"La gestión de riesgos y desastres es el último eslabón"
"La gestión de riesgos y desastres es el último eslabón"
Redacción EC

RALPH ZAPATA RUIZ

Como pocos especialistas, el director del , Hipólito Cruchaga, tiene claro que si bien Piura experimenta un rápido crecimiento económico, eso no va acompañado de una adecuada gestión de riesgos y desastres. Cruchaga asegura que la seguridad de las ciudades y de la población queda como el “último eslabón” y, añade que  los colegios y hospitales de la región son inseguros.

— ¿Por qué no se declaró el estado de emergencia en Piura por la falta de lluvias?
La gente pedía la declaratoria de emergencia pero para eso se necesitaba la opinión favorable de Senamhi. Este organismo nunca se pronunció porque no consideró la ausencia de lluvias como una sequía. En cambio Morropón y La Matanza sí declararon la situación de emergencia y atendieron a su población con forraje para el ganado.

— Hasta el momento, ¿cuáles son los daños?
El reporte es el siguiente: 70 mil hectáreas de pastos que no crecieron, que es una consecuencia directa por la cual el ganado está muriendo. También hay 20 mil hectáreas de arroz que se han dejado de sembrar. Además, 10 mil hectáreas migraron hacia cultivos que necesitaban menos agua. Con las lluvias de la semana pasada las represas han aumentado su capacidad: Poechos tiene 130 millones de m3 y San Lorenzo 30 millones de m3.

—¿Cuál es la cantidad de animales muertos?
Más de 250 cabezas de ganado han fallecido por inanición y falta de agua.

— ¿Y cuántos se encuentran en riesgo de muerte?
Hay entre 5 mil y 8 mil cabezas de ganado en riesgo pero con las lluvias de la semana pasada hay esperanza.

—¿Podría generarse una escasez de alimentos?
Eso está descartado. Lo que sí se prevé es que haya un aumento en el precio de los productos pues hay menos cantidad de hectáreas sembradas, que significa menos oferta en el mercado.

—¿Puede decirse que la situación está bajo control?
No, porque no es una variable manejada por el hombre. Depende mucho de las lluvias. Estas incrementan las reservas de Poechos y la crítica situación de San Lorenzo, que en algún momento llegó a 11 millones de m3. El Alto Piura depende mucho de las lluvias. Allí sí tendremos problemas. 

— ¿Se pudo evitar ésta situación?
Senamhi pudo haber dado  algunos campanazos, pero recordemos que la meteorología no es una ciencia exacta, trabaja con pronósticos. 

— ¿Qué acciones se pudieron emprender desde los  gobiernos locales?
Pudieron controlar mejor el uso del agua pues existió un uso irracional del recurso tal como fue reconocido por los agricultores de plantaciones permanentes. Los gobiernos locales pudieron destinar presupuestos para comprar forrajes, y capacitar a la población para almacenar agua. 

—¿Qué lección nos queda?
Un estudioso dice que estos ciclos irregulares duran 30 años, de los cuales nosotros llevamos 10. ¿Quién te dice que el próximo año tengamos un fenómeno de El Niño? Es urgente que nos preparemos para los efectos del cambio climático.

—¿Se está tomando en serio  el tema de la seguridad?
No estamos viendo con seriedad fenómenos como la sequía o el . Los alcaldes hacen canchitas de fútbol, que son obras importantes, pero están dejando de lado la seguridad de su población. La semana pasada lloraban porque  no había agua y ahora lo hacen porque hay deslizamientos.

— ¿Considera que la seguridad es tema primordial para las autoridades?
La gestión de riesgos y  desastres es el último eslabón en los municipios. Solo la atienden cuando hay desastres y ahí pasa a ser su prioridad. Pero cuando todo es felicidad, no hay lluvias y los campos lucen verdes, no se acuerdan.

—¿Qué tan bien implementadas se encuentran las oficinas de Defensa Civil?
Piura tiene 64 distritos. Solo las oficinas provinciales de Defensa Civil están bien implementadas, y ocho más de algunos distritos. De ellas sobresalen Tambogrande y  Castilla pero el resto solo se acuerda de Defensa Civil cuando ocurren desastres, como sequías o lluvias.

— El lunes comienzan las clases, ¿cuántos colegios son seguros?
Los últimos informes hablan del  70%  de instituciones educativas (algo de 2.100) que tienen problemas. No solo de infraestructura, sino también en cuanto a electricidad, agua y ausencia de brigadas internas. Y si hablamos de hospitales ninguno es seguro.

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