Los gestos, más que las palabras, suelen ser el lenguaje más usado por la diplomacia en el mundo entero y, lamentablemente –también es un fenómeno global–, los políticos y sus estridentes declaraciones solo distorsionan los caminos de entendimiento que las relaciones exteriores siempre tratan de alcanzar.
Si bien existen fundadas razones para reclamarle a Chile lo que el Perú considera que es de justicia en el caso de espionaje, esto no debe significar de modo alguno declaraciones altisonantes que, lejos de poner las cosas en orden, solo dificultan el entendimiento. En esta segunda etapa del reclamo peruano sobre el espionaje, resulta crucial mantener la calma, pero sobre todo la serenidad.
El último episodio del incidente de espionaje se dio este fin de semana con el envío de la nota diplomática a Chile, tras la respuesta de ese país. En este segundo documento, se ordena el “retiro temporal” del embajador peruano en Santiago hasta no recibir las “satisfacciones” por el espionaje. Para el Perú no es satisfactoria la respuesta chilena a la primera nota diplomática. En esta crucial etapa en que se encuentran nuestras relaciones con Chile, es vital dejar actuar libremente a la diplomacia, que sabrá resolver de la mejor manera este entuerto.
Es momento de calmar los ánimos –sin por eso dejar de reclamar con firmeza–, y dejar trabajar a los especialistas. Aseveraciones inadecuadas como las del congresista Daniel Abugattás, alentando a que nuestro país enfríe las relaciones comerciales con Chile, no deberían repetirse, pues no contribuyen a la búsqueda de un clima de entendimiento. Habría que recordarle al parlamentario nacionalista que, de darse esa situación, se verían perjudicados los peruanos que gracias a las inversiones de y en ambos países tienen trabajo e ingresos. Además, un clima hostil terminaría por perjudicar a los miles de peruanos residentes en Chile, que con esfuerzo y honestidad se ganan la vida en ese país.
El vocero nacionalista Josué Gutiérrez precisó que los dichos de parlamentario son a título personal, aunque aclaró que si bien las relaciones comerciales no tendrían por qué enfriarse, sí deberían revisarse.
Por eso hizo bien el canciller Gonzalo Gutiérrez en subrayar que “la política exterior la dirige el presidente Ollanta Humala. Las opiniones que pueda tener un sector del Legislativo son muy respetables, pero no necesariamente esas opiniones representan la posición oficial del Perú”.
Gutiérrez también aludió tácitamente a los ministros chilenos del Interior y Defensa, Rodrigo Peñailillo y Jorge Burgos, respectivamente, quienes sostuvieron que el tema del espionaje es “caso cerrado”. “Los voceros calificados de los países deben ser los ministerios de Relaciones Exteriores. Cuando el ministro de Relaciones Exteriores de un país quiere expresar una posición, se señala de manera clara”, declaró el canciller.
Dejemos trabajar a nuestra diplomacia. Credenciales no le faltan. Basta con ver el resultado del litigio marítimo en La Haya. Además, Torre Tagle tuvo la capacidad de poner un alto el fuego con el Ecuador y cerrar definitivamente la frontera en el norte, tras penosos episodios. A veces el silencio es el mejor aliado de la diplomacia.
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Canciller: el Perú quiere compromiso de Chile de que #espionaje nunca se repetirá ►http://t.co/HHRUxFZ34g pic.twitter.com/Ul80eUf9Di— Política El Comercio (@Politica_ECpe) marzo 9, 2015