El 26 de octubre, Julio Guzmán, líder de esta agrupación, presidió la cuarta cumbre morada en la que se definieron los lineamientos electorales. (Foto:Difusión)
El 26 de octubre, Julio Guzmán, líder de esta agrupación, presidió la cuarta cumbre morada en la que se definieron los lineamientos electorales. (Foto:Difusión)
Paolo Benza

El se prepara para un debut inesperado. “Nos habíamos organizado para el escenario del 2021 [que] era uno de campaña presidencial. Pero nos gusta tener que mostrar lo que podemos hacer antes”, dice Rodolfo Pérez, secretario general de esta agrupación. Esa expectativa se sustenta en una razón coyuntural: consideran que el actual escenario político les es favorable.

“Como están las cosas, es probable que el saldo sea positivo”, dice el politólogo Paolo Sosa. Sobre los hombros de la bancada, sin embargo, recaerá la construcción de la imagen partidaria para las elecciones presidenciales del año siguiente, un trabajo que podría arruinarse por el desprestigio del , opinan los analistas. El partido ha decidido asumir el riesgo.

—Apuesta completa—

El Partido Morado ha puesto sus fichas más importantes en la mesa del 2020. Como adelantó , su líder, en las listas aparecen sus cuadros mejor pintados. Además de Pérez, incluyen al académico Francisco Sagasti, al excongresista Daniel Mora, autor de la Ley Universitaria, y la exzarina anticorrupción Carolina Lizárraga.

Pero un plato más fuerte podría llegar con los invitados. Tres fuentes vinculadas a este partido confirmaron a El Comercio que los parlamentarios del Congreso disuelto Gino Costa y Alberto de Belaunde han aceptado la oferta para integrar la lista por Lima y solo esperan la luz verde del Jurado Nacional de Elecciones para oficializar sus candidaturas. También irá Daniel Olivares, quien fue secretario de comunicación social de la PCM durante el gobierno de Pedro Pablo Kuczynski.

El objetivo –según las fuentes– es tener exposición política durante el año previo a la elección del 2021. “Los partidos no han entendido que esta es la elección más importante [...]. Nuestros mejores cuadros están adelante porque una gestión exitosa fortalecería tremendamente al partido”, dice Pérez.

¿Cuál es el riesgo? Que el Congreso suele ser un escaparate caliente para cualquier agrupación política, por lo que es muy fácil ‘quemarse’. Y la exposición continua abre posibilidades de errores para una bancada sin experiencia trabajando junta. “El Congreso siempre es una fuente de desprestigio. El fujimorismo es ejemplo de eso”, dice el politólogo Félix Puémape.

Aun si la bancada tiene un buen desempeño, el riesgo persiste. “Las expectativas se están cargando mucho para este nuevo Parlamento y podrían ser demasiado altas”, asegura Puémape. Sosa, por el contrario, cree que la exposición se justifica. “Funciona como branding, vas creando imagen y normalizando tu actividad política. Es un riesgo alto, sí, pero vale la pena tomarlo”, afirma.

—Panorama alentador—

La última encuesta de El Comercio-Ipsos los coloca en el tercer lugar en intención de voto en el ámbito nacional. Los morados no arrastran los pasivos que la mayoría de sus competidores adquirió en el último período congresal. “En un probable escenario de polarización entre fujimorismo y antifujimorismo, tienen un buen posicionamiento. Se han colocado como republicanos, una bandera que el antifujimorismo ha tomado”, dice Puémape.

Uno de sus potenciales problemas, sin embargo, está precisamente en el posicionamiento ideológico. La periodista Zenaida Solís, candidata con el 5 por Lima, lo llama el “centro republicano”. Y el problema está en esa primera palabra. “Estamos acostumbrados a derecha o izquierda, y al centro lo dejamos vacío de contenido”, alega. Pero evitar inclinarse hacia un lado o el otro podría lastrar a sus listas partidarias.

“En una elección presidencial el centro capta la atención del votante promedio. No creo que eso vaya a funcionar para una parlamentaria. Su lista tendrá que tomar posiciones claras sobre temas claves. Si algo demostró Guzmán es que no es muy bueno explicando su plataforma: en la última elección, a veces decía una cosa y después otra”, dice Sosa.

Con 5% de intención de voto, levantar banderas polémicas resultará crucial para aprovechar el espacio de crecimiento. “Si tienen una plataforma con ideas vagas, será más atractivo el candidato personalista de la otra lista”, asegura Sosa. No obstante, coincide con Puémape en que el panorama para ellos es alentador. “Tienen todas las posibilidades de conseguir una bancada importante ocupando el espacio antifujimorista”, concluye.

—Estrategia morada—

La estrategia morada para la campaña que se avecina ya está definida: todos los candidatos llevarán una plataforma conjunta. “Tendremos una propuesta conjunta, realizable y con plazos en temas como seguridad, corrupción, educación, reactivación económica o género”, explica Zenaida Solís.

“Me parece un acierto que vayan en bloque, tiene sentido con el discurso de construcción partidaria, de ser diferentes a lo que hay. Además, les facilita el trabajo a los electores. Asocian las ideas al símbolo”, dice Félix Puémape.

El resto, sin embargo, será unificar el discurso. El partido tiene una decena de precandidatos con afiliación previa a partidos de izquierda y Rodolfo Pérez acepta que esa es una de las dos corrientes dentro del partido. “Pero todos confluyen en valores republicanos”, asegura.

—La campaña del 2016—

Rodolfo Pérez, secretario general del Partido Morado, habla en la siguiente entrevista sobre la participación de la agrupación en la campaña electoral del 2016.

Ahora que tienen un partido, ¿considera que fue un error ir con un vientre de alquiler en el 2016?

No era un vientre de alquiler, porque nosotros nos inscribimos en Todos por el Perú, queríamos que fuera una apuesta institucional. Pero sí, son lecciones aprendidas sobre que la organización política es clave. Es algo que hemos aprendido desde experiencias ajenas más todavía. Mira la bancada que tuvo Kuczynski.

¿Pero acepta que quisieron saltarse el esfuerzo de crear un partido?

Es que la campaña del 2016 era una por la renovación política que se necesitaba a gritos. Estaban postulando [Alan] García, [Alejandro] Toledo. Nos volvimos la segunda fuerza política del país en dos meses. Hasta nosotros nos sorprendimos. Queríamos ganar.

Pero el día que los excluyeron no hubo marchas ni nada que se le parezca. ¿Qué pasó?

El proceso [de exclusión] pudo caerse por varios motivos. Soy un convencido de que íbamos a ganar y nos robaron la elección del 2016. Más allá de que hubiese estructura partidaria o no, yo lo veo así. Para mí, esa elección nos la robaron. No puedo describirlo de otra manera, porque así fue.

¿Se van a comprometer con causas polémicas como el aborto o el matrimonio homosexual?

Sobre el matrimonio igualitario, nuestra postura es a favor. Estamos dispuestos a que haya un debate parlamentario en ese sentido. También para el caso del aborto por violación, la posición es a favor.