El cantautor británico, inauguró el torneo de fútbol más importante del mundo.
El cantautor británico, inauguró el torneo de fútbol más importante del mundo.
Gisella López Lenci

La pelota, por fin, empezó a rodar. Después de tanta expectativa, tanto conteo regresivo, álbumes comprados, apuestas emprendidas y prolongadas –y muchas veces insufribles– transmisiones en la tele, comenzó oficialmente el . El que –hasta ahora me parece increíble– acoge de nuevo a nuestra selección.

Pero, debo confesar, la inauguración me dejó un sinsabor. Siendo la anfitriona, con su historia, sus tradiciones y sus colores, pensé que sería una ceremonia bastante más vistosa. O será que la expectativa era alta por ver la inauguración del Mundial que por fin nos tiene de vuelta, o quizá porque a , el jefe todopoderoso del Kremlin, no le gusta mucho el fútbol y prefiere el judo.

Recuerdo vagamente –pero lo recuerdo sí, y también ya tengo algunas canas– la ceremonia de . Una paloma formada en la cancha y el niñito que llegaba hasta el centro con una pelota, de la cual salía una paloma de verdad. Algo simple, pero entrañable e inolvidable.
Luego vinieron los jarabes tapatíos en , el desfile de modelos en 1990 –y obvio, “Un’ estate italiana”– hasta que llegó

Cómo olvidar aquella fallida recreación de un gol en esa ceremonia inaugural. La cantante –que hasta ahora no debe entender para qué la contrataron– debía patear ante un arco inmenso. La pelota tenía que entrar. No había manera de que ocurriese lo contrario. Pero falló, y malogró la alegoría creada para la ocasión. Y se entiende. Un país que no es futbolero, ni lo será, acogiendo un Mundial solo por negocio. Ojalá para el 2026, cuando el torneo vuelva a EE.UU., no repitan ese penal.

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