El Perú ocupa el octavo lugar en el ranking mundial de países con mayor cantidad de agua. Aunque ello parezca representar una importante riqueza hídrica, lo cierto es que solo el 41,6% de peruanos tiene acceso a agua segura. Esto se ve traducido en 2,9 millones que aún no cuentan con agua potable y 7,5 millones sin acceso a redes de alcantarillado (según la Encuesta Nacional de Programas Presupuestales del 2020). Frente a esta realidad, además de la crisis hídrica que ya se viene manifestando en diversos puntos del país, el Fondo de Agua para Lima y Callao AQUAFONDO desarrolla anualmente un encuentro entre empresas hídricamente responsables, espacio activo para la discusión de prácticas y proyectos sostenibles en favor de este recurso.
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El rol de esta organización es articular esfuerzos entre el sector público el privado y la sociedad civil. “Buscamos desarrollar proyectos y soluciones basadas en la naturaleza, de infraestructura verde, que permitan contribuir con más y mejor agua para nuestra ciudad”, precisa su directora ejecutiva, Mariella Sánchez.
COMPROMISO EMPRESARIAL
El último encuentro, realizado en Lima el 3 de noviembre, supuso un importante espacio para compartir ideas y resultados de buenas prácticas del sector privado en la gestión eficiente del agua (y con ello alentar a más organizaciones a sumarse a los esfuerzos). La relevancia de este encuentro se selló con la firma de un Pacto Empresarial por el Agua. “Lo que ha logrado AQUAFONDO junto al Pacto Global de las Naciones Unidas (UN Global Compact) y el 2030 Water Resources Group (2030 WRG), ha sido convocar a más empresas para comprometerlas a seguir trabajando en la problemática del recurso hídrico. Con esta firma se asegura la oportunidad de poder trabajar en favor de ello, todos juntos”, destaca Javier León, actual presidente de AQUAFONDO.
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Garantizar la seguridad hídrica de una ciudad no es tarea sencilla. Esto implica impulsar la capacidad de proporcionar agua suficiente —en cantidad y calidad— para las necesidades agrícolas, industriales, de energía y domésticas de una población, esfuerzo que no se podría concretar de ser visto netamente desde el ángulo estatal.
Uno de los proyectos más importantes que impulsa el Fondo de Agua para Lima y Callao es el de la recuperación de amunas en la capital, a través de las cuales se lleva a cabo la siembra de agua. Una amuna —que proviene de la palabra quechua ‘retener’— es un canal construido con piedras y que permite que el agua de lluvia se infiltre en el subsuelo. “Recuperarlas es una medida de adaptación al cambio climático”, precisan en AQUAFONDO.
Más información en aquafondo.org.pe/amunas.
“Nuestra preocupación es sembrar agua para el futuro. Para lograrlo, es importante también la inversión de la empresa privada, que está vinculada directamente en sus procesos con el recurso hídrico, con el agua… ya sea que hablemos de producción, industrias o comercios”, enfatiza Mariella Sánchez. En consecuencia, iniciativas como las de AQUAFONDO, de la mano de diversos actores desde el sector privado, son cada vez más urgentes y necesarias. //
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