A diferencia de la elección del 2014, este año los líderes de las encuestas tienen una ventaja mucho menor frente a sus contrincantes. (Foto: Archivo El Comercio)
A diferencia de la elección del 2014, este año los líderes de las encuestas tienen una ventaja mucho menor frente a sus contrincantes. (Foto: Archivo El Comercio)
Maria Alejandra Campos

Como es sabido, , actual líder de las preferencias electorales, decidió no asistir al debate organizado por el JNE el domingo pasado. El siguiente en las encuestas, , había tomado la misma decisión la semana pasada.

En este contexto, Reggiardo lanzó la convocatoria para que Belmont y él debatan solos en Barrios Altos, en un evento paralelo al oficial organizado por el ente electoral. El candidato adujo que no quería debatir con quienes lo habían “agredido verbalmente”. El argumento es francamente cuestionable puesto que, en primer lugar, no todos los participantes en el debate han agredido al candidato de Perú Patria Segura y, en segundo lugar, ese debería ser un reclamo que se canalice a través del Tribunal de Honor del Pacto Ético Electoral, sin afectar la posibilidad de los ciudadanos de contrastar sus propuestas con las de sus contrincantes.

Además del evidente desprecio mostrado por ambos candidatos hacia los canales institucionales de intercambio de ideas, asumo que su actitud se basa en la creencia de que su posición en las encuestas electorales no se verá afectada, por lo que no vale la pena desgastarse discutiendo contra “candidatos menores”.

Creo que el caso amerita hacer un breve recordaris de la historia reciente de nuestras elecciones municipales, para desmitificar el razonamiento de los actuales punteros.

En el 2014, Luis Castañeda Lossio arrasó en las elecciones. La distancia entre el primer y segundo lugar fue de casi 40 puntos. Sin embargo, el ‘underdog’ de la contienda fue, como recordará el lector, Enrique Cornejo. Hoy Cornejo es cuestionado por sus vínculos con Odebrecht durante su gestión en el gobierno aprista, pero hace cuatro años era un candidato desconocido que inició la campaña con tan solo 3% de intención de voto (según la encuesta de julio del 2014 de El Comercio-Ipsos). Su intención de voto no varió hasta el 28 de setiembre, cuando registró 6%. El día de la elección, el 5 de octubre, Cornejo alcanzó el 16% de los votos emitidos, siendo superado solo por el ganador, Castañeda Lossio.

¿Qué pasó en el último mes que hizo que la candidatura de Cornejo despegara? Principalmente, dos debates: el organizado por este Diario el 24 de setiembre y el del JNE, realizado cuatro días después. Su desempeño en ambos eventos lo posicionó como un candidato técnico e hizo que la mayoría de indecisos –que un mes antes representaban al 20% del electorado– migrase su voto hacia el candidato aprista en la última semana de la campaña.

A diferencia de la elección del 2014, este año los líderes de las encuestas tienen una ventaja mucho menor frente a sus contrincantes. Según la encuesta de El Comercio-Ipsos publicada el 17 de setiembre, Reggiardo aventaja por apenas diez puntos al tercero en la intención de voto, y Belmont le lleva solo seis puntos.

Dados estos antecedentes, puede que la arrogancia mostrada por ambos candidatos les juegue en contra el día de las elecciones. Habrá que ver qué pasa este domingo. Esperemos que los candidatos lleguen mejor preparados para enfrentar el formato del debate, que en el último evento limitó la posibilidad de sustentar propuestas.