Cine 50
Cine 50

Si miramos al cine como un espejo de la sociedad, se entiende cuán revolucionarias podían ser muchas de las películas que se estrenaron en 1968, el mismo año de la masacre de Tlatelolco, en México; del hippismo; de la consolidación de la revolución china y de Mayo del 68. En su edición 22, el Festival de Cine de Lima homenajeará a tres clásicos que cumplen medio siglo. Son películas inteligentes que el tiempo solo ha hecho darles más y más interés. Estas se re estrenarán, además, en un horario especial, de medianoche, ese que las grandes casas de cine, como la Columbia, escogía para estrenar algunos de sus taquillazos en la década del 50 en Lima. Porque si vamos a invocar la nostalgia, que esta venga completa. 

EL PLANETA DE LOS SIMIOS, de Franklin J. Schaffner
(Por Óscar García)
Crecer pegado a la TV en los 80 supone recordar El planeta de los simios como una gran serial que no lo era. Las cinco películas de la saga original, de 1968 a 1973, las transmitían en días consecutivos, para gusto de una chiquillada que almorzaba tarde con el uniforme escolar puesto. Y luego estaba la serie de TV, de 14 episodios, y mucho menor valor visual, que también difundían con las películas. De todas, la primera es, sin duda, la más perfecta: en un futuro distópico, el astronauta Taylor (Charlton Heston) cae en un planeta extraño en donde el mono es el amo y el humano, su sirviente. La misma premisa sirvió al fallido reboot de Tim Burton (2001) y permitió la existencia de la formidable precuela que vimos en esta década. 

Hay una parte alegórica muy sugerente en la versión de Schaffner del 68, pues el terror del hombre no yace solo en verse esclavo de quien consideraba antes una bestia, sino comprobar cómo sus razones poco importan en un mundo de micos fundamentalistas que han juntado la religión y la ciencia en un solo ministerio, conducido por el Dr. Zaius, un fantástico antagónico. Un mundo de escrituras sagradas a las que ceñirse y de intrépidos herejes que las desafían para ir hacia la Zona Prohibida. Hay que señalar, además, la originalísima partitura de Jerry Goldsmith. Su desconcertante final en la playa sigue siendo uno de los shocks más pesimistas en la historia del cine. 

2001: ODISEA DEL ESPACIO, de Stanley Kubrick
(Por Isaac León Frías)
Esta película la vi primero en Barcelona, en 1968, mientras estaba en un festival y un año después la pude ver en Lima, en su estreno que fue en el cine Roma y era la única sala que la proyectaba. Era una costumbre que aplicaban algunas distribuidoras de la época, con películas especiales. A esas funciones les llamaban road shows. Hasta entonces no se había hecho algo tan ambicioso en el campo de la ciencia ficción espacial ni con esa pretensión filosófica, así que esta película de Stanley Kubrick causó un revuelo e hizo pensar a muchos que este género no tenía por qué ser un producto de segunda categoría, como se le consideraba a la ciencia ficción aunque ya se habían hecho títulos magníficos de la ciencia ficción como El planeta prohibido, Vinieron del Espacio  (1953) o la misma Guerra de los Mundos (1956).
Con 2001... se anticipan algunos efectos especiales que, aunque elementales, van a ser muy influyentes en años posteriores.
Es una película difícil pero al mismo tiempo es un gran espectáculo, con imágenes poderosas y un sonido estereofónico impresionante, así que el público de Lima fue a verla y la recomendaban, incluso con ese final tan críptico. Se quedó varias semanas en cartelera. 

El BEBÉ DE ROSEMARY, de Roman Polansky
(por Claudio Cordero)
Era universitario cuando vi por primera vez El bebé de Rosemary. La anunciaron en el cable, la grabé y lo que vi me gustó mucho. No esperaba que fuera tan perturbadora y con ese final totalmente escalofriante. La película es una crónica negra de lo que debería ser una familia: la pareja joven que prospera y va a tener un bebé, pero todo está contaminado por una maldad que no tiene remedio. Estamos atrapados en ese mundo perverso que crea Polansky y eso antes, en el cine americano, era inconcebible, así que debe haber sido un impacto tremendo en su estreno. Creo que viéndola desde una perspectiva histórica, es una cumbre del cine norteamericano y precedente de este ‘nuevo Hollywood’ que aparece en los 70. Se demostró que el Hollywood clásico había cambiado y que un cineasta europeo, un autor joven, podía triunfar ahí bajo sus propias reglas. 

Las funciones

  • El Planeta de los Simios: 3 de agosto

  • El Bebé de Rosemary: 4 de agosto

  • 2001: Odisea del Espacio: 10 de agosto
Todas las películas se proyectarán a la medianoche en la Sala Azul, del Centro Cultural de la PUCP (Camino Real 1075, San Isidro).

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