Cuando llega un nuevo cachorro a casa, suele pasar que los primeros meses son de gloria para el perrito. Todos quieren cargarlo, todos quieren jugar con él, todos quieren sacarlo a pasear. Pero en cuanto empieza a crecer, la novedad se vuelve rutina, el entusiasmo por darle atención empieza a decrecer y muchas veces la indiferencia empeora cuando la mascota se enferma o sufre un accidente.
Para suerte de Benito, ese no fue el caso.
Hace unos días conocimos a este perrito de un año (aprox.) mientras le hacían terapia física. Era su cuarta sesión y ya estaba mostrando una ligera evolución luego de que en setiembre un carro le pasara por encima. Este hecho, además de dislocarle el fémur en una de sus patas traseras, provocó una luxación de ligamento en la misma pata.
El compromiso que Paola Pajares y su mamá Pilar Méndez están teniendo con su perro es digno de una nota periodística. Al menos dos veces por semana se trasladan desde Barranco hasta Surquillo para cumplir con el plan de rehabilitación.
“Es lo que toca hacer si tu mascota está mal, solo que no todas las familias son como nosotros. Muchos dicen una cosa al principio y luego el día de mañana...”, comenta Pilar.
La historia de Paola, Pilar y Benito empezó a fines de febrero de este año. Pilar estaba vendiendo ropa de mujer en una feria en Barranco y al frente estaba el puesto de la asociación Can Martin ofreciendo perros y gatos en adopción.
“Hacía tiempo que le decía a mi mamá que quería adoptar un perrito”, cuenta Paola. “Con qué cara me habrá visto la chica que tenía cargado a Benito que me preguntó ‘¿Lo quieres?’ Yo le dije ‘sí, pero le tengo que preguntar a mi mamá’. Ya antes me había dicho que no, que era mucha responsabilidad, pero esta vez mi mamá dijo que sí”, agrega Paola.
Pilar y Paola debieron firmar una carta de compromiso, como suele suceder en un proceso de adopción responsable. Luego recibieron en su casa a un voluntario del albergue que fue a certificar que vivieran en un ambiente adecuado para el perro. Hicieron unas cuantas preguntas más y les dijeron que se haría un seguimiento en los próximos meses. Y así fue.
A Benito le compraron sus platos de agua y comida, juguetes, una camita y le asignaron su propio espacio en la casa. Tuvo una gran bienvenida pues la hermana de Pilar, Marta Lidia Méndez (QEPD), lo amó desde el minuto uno, siempre había querido un perro.
Aunque no todo fluyó tan fácil para Benito. Al principio el hermano de Pilar, Ronny Méndez, con quien comparte su casa, no quería saber nada de mascotas. “¡Perro no! ¡Perro no! Son muy cargosos”, advertía por todos lados.
“Ahora mi hermano solo llama para preguntar por Benito”, comenta Pilar entre risas. “Poco a poco se fue encariñando con él. Un día mi hermano lo vio en el pasadizo y lo bajó al primer piso. Ahí empezó todo. Ahora Benito lo recibe cada noche, le quita el periódico de la mano, lo deja en el sillón, mi hermano se sienta a leerlo y Benito se echa a su lado. Se lo ha ganado”, agrega Pilar.
Tanto es el amor que Ronny le tiene a Benito que el día del accidente también esperó horas en la clínica veterinaria mientras lo operaban.
Los motivos que ocasionaron el accidente de Benito han perdido relevancia ante la reacción tan humana que ha tenido y sigue teniendo esta familia respecto a su recuperación.
Dos operaciones, una malla para evitar que se sacara los puntos y pastillas para el dolor e inflamación es lo que tocó al principio. Ahora siguen sesiones de terapia física, acupuntura, masajes con un aceite especial en su pata, compresas frías y calientes, entre otros, tanto en la veterinaria como en casa.
“Nosotros nos hemos comprometido con el animalito, mi nieto”, asegura Pilar. “Tengo la suerte de contar con el apoyo de mis hijos y de mi hermano, y la verdad, vale la pena. Yo sé que no todos responden positivamente ante situaciones como ésta, pasa el tiempo, pasan cosas y las circunstancias cambian. Hay quienes se comprometen hoy y mañana... quién sabe. Pero Benito nos tiene, él es un miembro más de esta familia, no lo podíamos dejar a un lado”, agrega Pilar.
Si estás con ganas de adoptar un perro, existe varias opciones responsables. Una de ellas es WUF, asociación sin fines de lucro dedicada a la promoción de la adopción, el trabajo de concientización sobre la realidad de los perros en estado de abandono y la ejecución de proyectos que contribuyan a la construcción de un mundo mejor para todos los perros.
Para más información visita www.wuf.pe/adopta