El experto advierte que el populismo puede servir para conectar con la población, pero que siempre fracasa a mediano plazo. (Foto: Juan Ponce/El Comercio)
El experto advierte que el populismo puede servir para conectar con la población, pero que siempre fracasa a mediano plazo. (Foto: Juan Ponce/El Comercio)
Diego Chirinos

Marcelo López llegó al Perú para la XIII Cumbre Mundial de Comunicación Política y en medio de una crisis sobre la cual ensaya algunos alcances.

—¿Cómo analiza, desde fuera, la crisis que hoy vive el Perú?
Esto se ve en gran parte de Latinoamérica. Es un punto de inflexión. Un proceso que empezó con la mecánica perversa de la salida poco republicana de Pedro Pablo Kuczynski. El resto tiene que ver con procesos de corrupción que vive la región.

—¿Un punto de inflexión positivo o negativo?
El Perú decidirá si este es un punto de inflexión positivo. La crisis es una oportunidad. Ustedes son quienes tienen que impulsar el punto de inflexión para bien o para mal.

—Usted sostiene que “en las elecciones nos votamos a nosotros mismos”. ¿El peruano también debe hacerse responsable de la crisis?
A quien se preocupa por qué comerá hoy no le puedes endilgar responsabilidad alguna. Esta es de quienes accedemos a la información y podemos hacer los cambios.

—Pero no solo votamos los informados.
No, pero no le pidas sensatez a gente que está preocupada por qué va a comer.

—Al presidente Vizcarra se le endilgó un estilo populista. ¿Es posible llevarse bien con el 70% del país que vive en la base de la pirámide sin caer en el populismo?
El populismo es una mecánica hábil para tener mayor relación con las personas, pero a corto plazo. A mediano plazo, sus resultados siempre son un desastre.

—Vizcarra anunció el inicio del procedimiento para un referéndum. ¿Qué mensaje podemos interpretar de esa decisión?
No todo es populismo dentro, por ejemplo, del anuncio del referéndum. Hay medidas que son fruto del voluntarismo. No sé si es acertada, pero son interesantes las medidas vinculadas a la permanencia en el poder.

—De cara a las elecciones del 2021, ¿cree que los políticos investigados por corrupción podrían quitarse esa etiqueta de corrupto?
El corrupto se puede transformar en un heroico libertador y justiciero de las causas más nobles simplemente por la necesidad que tiene la gente de creer. Entonces, de pronto aparece un líder que da un poco de certeza a la gente y es posible que se olviden de la corrupción.

—¿Cómo puede afectar la crisis a la próxima campaña?
Espero que esto no lleve a decir: “Nadie sirve” o “que se vayan todos”.

—Ya lo están diciendo.
Por eso. Esperaría que no llegue a masificarse para que, detrás de esto, lleguen personas que ninguno quisiera tener como presidente. Los populistas están agazapados detrás de las crisis, también los antidemocráticos. Nunca se van todos realmente. Ese es el problema.