“La coproducción es tan delicada… casi como buscar con quién te casas”, explica entre risas Ada Quintana, productora del Festival de Cine Al Este. Y es que, celebrando el décimo aniversario del evento cinematográfico, este año se contará con un Laboratorio de coproducción -sí, como un laboratorio donde se hacen experimentos y pueden salir genialidades- de la mano de profesionales nacionales e internacionales.
Pero, ¿por qué es importante? Ada lo plantea como una necesidad, sobre todo, en tiempos donde el avance cinematográfico empieza a formar cimientos (sólidos) en la industria peruana. “No hay que mirar solamente a una producción netamente nacional. El solvento de otros países nos sirven para potenciar una buena producción cinematográfica. Los fondos que no tenemos acá, podemos conseguirlos con otro país”, explica Quintana.
Y de eso trata el laboratorio: reunir asesores no solamente europeos, sino también latinoamericanos –como una sutil lección a los productores y directores para que vean a los países vecinos como aliados- donde recibirán clases desde el tratamiento de la película, el argumento, la sinopsis, el presupuesto y, sobre todo, cómo presentar el proyecto a un posible inversor. “Si quieres que alguien financie tu película, tienes que tener herramientas muy claras. Es una selección muy compleja porque es con quién vas a hacer un proyecto que puede tomar de tres a cinco años, en el que estás poniendo mucho de ti mismo”, reflexiona.
Con esas herramientas, el equipo (de producción y dirección) tendrá conocimiento sobre el mercado internacional y la situación del cine en otros lares. “A veces, por desconocimiento, se desaprovechan oportunidades (…) Pasa también que, de pronto, los seleccionan en un festival grande como Berlín o San Sebastián, que puede ser muy abrumador. Este laboratorio pretende precisamente dar esas herramientas a los proyectos seleccionados”, agrega Ada.
UN FUTURO NO TAN LEJANO
En las últimas décadas, el cine peruano ha emprendido un camino hacia la calidad (a nivel cinematográfico y de contenido). No causa sorpresa, pues, que filmes como Wiñaypacha, Retablo o Canción sin nombre -que recientemente debutó y sorprendió en Cannes- tengan presencia a nivel internacional. "Ha pasado tiempo -suficiente- como para que los proyectos empiecen a madurar. Los cineastas empiezan a madurar y también sus contenidos", explica la productora del festival de cine.
Sin embargo, hay un panorama que no cambia: la falta de subvenciones. En países Argentina, por ejemplo, además de los altos presupuestos para el cine, se cuenta con convenios bilaterales de producción. Perú, comenta Ada, por otro lado, ha empezado -recién- el año pasado con convocatorias de coproducción. "Era necesario hacer [el laboratorio]. Necesitamos impulsar las coproducciones en nuestro país", sentencia Quintana.
SEPA MÁS:
Los proyectos seleccionados provienen de Argentina, Bolivia, Brasil y Perú. Todos están en etapa de desarrollo, con una proyección de rodaje no anterior al 2020 y con una duración de 70 minutos.
Las clases van desde el miércoles 5 al viernes 7 de junio.