Ayabaca ha sido, desde el inicio de los tiempos de la coca, la ruta primigenia de tráfico de droga hacia Ecuador y Colombia. Antes de 1998 era solo una ruta de paso de la Pasta Básica de Cocaína (PBC) que se producía en el Vraem y el Alto Huallaga, pero luego se convirtió en un centro para procesar y refinar el clorhidrato de cocaína.
Según Inteligencia de la Policía, en esta provincia hay 12 clanes familiares que controlan el negocio de la droga.
La mayoría son acopiadores de la sustancia, pero también hay dueños de laboratorios, refiere el especialista en narcotráfico, Jaime Antezana, quien estuvo en Ayabaca desde octubre del 2014 hasta inicios de este año. Durante su estancia logró indagar sobre los 12 clanes de ‘narcos’ que imperan en la provincia.
“Trabajan allí hace veinte años, y son protegidos por ‘narcofiscales’, ‘narcopolicías’. Ellos tienen empresas fachadas que usan para lavar activos, principalmente grifos, maquinaria pesada, empresas de transporte y bienes inmuebles”, comentó.
Los clanes familiares de Ayabaca –según Antezana– lavan sus activos del narcotráfico en Sullana y Piura. Aquí construyen lujosos ‘palacios’ de cinco y seis pisos.
El jefe de la División de Operaciones Especiales Antidrogas (Divoead) Norte, coronel PNP Ricardo Trujillo Cornejo, reconoció que hay un déficit de personal (solo tienen 52 agentes para los departamentos de Piura, Tumbes, La Libertad, Lambayeque y Cajamarca) y que desde el 2012 a la fecha apenas se ha incautado 10 toneladas y media de droga.
Ante el fortalecimiento de las familias narcotraficantes que operan en Ayabaca, el coronel Trujillo pidió la pronta creación de una unidad de lavados de activos para el norte del país.
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