El uso del auto particular en el país bajó durante los últimos años, con estadísticas que afirman que solo un 14,3% de los traslados por regiones como Lima y Callao se realizan en rodados particulares o taxis. Más del 85% de la población utiliza el transporte público, eligiendo esta opción por razones económicas y de ahorro, principalmente.

Teniendo en cuenta las subas en el combustible, los aumentos de los repuestos automotores, el valor de un obligatorio y el precio de mercado de los autos nuevos o usados, gran parte de la población escoge diariamente el transporte que ofrece el gobierno.

La lucha y las dificultades para convivir en las ciudades de Perú, entre los sistemas de transporte público y privado, son motivo de agenda política desde hace décadas. La falta de una infraestructura adecuada, el poco control y fiscalización del cumplimiento de las normas de tránsito, el diseño obsoleto del sistema vial y la mala gestión de tránsito, hacen que el tráfico de ciudades como Lima sea caótico. Las demoras para circular por carreteras principales pueden ser de horas y los accidentes son moneda corriente.

Gran parte de la población peruana cree que la principal causa de este conflicto es la sobrepoblación de automotores y el exceso de rodados circulando por la vía pública. Sin embargo, según el último informe de la el parque automotor databa un total de 2,76 millones de unidades, siendo menos de 6 vehículos por cada mil pobladores. En base a otros datos más específicos, se calcula que en regiones como Lima y Callao existen aproximadamente 120 rodados por cada mil habitantes. Estas cifras dejan a Perú por debajo de otros países de Latinoamérica como Panamá, Chile o Argentina.

La gran variedad de transportes terrestres pertenecientes al estado, que están disponibles para el uso público diario, resulta una ventaja para los peatones y quienes no cuentan con auto propio. Los microbuses, combis, buses, metro y mototaxis trasladan a millones de personas a diario por más de 650 rutas, pero cuentan con unidades obsoletas que se encuentran en funcionamiento, sin cambio, desde hace más de una década.

A pesar de las inversiones realizadas por el , que tiene proyectos programados para el 2022 con presupuestos aproximados de 8.900 millones de soles para carreteras y obras viales, el conflicto y la dificultad de circular por el país se prolonga. La nación no logra acordar si las ciudades deben estar diseñadas para favorecer la circulación del transporte público o de los medios privados.

A pesar de la disminución en el parque automotor, aquellos que son propietarios, sostiene que regiones como Lima deben favorecer el tránsito de vehículos particulares, ya que los buses entorpecen la circulación. Sin embargo, el notorio aumento de la utilización de transporte urbano de pasajeros señala al gobierno que ese es el camino para encontrar una solución conveniente a los problemas del sistema vial.

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