En las últimas dos semanas dos intentos de suicidio pusieron nuevamente la salud mental en el foco de la atención en nuestro país. No obstante, el interés efímero por el tema se fue disipando con los días al punto que hoy casi nadie habla de ello. En medio de este panorama, un promedio de 5 millones de personas en el Perú con algún tipo de problema de salud mental y comportamiento, siguen su lucha diaria. Desde la Dirección de Salud Mental del Ministerio de Salud (Minsa), el objetivo sigue siendo cerrar brechas a nivel nacional con presupuestos que siempre son insuficientes.
En entrevista con El Comercio, July Caballero Peralta, directora Ejecutiva de la Dirección de Salud Mental del Minsa, resalta que desde el 2015 se ha avanzado mucho en la descentralización de los servicios de salud mental. Muestra de ello es que antes de eso, la oferta estaba focalizada en Lima a través de tres hospitales psiquiátricos. Hoy, hay 272 centro de salud mental comunitarios en todo el Perú, los cuales han permitido un mayor número de atenciones en zonas postergadas. Sin embargo, para poder atender a toda la población del país se necesitan al menos 600 de estos establecimientos. Es decir, se tiene menos de la mitad.
Es que la salud mental no solo se restringe a los diagnósticos de ansiedad y depresión, que son los de mayor prevalencia en el Perú y el mundo. Hoy son cada vez más frecuentes los diagnósticos que tienen que ver con trastornos emocionales y del comportamiento en niños y adolescentes, u otros de desarrollo psicológico. Todos con una creciente demanda en Lima y regiones.
La doctora Caballero sostiene que desde el Minsa se hace foco en las llamadas habilidades socioemocionales para resolver la incapacidad de muchas personas para entender y manejar las emociones, propias y ajenas. Ello, asegura, ayuda a derrumbar también los estigmas que se construyen en torno a los colectivos afectados por estas enfermedades, las cuales terminan lastimando tanto o más que la propia condición.
CASOS ATENDIDOS POR TRASTORNOS MENTALES Y DEL COMPORTAMIENTO, SÍNDROME DE MALTRATO Y LESIONES AUTOINFLIGIDAS, PERÚ 2022-2023 (ENE-SET)
—El término “analfabetos emocionales” ha empezado a tomar protagonismo para definir a las personas que tienen una incapacidad para entender y manejar las propias emociones, y al mismo tiempo una dificultad para comprender las de los otros ¿Desde el Minsa también validan este término?
Es un término que lo usan algunos autores para describir las dificultades que se tiene para poder entender y manifestar las propias emociones y la interacción con los demás. Nosotros en el Ministerio de Salud nos alineamos a lo que está normado o aprobado como parte de las leyes que el Congreso aprueba. Nosotros tenemos la ley de salud mental y su reglamento. Ahí hay ciertas definiciones. Por ejemplo, nosotros hablamos sobre habilidades socioemocionales.
Las habilidades socioemocionales son herramientas que nos ayudan, que permiten entender, regular, expresar nuestras emociones, nuestra manera de sentir, de pensar, de mostrar empatía por los demás, de tomar decisiones responsables, de desarrollar nuestros propósitos de vida, de tener una convivencia armónica con los demás, con el entorno, o sea, todo esto es lo que nosotros llamamos el fortalecimiento de las habilidades socioemocionales.
—¿Cómo enfrenta el Minsa esas dificultades socioemocionales en la población?
Desde el Ministerio de Salud estamos impulsando la articulación con el Ministerio de Educación para fortalecer en los estudiantes esta habilidad socioemocional, que de alguna manera son las que le van a permitir, ayudar a identificar, reconocer las emociones, manejarlas, canalizarlas y exteriorizarlas de una manera saludable, pero digamos que no va solo ahí, sino también tiene que ver con la manera como nos relacionamos con nosotros, con el entorno. Las habilidades socioemocionales son muchas, algunas de ellas, por ejemplo, tienen que ver no solo con la identificación y reconocimiento de emociones, tienen que ver con resolución de conflictos, toma decisiones entre otros aspectos, inclusive algunos actualmente incorporan el uso saludable de las tecnologías.
