¿La estadística, en tiempos de pandemia, nos puede ayudar a salir adelante? El epidemiólogo y experto en salud pública peruano está convencido de que sí, y lo comparte en un e-book de reciente lanzamiento. En Londres trabaja para el Gobierno británico. Él habló con Somos sobre las oportunidades detrás del COVID-19 en el Perú.
-Nadie les prestaba mucha atención a los epidemiólogos hasta ahora. Hoy lo único que queremos es escucharlos. ¿Te molesta que eso haya pasado?
Un poco. Es decir, cuando la gente me preguntaba a qué me dedicaba y yo decía que era epidemiólogo, pensaban que trataba enfermedades de la piel. Ha sido un nicho poco conocido. Y sí ha ganado muchísima más visibilidad a raíz de lo que está pasando, pero tampoco es que tenga resentimiento. Creo que el contexto amerita que se hable de nuestro trabajo. Ahora, estoy seguro de que cuando el coronavirus deje de ser noticia se va a perder un poco el interés.
CONTENIDO PARA SUSCRIPTORES ¿Qué episodios de nuestra historia nos marcaron y volvieron una sociedad resiliente?
-¿Un epidemiólogo sueña con combatir una pandemia?
Sí, de todas maneras. Evidentemente no por la tragedia que desata, sino por la oportunidad de trabajar en lo que se sabe. Yo pienso: “Para esto me entrené”. Tengo una maestría en control de enfermedades infecciosas y recuerdo que la gente me decía que para qué había estudiado algo tan específico. Debo decir, también, que estuve en el momento y el lugar precisos. Justo había entrado en enero a trabajar con el Gobierno británico haciendo vigilancia en enfermedades de transmisión sexual en todo el territorio y a las cuatro semanas se desata todo. Me pidieron que apoye dada la pandemia y eso hice hasta hace poco. Luego, de forma independiente, comencé a analizar lo que pasaba en Perú en mis redes sociales. Ha sido una experiencia profesional sumamente interesante.
-¿Puedes separar la parte emocional de la racional en tu trabajo?
Bueno, no todos los epidemiólogos son médicos. Yo lo soy, trabajé en hospitales en el Perú. Hay algunas personas que estudian Biología y luego estudian Epidemiología. Ambos caminos son perfectamente válidos. Qué pasa en mi caso: cuando tú has trabajado en medicina y luego entras a epidemiología, sabes que las 1.000 muertes en el papel son 1.000 escenas como las que yo viví con algunos pacientes a los que he perdido. Cuando apoyaba al Gobierno británico en la batalla contra el COVID-19, pedí dejar de participar en la contabilidad de mortalidad...
-Muchos recuerdos…
Sí, en el Reino Unido había hasta 1.000 fallecidos por día. Yo veía a veces caso por caso. En un momento le dije a mi jefe: no puedo seguir porque he sido médico. No puedo separar el sufrimiento.
-¿Cómo la epidemiología y la estadística nos pueden ayudar a salir de esta crisis?
Ambas nos permiten medir. Saber con ciencia y precisión qué está pasando. Saber cuántos casos por zona hay, la velocidad a la que crecen. Eso nos deja planear, diseñar medidas de control, comprender cómo la gente las adopta y saber cuánto van a durar. La epidemiología nos permite proteger incluso la economía.
-¿Podemos repensar la salud pública en el Perú ahora? Pareciera hasta idealista hacerlo cuando con las justas se puede atender la emergencia.
Creo que va en paralelo. [...] Con la epidemia del cólera en los 90, se fortalecieron los primeros niveles de atención, las postas y los centros de salud, pero se descuidaron los hospitales. Yo creo que sí hay oportunidades de enfocarse hoy en el sistema de salud mientras respondemos. Es un poco ir tapando los huecos, pero al mismo tiempo pensando a largo plazo.
-¿Crees que toda la atención que están recibiendo los científicos detone el que se brinde más apoyo e inversión a su labor?
Definitivamente. Siempre he tratado de escuchar a los políticos y los discursos presidenciales cuando tocan temas como la ciencia, la tecnología y la salud. Pero la alusión era muy pobre y pequeña. Ahora que se vienen las elecciones, la salud pública estará dentro del tablero. Espero que haya propuestas distintas. Soy optimista porque creo que por fin la ciencia tiene la atención que se merece. Hay que aprovechar y subirnos a esta ola: servirá para mejorar las cosas.
-Hay quienes no cumplen con las medidas de protección. Eso ocurre en todas partes. ¿Qué virus deberíamos combatir los seres humanos para ganar la batalla?
Aquí hay un discurso más filosófico. Las personas subestimamos el efecto de nuestras acciones individuales en el bienestar común. Desde guardarnos el paquete de galletas en el bolsillo o tirarlo por la ventana del carro. Cosas que son un grano de arena que se piensa que no suman, pero sí suman. Es difícil, es una falacia que enfrenta el ser humano siempre. En salud pública lo vemos todo el rato. ¿Por qué sigue habiendo tasas altas de enfermedades de transmisión sexual? ¿Por qué habiendo preservativos esto pasa? Porque las personas deciden no utilizarlos. ¿Por qué no hemos podido erradicar enfermedades para las cuales ya hay vacunas? Porque aún hay gente que no cree en ellas. Es un dilema constante en salud pública por qué las personas no hacen caso a las regulaciones. Los granos de arena sí suman.
-El Perú cumple 200 años de independencia el próximo año. ¿Qué le regalarías?
Más investigadores, más ciencia. Mejor educación. Eso es clave para desarrollarnos. Como individuos, todos le podemos regalar al Perú nuestro esfuerzo, trabajo y compromiso de ser los mejores profesionales que podamos. Regreso al dilema filosófico de nuestras acciones individuales. Nuestro trabajo y esfuerzo, desde nuestro sitio, realmente afecta el desarrollo del país. Mientras lo hagamos mejor y más duro, llevamos al país en nuestros hombros. Para mí ha sido muy bonito poder contribuir de manera gratuita con algo incluso estando lejos. //
Sobre la vacuna
-“Mi cálculo más optimista de una que puede ser utilizada a gran escala es para el 2021. Recién estamos empezando a entender cómo el nuevo coronavirus produce inmunidad, porque no todas las personas que son infectadas generan anticuerpos. Y las vacunas se basan en la generación de anticuerpos. Necesitamos una que sea más eficiente que el mismo virus en esa tarea”.
-“¿Estaremos los peruanos entre los últimos en recibirla? No necesariamente. Las grandes potencias necesitan reactivar sus economías y para ello abrir las fronteras. Conviene que todos estemos bien. Lo que recuerdo de la vacuna de la gripe AH1N1 en el 2009 fue que la distribución fue equitativa. Por otro lado, el Perú tiene una excelente red de vacunación. No demoraría tanto como se cree. Aquí lo clave es hallar la vacuna, eso es lo más difícil”.
A ciencia cierta
Autores: GISELLA ORJEDA, MATEO PROCHAZKA Y ALEJANDRA RUIZ
Editorial: Debate
Precio: US$ 4,99
Este es un e-book, es decir, puede leerse de manera virtual. Para adquirirlo, entre a www.megustaleer.com.pe.