“Sé como el agua, mi amigo” es una frase que componía parte de la filosofía de vida del mítico actor de películas de artes marciales Bruce Lee. Y es la misma que Luis José ‘Pacho’ Cantt (45) aplica en la suya. Él fluye, se adapta, se moldea y recompone ante las situaciones por más difíciles que estas sean. Por eso, cuando quedó totalmente ciego a los 30 años, no tardó mucho en pararse tras el duro golpe inicial. “Muy bien. ¿Y ahora cómo se vive sin poder ver nada? Aprenderemos. Ahí vamos”, se planteó y para adelante. De igual manera reaccionó ante la realidad de criar solo al amor de su vida: su noble y adorada hija María Alejandra.
No es poca cosa la tarea esta de ser responsable de otro ser humano. La paternidad. El desafío es grande y aún más, podría pensar la mayoría, si se tiene una discapacidad física. Pero para el empresario y aficionado a las carreras de autos, tener a su hija consigo desde que ella tenía tres años ha sido una bendición. Hoy ‘Mariale’ tiene 13 y es, sin duda, lo mejor que le ha pasado. Lo sabe aún cuando jamás ha podido verle el rostro. Lo sabe porque volvería mil veces a las malas noches, a crear trucos para calcular la medida exacta de leche en el biberón, los días de fiebre; pero también a los viajes al norte, los veranos en la playa, las risas con la familia, las épocas felices.
‘Pacho’ nació con una enfermedad llamada retinosis pigmentosa. En su caso, él pudo ver hasta los 25 años, cuando esta comenzó a ponerse más agresiva. Fue en el 2005 que todo quedó en oscuridad. “Cuando pasó esto tomé la decisión de seguir adelante. Me fijé no tener límites, seguir siendo el ‘Pacho’ de siempre en la medida de las posibilidades”, cuenta. De ahí que tuvo que renunciar a algunas cosas como el correr autos de carrera o disparar armas en polígonos; mas no a la mayoría. Siguió al frente del taller mecánico que posee junto a un socio e incluso se desenvuelve como conferencista motivacional.
Hacerse cargo de ‘Mariale', sin embargo, ha sido su desafío más especial. Él se separa de su esposa cuando la niña no tenía ni un año y esta va a vivir con su madre. Es cuando ella empieza el colegio que ambos deciden que se mude con papá dado que las dos vivían solas. “Era más práctico porque yo siempre he manejado mis tiempos y en casa están mis padres y mi hermana también. Ellos me han apoyado enormemente, pero yo mismo siempre he estado al frente de la responsabilidad. Yo la llevaba y recogía del colegio, le daba de almorzar. Todo lo aprendí con práctica e instinto”, narra ‘Pacho’.
Así, la ceguera que padece no ha sido para él un limitante en su rol de padre. “Ha sido difícil, pero no imposible. Yo le he enseñado a ella desde escribir la letra ‘a' hasta montar bicicleta, pescar, montar cuatrimoto en la orilla del mar, hacer paddle surf. En todo caso, lo más complicado ha sido algo que le puede pasar a cualquier papá que también puede ver: el comprender o ayudarla en ciertas cosas al ser ella mujer”, cuenta. Agrega que el ejemplo que le quiere dejar se lo demuestra todos los días con su testimonio: “Que de mí se lleve el que nunca diga que no puede hacer las cosas, porque sí se puede. El que trate de ser fiel a sí misma, el que no cambie su forma de ser para encajar en algún grupo, el que sea siempre honrada, transparente y honesta”.
En esta cuarentena, ‘Pacho’ también ha visto más oportunidades que pérdidas. Ha cocinado con ‘Mariale', han competido en juegos de mesa, han estado más tiempo juntos. No obstante, además, con el taller cerrado, ha podido pulir las conferencias motivacionales que ofrece a empresas. Así como el continuar diseñando su gran sueño: volver a manejar un auto de carreras.
“Si Dios quiere, este año quiero volver a conducir un auto en un circuito, obviamente acompañado de alguien, pero deseo volver a sentir el vértigo y la adrenalina. Ojalá se pueda”, comenta.
Mientras, este Día del Padre la pasará en casa con la familia. Ya todos decidieron qué van a comer y ‘Mariale’ decorará la sala con carteles, globos y serpentinas, como siempre lo hace para celebrar. Están todos sanos y papá ‘Pacho’ es el que le ha tocado. Qué razones más poderosas para poner los manteles largos//.