Al escuchar los pasos de los policías que se acercaban a la habitación que compartía con su actual pareja, el exgobernador del Callao Félix Moreno saltó de la cama alarmado. Su última opción antes de ser detenido fue ocultarse en un ropero. Pero era demasiado tarde. La policía ya lo tenía cercado.
La pieza clave para la captura de Moreno, prófugo de la justicia durante 10 meses, fue su pareja, la abogada Sheyla Villareyes (32), quien, hasta setiembre, trabajaba en la Gerencia de Asesoría Jurídica del Gobierno Regional del Callao. Fue nombrada en agosto del 2017, en la gestión del exgobernador del primer puerto.
“A través de ella, dimos con él”, resalta el coronel Nicasio Zapata, jefe de la División Antisecuestros, que trabajó en coordinación con la Dirección de Inteligencia del Ministerio del Interior para lograr la detención de Moreno, por quien se ofrecía una recompensa de S/150 mil.
—Entre hoteles y casas—
Desde que pasó a la clandestinidad, el 17 de enero de este año, el también exalcalde del Callao se escondió en hoteles cinco estrellas y en viviendas, donde nunca le faltaron las comodidades.
Estuvo oculto en, por lo menos, 9 inmuebles alquilados en Lince, Miraflores, Surco, San Isidro, entre otros distritos. Siempre acompañado por Villareyes. Nunca viajó al interior del país.
“Sabíamos que la abogada era muy allegada a Moreno y que desde hace ocho meses ella estaba desaparecida. No iba a su casa, había cortado todo tipo de comunicación con su familia. Esa fue una pista. La hipótesis era que ellos estaban juntos”, detalla el coronel. La búsqueda, sin embargo, no fue fácil.
“Tuvimos entre 15 a 20 intentos fallidos de captura. Llegábamos a lugares donde sospechábamos que él estaba escondido y se había fugados pocas horas antes o dos días atrás”, cuenta Zapata.
El mes pasado, de acuerdo con información policial, Moreno alquiló una residencia de mil metros cuadrados que contaba con diez habitaciones y una piscina iluminada, en Cieneguilla. Pagaba US$1.500 mensuales. Según los Registros Públicos, la casa le pertenece a una familia de apellido Dulanto.
—Se quiso esconder en un ropero—
A través de seguimientos y cruces de información, la policía puso la mira en Marco Villareyes (30), hermano de la abogada y percusionista de una orquesta chalaca. Él era el único de la familia con quien Sheyla no había perdido comunicación. La policía lo siguió pacientemente y, así, llegaron a la residencia.
Hubo varios días de guardia hasta que, en la noche del lunes, los policías esperaron a que Marco llegara abordo de una camioneta, y tras un tenso interrogatorio, el joven admitió que Moreno estaba adentro. “Lo encontramos justo cuando se escondía en el ropero. Lo primero que expresó fue: ‘¿Cómo han dado conmigo?’”, narró el coronel. La pareja del exgobernador se encontraba con él.
Félix Moreno, preocupado en todo momento por ella, intentó aclarar a los policías que ella lo acompañaba solo esa noche y que no estaba involucrada en nada. La abogada, al igual que su hermano, será procesada por el delito de encubrimiento.
En la mesa de noche de la habitación, el exgobernador guardaba S/10.300, US$200, dos celulares y pastillas para la hipertensión.
En el momento que le colocaban las esposas, Moreno pidió un último favor a la policía: “¿Podrían taparme [las manos] con algo?”. Los agentes no le concedieron el pedido. Al cierre de esta edición, seguía en la carceleta del Poder Judicial. Hoy será internado en un penal.
—La situación judicial de la exautoridad del primer puerto—
1. ¿Se suman las penas que Félix Moreno tiene hasta el momento?
El penalista Rafael Chanjan señala que sí. Por tanto, tendría que cumplir, por ahora, diez años de cárcel. El exfiscal supremo Víctor Cubas acota que el límite general es 35 años. La condena se computa desde ayer “sin perjuicio de la sumatoria de penas que se efectuará en ejecución de sentencia”, dice un oficio del juez Gino Delzo.
2. ¿Podría salir de la cárcel antes de cumplir toda su condena?
Para el delito de colusión solo aplica el beneficio de redención de la pena por trabajo y estudio. Chanjan cree que “en el mejor de los casos” podría salir libre en 5 años, pero lo ve muy improbable. “Tendría que trabajar y estudiar todos los días de su reclusión”, señala. No hay beneficios por el delito de organización criminal.
3. ¿Cuál de las imputaciones en su contra tiene la pena más alta?
Cubas precisa que, por el momento, es el presunto delito de pertenencia a una organización criminal, que se castiga hasta con 15 años de cárcel. “Pero como él tiene otros delitos, la pena podría ser mayor de 15 años. Y si los otros delitos fueran igualmente graves, en ningún caso va a tener más de 35 años”, concluye.