—¿Se piensa que la salud mental de la sociedad se debe enfocar desde la persona que padece el mal y no se incide en el resto de los individuos que interactúan con ellos?
Las personas somos seres sociales, no somos como como islas. Nos relacionamos, interactuamos los unos con nosotros. En ese sentido, las palabras pueden ser potentes y las acciones por supuesto que también. En algunas personas calan más que en otras, por ejemplo, en el caso de los niños, calan mucho las palabras que nos emiten los padres, los cuidadores, las personas adultas significativas, tanto así que cuando nos etiquetan eventualmente de adultos creemos eso, y a veces no sabemos por qué de repente actuamos de una manera, o estamos inseguros, y a veces tiene que ver con la forma como hemos sido criados, porque efectivamente sí nos afecta. Lo bueno es que siendo adultos tenemos esa capacidad de reestructurar formas de pensar y de sentir.
En el caso de las personas que tienen un padecimiento psíquico, un sufrimiento emocional, es muy importante la empatía de los que están a nuestro alrededor, que puedan tratar de ponerse en el lugar de ese otro, e intentar sentir, comprender y respetar también lo que la otra persona está sintiendo. A veces por desconocimiento, emitimos frases como “pon tu parte”, “es un tema de voluntad”, dando a entender que es un tema de debilidad y eso suele ser por desconocimiento o estigma.
"A veces por desconocimiento, emitimos frases como 'pon tu parte', 'es un tema de voluntad', dando a entender que es un tema de debilidad y eso suele ser por desconocimiento o estigma"
—En temas de salud mental el estigma hace tanto daño como la propia enfermedad
Hay todavía mucho estigma en relación a los problemas de salud mental. Se cree que solo con la voluntad es suficiente, entonces yo suelo decir a la gente que tiene su familiar con diabetes, le dirías a ellos que solo depende de su voluntad que estén bien, que su glucosa se va a nivelar solo dependiendo de su voluntad, no. Es cierto, sí depende de su voluntad que sigas su tratamiento, sus citas y todo lo demás, pero va más allá de tu voluntad, de la misma manera hay muchos problemas de salud mental que no dependen de la voluntad del ser humano, más bien hay un sufrimiento que está por dentro.
"Hay muchos problemas de salud mental que no dependen de la voluntad del ser humano, más bien hay un sufrimiento que está por dentro"
Muchas veces las personas estamos más acostumbradas a ver como una herida, algo más aparatoso externamente y pensamos que eso es digamos la gravedad, pero cuando es un sufrimiento interno muchas veces podemos minimizarlo, invalidarlo, juzgarlo, porque no lo entendemos. Es crucial intentar ponernos en el lugar del otro, y entender que esta otra persona no se siente bien así. A veces se confunde y uno cree que es por llamar la atención, y si fuera por llamar la atención uno se pregunta, ¿Qué persona saludable llama la atención de esta manera? Uno llama la atención de otras maneras saludables, no de esa manera disfuncional que afecta contra la integridad de uno. La empatía de las personas es crucial y es esencial, y en algunos casos como en la conducta suicida aún más, porque el suicidio se puede prevenir, generalmente alguien que se va a suicidar va emitiendo señales de alerta, y entonces muchas veces las personas que estamos alrededor, podemos escucharlas, hacerlos sentir que no están solos, que estamos para apoyarlos y también conectarlos con los servicios de salud.
—¿Cuán importante, entonces, es la validación de las emociones del otro?
Muy importante. La validación de las emociones tiene que ver con tratar de ponerse en el lugar del otro, de ser empáticos, y tratar de entender y aceptar al otro. Eso pasa por también ser respetuoso con lo que la otra persona está sintiendo y eso es en todo el curso de vida, a veces a los papás nos pasa mucho con nuestros hijos, que a veces comparamos, y de repente para un adolescente el tema del acné es un estrés, y eso se minimiza, y en realidad cuando uno es un adolescente, el tema del acné puede ser un tema importante, o el tema del enamoramiento o la sexualidad. Entonces sí es importante hacer ese ejercicio de ponernos en el lugar del otro y escucharlos respetuosamente.
