OTRAS NAVIDADES
OTRAS NAVIDADES

En el hogar Singer, la luz es especial desde la noche del 12 de diciembre, como también lo ha sido en las casas de las mil familias que conforman la comunidad judía en el Perú y en otras tantas alrededor del mundo. La primera vela por Janucá se prendió entonces. Una nueva se encederá durante siete noches más como parte de esta celebración que recuerda un importante evento histórico de ese ancestral pueblo. Así, las ocho veladas se llenan de espiritualidad, oración, cánticos, sabrosa comida, conversaciones y juegos con los niños. De agradecimiento por ser y estar. 

El inicio de Janucá cambia cada año, explica a Somos el embajador de Israel en el Perú, Raphael Singer, aunque siempre sucede en diciembre. Solo en algunas oportunidades coincide con la Navidad cristiana, fiesta que respetan mas no conmemoran (el judaísmo no reconoce a Jesucristo como el mesías, por lo que no se alaba su nacimiento).

“El origen de Janucá data del año 132 a.C. Hay que decir, primero, que en esa época la región de Judea estaba bajo la ocupación del regimen greco-sirio, por lo que se quería alejar a los judíos de sus tradiciones. Cansada de ello, una familia judía se rebeló. Eran los jasmonitas, más conocidos como los macabeos. Tras años de choques, los últimos lograron entrar en Jerusalén y en su gran templo, ya en ruinas y profanado. Los macabeos lo limpiaron, pero cuando llegó el momento de encender el Menorá (el candelabro, símbolo también del Estado de Israel) solo encontraron una vasija con casi nada de aceite. Inexplicablemente, este alcanzó para prender el Menorá por ocho noches, hasta que se consiguió más. Ese fue el milagro”, narra el diplomático.

Ana María Singer, su esposa, agrega que Janucá se celebra en las casas, en las sinagogas; y en Israel, incluso en los espacios públicos. Que allá es temporada de fiestas y espectáculos. Que la gente no deja de trabajar durante este periodo, pero que también hay regalos. “En Janucá se celebra el milagro de la luz, aquella que hoy puede verse en las personas que están en la vida de uno. Las personas queridas también son luces y milagros”.

 El embajador recalca que Janucá no tiene la misma importancia para los judíos como la Navidad para los cristianos, pero que con el tiempo cobró relevancia porque simboliza la libertad religiosa y cultural del Estado de Israel. “Que se respeten las tradiciones y las costumbres de la minorías, eso es fundamental”, acota.

Tiempo para meditar
El budismo, por otra parte, se entiende como una religión de experiencia y no de fe. Por ello, explica el director del Instituto de Estudios Budistas, Juan José Bustamante, en los días cercanos a la Navidad lo que se hace es emplear el tiempo en hacer meditaciones especiales para desarrollar sentimientos de amor, paz y compasión entre todos los seres. 

“El budismo persigue la liberación del sufrimiento. Viene de la palabra ‘buda’, que en sánscrito significa ‘despierto’. Todos sentimos dolor, es inevitable, pero lo que se propone es que el sufrimiento sea optativo. El budismo es el camino al despertar de todas las ideas de sufrimiento a través de la meditación”, puntualiza.  

En ese sentido, continúa, el budismo no propone ni niega la existencia de un dios, visto ya sea como una divinidad o como una persona (para ellos, Buda es un ser humano que hace 2.500 años entendió y predicó lo explicado). Tampoco tiene dogmas. Por eso, puede convivir con otras religiones y sus tradiciones al no contradecirse en sus bases. 

“De ahí que pueden haber quienes practiquen solo el budismo; otros el budismo y el catolicismo, como es mi caso. También pueden haber budistas judíos y así”, indica. Lo dicho sobre su caso se evidencia en que en su hogar pueden verse compartir espacios imágenes de Buda con una representación del nacimiento de Jesús y un árbol de Navidad.  

Cabe decir para culminar que la fiesta principal de los budistas se da en mayo. Entonces conmemoran la iluminación del Buda. Cuando este se convirtió en inspiración. 

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