"La música corre por nuestras venas. 'El cóndor pasa' es tan importante para Huánuco como 'La flor de la canela' para Lima”. A sus 21 años, Luis Carlos Gallegos Giles, sobrino bisnieto del compositor Daniel Alomía Robles (Huánuco, 1871 - Lima, 1942), se da ánimos antes de participar en los ensayos de la Sinfónica Regional de Huánuco. Carga su oboe como quien carga música desde los genes: hace 104 años, el más ilustre de sus familiares compuso la zarzuela más nostálgica y universal del Perú.
El ambiente es festivo por estos días en esta región: en las calles se queman castillos y se revientan fuegos artificiales, hay conciertos de rock y los comerciantes ofrecen chocolates a base de cacao, yogures y frutos traídos de la ceja de selva. Ciento cuatro artistas huanuqueños se alistan para el ensayo general de la zarzuela El cóndor pasa, que este 1 de agosto se presentará en el Gran Teatro Nacional de Lima con los músicos de la Orquesta Regional Sinfónica de Huánuco, más coros y actores. Antonio Robles Jara (46) es productor general de la zarzuela. “Es una presión muy fuerte”, dice el sobrino nieto de Alomía Robles. “Estrenar la zarzuela en la capital y que yo, un descendiente del compositor, esté a cargo, es un orgullo. Es la oportunidad que necesitábamos para promover a Huánuco como la Capital Musical del Perú”.
En una región históricamente golpeada por el terrorismo y el narcotráfico, recuperar las raíces musicales para revalorar sus tradiciones ha llevado al Gobierno regional de Huánuco a impulsar el cambio desde la cultura. “Hay mucho arte en nuestra región, solo que parece que la gente de otros sitios no lo ve. Yo hago música desde los nueve años. Es lo mío y mis padres me apoyaron desde un inicio porque saben que venimos de una herencia cultural de cientos de años. Queremos demostrar lo que Huánuco tiene para ofrecer”, dice David Tolentino Páucar, quien toca el chelo en un alto a los ensayos de El cóndor pasa.
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