Una conocida cita del director Martin Scorsese dice que “el cine es un asunto de qué está en el encuadre y qué está afuera”, resaltando la importancia que tiene esta herramienta como unidad de lenguaje en una película.
Sin embargo, esta tiranía sobre el encuadre se está rompiendo en un pequeño sector de videos que permiten a sus usuarios cambiar de perspectiva. La tecnología para hacer grabaciones en 360° ya existía desde hace algunos años, pero bastó con que un sitio popular como YouTube los adopte a inicio de este año para que entren al ‘mainstream’ y nos hagan pensar en si este formato será el nuevo escalón de entretenimiento.
“A nivel de ventaja, básicamente es el tema de la interactividad”, señaló a El Comercio Gustavo de la Torre Casal, de Pasaje 18, una de las mentes detrás del primer videoclip en 360° en América Latina.
La productora peruana publicó a inicios de junio el video musical “Sabotaje” para la agrupación mexicana Torreblanca. La producción, ambientada en un estudio, muestra a los cantantes Juan Manuel Torreblanca, y el músico chileno Sebastián Sotomayor, interpretando el tema rodeados de bailarines.
No son los primeros en hacer un video musical de este tipo ni serán los últimos. También en junio, la artista islandesa Björk lanzó su tema "Stonemilker", su primer videoclip en 360°, y que ahora supera las dos millones 250 mil reproducciones, convirtiéndose en su cuarto clip más popular en la plataforma de videos hasta la fecha. Semanas antes el Dj Avicii publicó “Waiting for Love”, que ya reúne 10 millones 670 mil reproducciones.
Desde entonces, cada vez más grabaciones de este tipo pueblan YouTube, mientras que el servicio de Google recientemente anunció la implementación de publicidad en este formato.
FORMAS DE VERLO
Como toda experiencia audiovisual, los videos en 360° tienen una forma adecuada de verlos en los navegadores y explorando usando el mouse o las flechas del teclado, y una óptima, utilizando un celular o unos lentes de realidad virtual y con audífonos.
“Una cosa es verlo en Chrome, donde tú lo giras con las flechitas en el navegador, pero otra muy distinta es verlo con un smartphone, o mejor aún con una tablet, ya que literalmente se vuelve una ventana a otro mundo, donde tú escoges qué ver con tus movimientos físicos reales”, destaca De la Torre. “Junto a un par de audífonos, ya la experiencia es de otro mundo realmente, es estar dentro del video y controlarlo”.
Es indudable que inmersión, junto a interactividad, se ha vuelto el motor para impulsar este tipo de videos, lo que explica la creciente popularidad de lo que parece ser otro eslabón en los intentos de “transportarnos a otro mundo”: los costosos lentes de realidad virtual como el Oculus Rift de Facebook, el Gear VR de Samsung y el Project Morpheus de Sony, diseñados principalmente para videojuegos pero con un asombroso potencial en otro ámbitos.
Esto parece haberlo entendido muy bien Google, quien no solo recientemente ha prometido dar soporte a los videos en 3D en YouTube que permitirán estas nuevas tecnologías una vez que lleguen a manos de los consumidores, sino que también tiene su propia iniciativa Google Cardboard.
Este proyecto consiste en unas gafas hechas de cartón (con precios desde US$ 15) que se aprovechan del hecho de que cada vez más personas cuentan con un teléfono celular, convirtiendo al smartphone en el ‘monitor’ de los lentes.
¿FUTURO DEL ENTRETENIMIENTO?
A pesar de toda la interactividad e inmersión que puede dar este formato, este sufre de una gran falla que limita bastante sus posibilidades, al menos dentro del lenguaje cinematográfico que conocemos.
“Su desventaja principal es que normalmente son un plano secuencia entonces no hay mucho juego más allá de un solo espacio”, considera De la Torre, quien ahora está intentando producir un cortometraje en este formato.
“Creo que el formato tiene que seguir evolucionando y darle al espectador posibilidades mayores en tanto tipos de planos, espacio y elementos de postproducción, ya que si podemos crear un espacio virtual para ser navegado, pues estamos frente a algo que podría ser muy interesante”, añadió.
Desde un inicio se ha buscado incorporar más recursos a los videos en 360° se han dado casi inmediatamente después de que se empezara a popularizar el medio y que por el momento parecen concentrarse en el movimiento de la cámara.
Otro de los principales problemas para la innovación de los videos en 360° es la dificultad de los realizadores para conseguir grabar bajo este formato, así como la relativa dificultad para subir archivos de este tipo a falta de un formato estandarizado.
Para lo primero, las personas que quieran filmar en 360° deberán utilizar costosas cámaras diseñadas para este propósito o crear sus propios aparatos uniendo varios equipos en un arnés para filmar en todas las direcciones.
El GoPro’s 360° Camera Array
Mientras tanto, subir a YouTube una filmación en 360° requiere de un proceso nada intuitivo que obliga al productor a modificar el código mismo del video (interesados pueden ingresar a este enlace). Si bien no es un proceso imposible, sobre todo para las personas más persistentes e interesadas, este factor y la inversión mantienen una valla alta para la adopción de esta tecnología en el futuro cercano.
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— El Comercio (@elcomercio) agosto 6, 2015
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