En el extremo norte de Lima, Jackeline del Carmen Torres cuenta cómo ha sido para ella y su familia sobrevivir a la pandemia. Jackeline vive en la comunidad “La Casuarinas” de Carabayllo, donde junto a sus vecinos ha tenido que ingeniárselas para que no les falte un plato de comida. Tuvieron que adaptar el espacio destinado a preparar loncheras para los niños en edad escolar y convertirlo en un comedor que brinde almuerzos. “El asentamiento se encontró con una difícil realidad: padres de familia contagiados, y mamás que dejaban de trabajar para el cuidado del enfermo. Los niños en sus casas se quedaban sin acceso a educación, a una alimentación adecuada o cuidados de prevención”, comenta Jackeline.
Ya con el lugar reacondicionado, desde junio 2020 hasta enero de este año han podido preparar miles de almuerzos para el beneficio de la comunidad. En febrero tuvieron que fumigar, motivo por el cual la olla permaneció cerrada. Desde hace algunas semanas, sin embargo, se han vuelto a organizar. “Nos ponemos de acuerdo por Zoom, pero más por WhatsApp porque no todos tienen siempre de donde conectarse. Hemos podido implementar todos los protocolos, el único momento en que nos reunimos físicamente es para la preparación y somos muy cuidadosas, usamos guantes, tapabocas y protector facial”, explica Jackeline.
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Esta noble labor se ha podido gestionar con las donaciones de víveres y alimentos de los propios vecinos de “Las Casuarinas”, pero también gracias a la ayuda de diversas organizaciones benéficas, como Aldeas Infantiles SOS Perú. Durante el 2020 apoyaron a 17 comedores y 18 ollas comunitarias a nivel nacional, donde a su vez atendieron a más de 2000 niñas, niños y adolescentes, así como a más de 1,600 adultos mensualmente.
Este año, con la pandemia en su pico máximo de ebullición, la organización ha proyectado apoyar a 68 ollas y comedores comunitarios en 9 regiones del país: Lima, Arequipa, Juliaca, Ayacucho, Chiclayo, Callao, Cusco, Cajamarca y Huancayo. La meta es beneficiar a más de 3700 familias en situación de pobreza.
“Una alimentación correcta y balanceada, es el derecho primordial de todo ser humano y más aún de nuestras niñas, niños y adolescentes quienes se encuentran en etapa de crecimiento y desarrollo, por ello vimos la necesidad de intervenir y poner nuestro granito de arena en estos comedores que necesitaban apoyo inmediato”, cuenta Nancy Martínez, directora Nacional de Aldeas Infantiles SOS Perú.
Pero la cosa no queda ahí. La organización busca capacitar a los líderes comunitarios y comités familiares en estrategias de gestión y liderazgo, con buscar apoyo de los gobiernos locales y organizaciones privadas que permitan la obtención de recursos adicionales para complementar la alimentación a las familias y su comunidad. “Además de alimentación, las niñas, niños y adolescentes reciben acompañamiento para acceder a servicios de educación, salud y nutrición, garantizando así una atención más integral y la protección de sus derechos”, añade Nancy Martínez.
Para ello destinarán un presupuesto anual de más de un millón de soles y así sumarse a los esfuerzos que cada olla y comedor comunitario realiza día a día. En el contexto que estamos bien haríamos en ponernos una mano en el corazón, la otra en el bolsillo, y colaborar. //
¿CÓMO SUMAR?
Realizando donaciones desde la página web https://www.yoparounaolla.org/, donde encontraremos códigos QR de todas las billeteras electrónicas. También se encuentra habilitado el Yape desde S/5 al 943 195 645.
Las empresas también pueden ser parte de “Yo paro una olla” mediante diversas formas como donaciones de productos o implementos, solo deben escribir al correo empresas.amigas@aldeasinfantiles.org.pe o llamar al 943 195 645.
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