En esta nota te contamos el motivo por el cual se conmemora el Día de la Asunción de la Virgen María. (Foto: OKdiario)
En esta nota te contamos el motivo por el cual se conmemora el Día de la Asunción de la Virgen María. (Foto: OKdiario)
Redacción EC

El se celebra todos los años el 15 de agosto en y en distintas partes del Latinoamérica. Es una fiesta de carácter religioso que recuerda la asunción del cuerpo de María la madre de a los cielos, luego de terminados sus días en la tierra.

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La fiesta de la Asunción significa que la Virgen María, al término de su peregrinación terrena y en virtud de su contribución a la historia de la salvación como Madre del Redentor, fue liberada por la gracia de Dios de la corrupción del sepulcro y elevada en cuerpo y alma a los cielos, donde está y actúa como mediadora entre Dios y los hombres.

La primera referencia oficial a la Asunción se halla en la liturgia oriental; en el siglo IV se celebraba la fiesta de El Recuerdo de María, que conmemoraba la entrada al cielo de la Virgen María y donde se hacía referencia a su Asunción. Esta fiesta en el siglo VI fue llamada la Dormición de María, donde se celebraba la muerte, resurrección y asunción de María.

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En el siglo VII el nombre pasó de “Dormición” a “Asunción”. Los relatos apócrifos sobre la asunción de María aparecen aproximadamente desde el siglo IV y V. Siendo el más difundido y posiblemente uno de los más antiguos en el oriente bizantino el Libro de San Juan Evangelista.

Sin embargo, la doctrina de la Asunción de María no fue desarrollada sino hasta el siglo XII donde aparece el tratado Ad Interrogata, atribuido a San Agustín, el cual aceptaba la asunción corporal de María. Santo Tomás de Aquino y otros grandes teólogos se declararon en su favor.

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La Inmaculada siempre Virgen María, Madre de Dios, terminado el curso de su vida terrena, fue llevada en cuerpo y alma a la gloria celestial”, así dice la constitución apostólica “Munificentissimus Deus”, con la que el Papa Pío XII proclamó este dogma de fe en 1950 y cuya fiesta se celebra como solemnidad cada 15 de agosto.

Años después, San Juan Pablo II, al hablar de este dogma de la Asunción en 1997 explicó que “en efecto, mientras para los demás hombres la resurrección de los cuerpos tendrá lugar al fin del mundo, para María la glorificación de su cuerpo se anticipó por singular privilegio.