—En los últimos años hay diversas condiciones que se diagnostican en jóvenes y en niños que digamos, hace 30 años no eran tan comunes, por ejemplo el síndrome del espectro autista, el TDAH o el síndrome de Asperger. ¿A qué se debe eso?
En verdad hay varias hipótesis y en simultáneo. Algunas de ellas que explican la prevalencia y el incremento de casos tiene que ver con que el personal de salud está un poco más atento a ciertas señales de alerta, entonces se detectan un poco más que antes. Pero también hay otras hipótesis que están en proceso de estudio, como por ejemplo, la exposición a las tecnologías, a las pantallas, mucho más que antes. Tiene que ver con el tema de la dispersión, de la atención, del tema social y cuánto afecta en el desarrollo.
Por ejemplo, con la pandemia hubo muchas restricciones sensoriales, por ejemplo, a los niños más pequeños. No interactuaban con otros niños o no estaban en contacto con la naturaleza. Cuánto de esto podría afectar en su desarrollo, ya no a corto plazo sino a mediano y largo plazo. Entonces hay muchas razones.
Algunas tendrían que ver con factores más biológicos, genéticos, otros con la interacción con el entorno, otros más como el fortalecimiento de capacidades para la detección.
—Desde el Minsa, ¿Cómo se ve la demanda de salud mental en la población respecto a la oferta que se está brindando?
Si bien ha habido un avance en los últimos años, y esto se puede evidenciar con los centros de salud mental, con las unidades de hospitalización en los hospitales generales (actualmente hay 48). También con los hogares protegidos, que son casas para personas con problemas de salud mental complejos, con enfermedad clínica, pero que tienen insuficiente apoyo familiar y social. En estas casas hay ocho personas, ocho usuarios. Ahora, tenemos 94 hogares protegidos a nivel Nacional. Entonces, si bien hay avances, se tiene que seguir trabajando en acortar brechas. También es importante mencionar que este año se han implementado tres servicios de salud mental penitenciarios para la población privada de la libertad y ocho equipos móviles, justamente para las zonas donde hay población que vive en lugares muy dispersos.
En relación a los servicios de salud mental comunitaria requeriríamos para darle una atención a toda la población del país cerca de 600. Vamos ahorita en 272, este año cerraremos con 276, el otro año esperamos llegar a 308. Este año se han asignado presupuestos para fortalecimiento de los centros de salud mental comunitaria personal. Y bueno, también en la formación de profesionales, porque también hay una necesidad de seguir formando más especialistas, por ejemplo, terapeutas de lenguaje, terapeutas profesionales, para atender problemas del neurodesarrollo en niños, de violación, problemas de lenguaje, o trastornos de autoestima.
"Para darle una atención a toda la población del país requerimos cerca de 600 centros de salud mental comunitarios. Ahora tenemos 272, este año cerraremos con 276, el otro año esperamos llegar a 308"
—¿Es suficiente el presupuesto asignado?
El Ministerio de Salud ha gestionado ante el Ministerio de Economía y Finanzas una demanda adicional que ahorita está en manos del Congreso. Es importante mencionar que sin recursos es difícil seguir cerrando brechas y trabajando para mejorar la calidad de la atención. Según la página de Consulta Amigable del MEF el presupuesto que se maneja en todo lo que es salud mental es de más de 700 millones de soles. Para el siguiente año se ha se ha pedido 177 millones más.
Información de servicio
Si necesitas orientación y consejería salud mental, para ti o alguna persona de tu entorno, busca ayuda profesional.
- Para mayor orientación en temas de salud mental puede llamar a la Línea gratuita 113, opción 5. El servicio funciona los 7 días de la semana y las 24 horas del día.
- También puede acercarse a cualquiera de los 272 Centros de Salud Mental Comunitaria (CSMC) a nivel nacional. Estos cuentan con personal especializado en adultos, niñas, niños y adolescentes. Equipos de diferentes disciplinas, de psiquiatría, psicología, servicios sociales, enfermería, así como terapeutas de lenguaje, terapeutas profesionales están a tu disposición. Puedes conocer los CSMC más cercanos a su domicilio ingresando aquí.