistura 2017 un apetitoso lechón al horno con tamal cusqueño y papas doradas.
Además, ofrecen malaya frita con capchi de habas, una crema hecha a base de papa, queso, leche y habas. “Cuando vengan a La Chomba no se olviden de preguntar por nuestra frutillada, la van a disfrutar mucho”, recomienda Rosmery Meléndez, heredera de los secretos culinarios de esta picantería con 57 años de historia gastronómica.
"Cómete Arequipa en cuatro sabores" completa la zona de picanterías de Mistura 2017. Además de Victoria, de la reconocida cocinera Benita Quicaño, que cautiva a los mistureros con chicharrón de chancho, estofado de res, sango y ocopa arequipeña.
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