La tarde del 17 de agosto de 1982 no era como cualquier otra para los operarios de Phillips de la planta de Langenhagen, en las afueras de Hannover, Alemania. Aquel era su Día D, el momento que justificaba su salario y los años de preparación: a una hora señalada, el legendario pianista chileno Claudio Arrau (1903-1991) fue invitado a presionar un botón y con ese gesto mínimo puso en marcha una revolución: la fabricación de los primeros discos compactos para la venta. Fue el inicio de una era que cambiaría el estándar y la forma de escuchar música por décadas. Al final de ese noche, el primer lote de CD estaba listo: un disco con piezas de Chopin, interpretadas por el propio Arrau, y The Visitor, el dramático álbum final de los suecos ABBA.
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Aunque los discos de Phillips estuvieron listos para la venta estos no se distribuyeron en las tiendas sino hasta noviembre de ese año. Es por ello que el nacimiento del CD tiene dos fechas. La primera vez que se produjo un lote (el episodio relatado de Arrau) y la primera vez que un CD fue puesto a la venta. Lo último tiene su propia efeméride, el 1 de octubre de 1982, fecha en la que Sony puso a la venta en Japón 52nd Street, de Billy Joel, oficialmente el primer CD en llegar al mercado. La compañía lo lanzó junto con su primer reproductor de compactos, el recordado Sony CDP 101 que, como recordaba el fallecido Marco Aurelio Denegri, pesaba alrededor de 10 kilos y se ofertaba hasta por 1,000 dólares. Denegri aseguraba hablar con propiedad del tema porque él llegó a tener hasta tres CDP 101.
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La revolución de la música digital eventualmente reemplazaría a los formatos analógicos como el disco de vinilo o el cassette, pero en el Perú tardaría todavía varios años en llegar. El CD aterrizó en nuestro país primero como una curiosidad o atracción de feria: en 1983, la tecnología del “rayo láser que lee discos” se exhibió ante un maravillado público en el pabellón Artefakta de la recordada Feria del Hogar. Aquellos equipos, sin embargo, se usaban solo para demostración y no estaban a la venta. El ex DJ Javier Lishner ha recordado en su blog que para 1982, en Radio Miraflores ya se usaba de forma exclusiva los CDs para sus programación.
En Radio Panamericana, curiosamente apodada La Radio Láser, el formato sería adoptado algunos años después y conviviría por buen tiempo con los viejos tornamesas. Uno de los primeros CDs que entró en rotación en la estación de Santa Beatriz, recuerda el ex DJ Gastón Medina, fue el grandes éxitos de los bostonianos The Cars. Y un aviso de 1987, rescatado por la memoriosa página Arkiv, da cuenta de cómo la tienda Sears invitaba a los limeños a una escucha de la nueva tecnología en su local de San Isidro, con demostraciones cada media hora. “Lo nuevo en el Perú... primero en Sears”, decía el slogan.
Tendría que llegar la nueva década para que empezaran a surgir de forma tímida los primeros compactos de artistas peruanos. El coleccionista César Lau, responsable de CAL Comunicaciones, una empresa que acaba de reeditar en CD el segundo disco de We All Together después de 46 años y alista una nueva reedición del segundo álbum de Leusemia, anota que 1991 fue clave para el CD en el Perú gracias al lanzamiento de El mundo de los Beatles Vol. 1, de la banda Yawar, y el recordado recopilatorio de portada negra de Frágil. El de Yawar fue un éxito de ventas en su tiempo, fabricado en EE.UU. por Digital Force para el sello IEMPSA, y tuvo versiones en vinilo y cassette también. Ese sería, a la sazón, el último vinilo fabricado en el Perú, anota Lau.
El aluvión de compactos empezaría en 1992 cuando vería la luz Fuego y Agua, de Susana Baca, editado por Sudnord Records, de Italia. El disco traía en la contratapa el logo de la aerolínea española Iberia, bien grande, porque habrían ayudado con el transporte. Aparecerían también el primer CD del cantautor de pop rock Fahed Mitre, fabricado en Canadá, y la compilación de una joven banda limeña, Nosequién y los Nosecuantos, quienes juntaron sus dos únicas producciones y las lanzaron en un solo disco al que bautizaron como Lo Mejor (Todo) de NSQyNSC.
Los nacionales Tierra Sur presentarían ese mismo año Mi Marimba en formato CD, cortesía del sello Discos Independientes, al igual que los héroes de la tropical andina, Los Shapis, y su Vientos de Chicha, que salió por Ediciones Colibri. De ese mismo año figuran también el debut de la efímera banda de hard rock peruana Los Perros, lanzado por el sello ZMT y fabricado por Disque Americ, en Canadá.
En julio de 1992, el Diario Ojo anunciaba el lanzamiento simultáneo de 17 CDs de los mejores exponentes de la música criolla y folklórica de la época. “Esta es una verdadera hazaña pues por primera vez una empresa peruana brinda al público estos novedosos discos compactos a fin de que se puedan escuchar nítidamente las canciones de sus artistas favoritos”, decían entonces la cantante Cecilia Barraza, una de las seleccionadas En esa colección estaban discos de Arturo “Zambo” Cavero, Los Kipus, Amanda Portales, Lucía de la Cruz, Oscar Avilés, Pepe Torres, Los Embajadores Criollos, entre otros.
Actualmente el CD, siendo todavía el formato físico que más vende, parece batirse en retirada ante el empuje del streaming, las descargas y el insólito repunte de formatos analógicos como el vinilo, cuyas ventas no han cesado de subir desde hace una década. Su declive es tan notorio que muchos autos y computadoras ya no incluyen una lectora para leerlos. Durante la pandemia cerró la última fábrica que los producía en Ecuador. En Chile ya no existen. En el Perú solo una fábrica los produce, CD Plast. “La industria del disco se ha reducido en Sudamérica y solo quedan fábricas de discos en Brasil, Argentina, Colombia y Paraguay”. En nuestro país si bien es cierto ha decaído todavía hay artistas que apuestan por el físico, como marketing de prensa y ventas en sus conciertos.Aaún se considera el físico por encima de las plataformas digitales en cuanto a sonido”, sostiene Bruno Rodríguez, de CD Plast. //