En el Perú, muy poco o nada se habla de salud mental en una cancha de voleibol, una pista de atletismo o una piscina olímpica. Por lo general, el foco suele estar en el desenvolvimiento físico y los logros que se puedan alcanzar a través del mismo. Sin embargo, para conseguir justamente ese rendimiento deseado es vital tener fortaleza mental; un concepto que para muchos suena desconocido, menos para Jessica Galdós.
Campeona nacional de gimnasia artística y ex entrenadora de gimnasia aeróbica, Galdós ha visto de cerca el mundo del deporte peruano. A ella no hay que contarle ni explicarle nada, lo ha vivido en carne propia. Inició en el año 1973 y no fue hasta su clasificación en los Juegos Panamericanos de Caracas 1983 que dejó de intentarlo. “Era solo una adolescente y la tremenda presión que ponían sobre mí llegó a ser insoportable”, revela. “Tal vez, si hubiese tenido la figura de un coach cerca, alguien con quien pudiera hablar y que me entendiera, no hubiese renunciado”, continúa. Quizá, por eso, siente un deseo casi inevitable de ayudar a las personas a alcanzar sus metas y desarrollarse a través del coaching, sobre todo si de deportistas se trata.
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Empezó en este mundo casi por casualidad, luego de dejar el ámbito empresarial después de 17 años. El cambio laboral despertó en ella la necesidad de conocerse a sí misma y trabajar en su desarrollo personal, lo que la condujo al coaching de vida. Poco después, entendió que su pasión siempre estaría ligada al deporte y se especializó en coaching deportivo en la Universidad Camilo José Cela, ubicada en España. A la fecha, la especialista ha trabajado de la mano de más de 40 atletas y 8 equipos peruanos. En su vasta experiencia, Galdós ha comprobado el alcance del coaching deportivo en el desarrollo de los deportistas y hoy cuestiona contra la ausencia de esta metodología en el plano nacional. De hecho, este jueves viajará a Tokio, junto a Nicolas Pacheco (tiro), Angelo Caro (skateboarding), Ariana Orrego (gimnasia), Jovana de la Cruz (atletismo) y Efraín Sotacuro (para atletismo), cinco deportistas con los que ha trabajado en los últimos años, siendo una de los dos especialistas en su campo que participará de la experiencia.
“En el Perú no ven la importancia de la salud mental en los deportistas. Las veces que ha ido un psicólogo a una competencia, ha sido uno del Instituto Peruano del Deporte que nunca ha trabajado con el atleta y que va solo como apoyo. Pero, ¿cómo puede apoyar alguien que no conoce al deportista? simplemente no puede”, comenta.
Para Galdós, el poco valor que se da al coaching deportivo es un problema latente en el deporte peruano. Aunque la figura del psicólogo está presente en muchas disciplinas, no sucede lo mismo con la del coach, a pesar que se trata de trabajos distintos. “La psicología deportiva ve procesos cognitivos, emotivos y conductuales de la personalidad, digamos la parte clínica. El coaching deportivo se concentra en procesos motivacionales. Es una metodología que acompaña al deportista a alcanzar un objetivo en concreto, a través de herramientas y rutinas. Va a la acción directamente y por eso es efectivo a la hora de obtener resultados en su desempeño. El psicólogo y el coach ejecutan un trabajo conjunto. ¿Por qué excluyen uno del otro? si pueden trabajar de la mano”, explica.
El Instituto Peruano de Deporte (IPD), el ente máximo del deporte a nivel nacional, cuenta con un staff de tres psicólogos deportivos ubicados en Lima, Cusco y Junín. Tres especialistas que están a cargo de todos los atletas de la institución que requieran acompañamiento psicológico. “El IPD trabaja con psicólogos deportivos, no con coaches deportivos. Independientemente de esto, cada federación maneja sus recursos y analiza si contrata psicólogos deportivos, entrenadores, coaches, entre otros. La subvención siempre es del IPD a las federaciones, pero estas son entes privados y distribuyen el dinero entre los técnicos que vean necesarios”, precisa Cesar Arias, jefe de prensa de la institución. Sin embargo, de estos tres psicólogos, ninguno acompañará a la delegación peruana rumbo a Tokio 2020.
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La decisión llega de la mano del Comité Olímpico Nacional, el ente que se encarga de todos los detalles respecto a los Juegos Olímpicos. Luis Arturo Reyes, del área de comunicaciones del Proyecto Legado de los Juegos Panamericanos, explica que debido a la pandemia y los protocolos sanitarios, además de la reciente reducción de presupuesto; las delegaciones no serán tan grandes como en ocasiones anteriores. De hecho, junto a los deportistas y sus entrenadores, viajará un equipo de médicos y fisioterapeutas; y solo un coach deportivo para toda la delegación peruana.
“Antes de la pandemia, en ocasiones ha viajado toda una delegación pero siempre depende del Comité Organizador. Esta vez, por una cuestión de protocolos sanitarios, pero también de presupuesto y traslados, se llevará un número reducido de personas. Vale recalcar que también ha sido un pedido desde Tokio (el de llevar un bajo número de personas). Un deportista tiene derecho a ir con un entrenador a los Juegos y por cada cinco deportistas, va un dirigente. Además, esta vez irá un coach deportivo para toda la delegación de clasificados peruanos”, señala.
Para Jessica Galdós, es necesario crear una cultura que fomente y priorice el cuidado de la salud mental en los deportistas, como parte de su formación multidisciplinaria. Entre los puntos claves que convierten al coaching en un gran aliado para el desarrollo mental de los atletas de formación y alto rendimiento, ella destaca que trabaja las creencias limitantes, la autoconfianza y concentración, el manejo de ansiedad y emociones en general; y la frustración. Cada una de ellas representan un obstáculo en el camino del atleta hacia el tan ansiado éxito. //
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