Un posible indulto a Alberto Fujimori partiría en dos a fujimorismo.  El ministro de Justicia, Enrique Mendoza, precisó que no ha llegado a su despacho ninguna petición al respecto.(Foto: AP)
Un posible indulto a Alberto Fujimori partiría en dos a fujimorismo. El ministro de Justicia, Enrique Mendoza, precisó que no ha llegado a su despacho ninguna petición al respecto.(Foto: AP)
Juan Carlos Tafur

no es el partido de ”, señaló Cecilia Chacón a El Comercio. También deslizó que si se produjera el indulto, el líder histórico no haría política partidaria, porque “nunca quiso a los partidos políticos, nunca formó uno”. En el mismo talante, la congresista Úrsula Letona, en entrevista dominical, señaló que Alberto Fujimori “no tiene hoy ninguna influencia en el partido. La lideresa es Keiko Fujimori y tenemos un CEN [comité ejecutivo nacional] en el cual tomamos las decisiones del partido”. 

La vorágine política referida al indulto se ha precipitado por las últimas declaraciones del presidente Kuczynski refiriendo que él no quería que le ocurra algo similar a lo de Augusto B. Leguía, quien falleciera en el Panóptico, apresado por el régimen civilista. Por cierto, lo único comparable entre el proceso a Leguía y el de Fujimori es que ambos eran presidentes, porque al primero se le condenó sin juicio justo y en condiciones penitenciarias frente a las cuales las de Fujimori serían un trato de hotel de cinco estrellas. 

Otro hito detonador de los rumores y sospechas fue el sorpresivo cambio de los integrantes de la Comisión de Gracias Presidenciales, filtro ineludible a la hora de pensar en un indulto humanitario como el que se aplicaría a Fujimori. En el mismo tenor, a muchos sorprendieron las declaraciones contemporizadoras del ministro de Defensa, Jorge Nieto, señalando que él no podría oponerse a un indulto humanitario. Pero la verdad es que, como ya lo habíamos señalado en anterior crónica publicada en estas páginas, no era verdad que él fuera parte de un sólido bloque antiindulto al interior del gabinete. El único escollo era Marisol Pérez Tello, quien ya dejó de ser ministra de Justicia. 

Las olas tempestuosas han tocado inevitablemente las orillas partidarias del fujimorismo y de allí la reacción orgánica de dos de sus principales voceras. ¿Qué impacto tendría en el seno del propio fujimorismo la salida del local de la Diroes de su líder histórico, Alberto Fujimori? Hay quienes especulan sobre el eventual rompimiento de Fuerza Popular, dividido en dos entre Keiko Fujimori y un repotenciado Kenji, sobre todo si cuenta con el aval del padre en libertad. 

La versión maximalista habla de la posibilidad de que un espaldarazo paterno le brinde a su benjamín un salto hacia la conformación de un grupo parlamentario propio, de por lo menos 20 congresistas, y quizás hasta 30. Los minimalistas señalan que, aun considerando el apoyo paterno, Kenji apenas tendría cinco o seis congresistas, a lo sumo diez. A decir de Julio Schiappa Pietra, “las declaraciones de la congresista Cecilia Chacón han sido durísimas: Alberto Fujimori no será el líder de Fuerza Popular por derecho propio al salir de la prisión. La líder es Keiko. Chacón también anunció el fin del liderazgo de la vieja guardia. Keiko Fujimori posiblemente autorizó esta declaración, creo que ya tomó una decisión: si su padre sale libre, ella seguirá siendo la lideresa. Creo que también separaría a Kenji, con lo cual el indulto sería el parto de dos grupos fujimoristas. Kenji ha demostrado tener más simpatía en la calle que en el Congreso y en Fuerza Popular. Es débil, aunque muestra punche en las encuestas. Pero no basta: en política, como en la guerra, manda cuánta fuerza se tiene. La heredera no reconoce al legatario, drama digno de una telenovela turca. Así está el Perú”. 

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