Tu mascota siempre debe tener a libre disposición agua limpia, fresca y a temperatura de ambiente. No es necesario que la hiervas, lo importante es que sea potable. Según estudios, el consumo mínimo de agua en perros y gatos para que estén hidratados y su organismo funcione correctamente es de aproximadamente 40 ml por kilo al día. Lo ideal es que la mascota consuma el doble.
Como en todo, los extremos son malos. Si notas que tu engreído consume más agua de lo normal o que casi no la toma podría estar alertándote de problemas de salud. Los casos en que la mascota tiene más sed que de costumbre suelen asociarse a síntomas de diabetes mellitus, diabetes insípida -relacionada a la falta de la hormona ADH-, enfermedades hepáticas crónica y la infección del útero si es hembra.
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No se debe controlar el consumo de agua, salvo que la mascota sufra diabetes insípida, que produce incapacidad de concentrar la orina por el riñón o de polidipsia psicogénica en que el consumo excesivo de agua se asocia a un desorden del comportamiento.
Casos de deshidratación
La falta de agua en el organismo de nuestras mascotas se produce por dos motivos: bajo consumo de líquido o por su pérdida desmesurada. En el segundo caso, suele estar asociada con vómitos, diarreas o el jadeo excesivo.
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¿Cómo puedes darte cuenta si tu mascota está deshidratada? Los principales síntomas son: las encías secas, orina muy cargada con poco volumen, piel “acartonada” y con poca elasticidad. En casos muy severos, sus ojos pueden verse hundidos y el paciente totalmente postrado. Así que, si notas alguna alteración en su consumo de agua, consulta con su veterinario de inmediato.