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Hay otro tema de conversación en Hispanoamérica además del mundial de fútbol. Y a menos que hayas estado viviendo debajo de una roca en las últimas semanas, sabrás cuál es. Luis Miguel, la serie es el fenómeno mediático que desde hace siete semanas se viene apoderando de la atención de fanáticos, seguidores, indiferentes y hasta haters de la súperestrella de la música. En vivo, en redes sociales y en todos lados. Eso porque, oh, menudo detalle, cuenta con la misma aprobación del cantante mexicano, quien no solo es productor ejecutivo, sino que hasta ha narrado pasajes de su vida para ese fin específicamente. Vamos, que hasta tiene un cameo legendario en uno de los capítulos, valga decir, incrustado ya en la posteridad porque en Internet fue tendencia mundial. No son pocos los motivos que explican, pues, el éxito arrollador de este producto televisivo (se trata, quizá, de la biografía del último gran clásico vivo de la música; el elenco acertadamente escogido; el ritmo y planteamiento de la ficción, la difusión del producto en la era de Twitter y los memes...), sin embargo, hay uno clave: la narración detallada de una vida personal y profesional sobre la que se ha especulado, sin respuesta, durante décadas. La trágica relación con el padre, la desaparición de la madre, la explotación desde los 10 años, los amores de la juventud –corazón roto, incluido-. Eso y más en 13 capítulos que tienen en vilo a millones como desde hace mucho no lo conseguía una ficción latinoamericana. Sobre todo ello, así como del impactante capítulo 7 emitido anoche, Somos conversó en exclusiva con el mexicano Daniel Krauze, co escritor de la serie.

¿Qué pasa en tu WhatsApp una hora después que se suelta un capítulo de la serie cada domingo? ¿Te revientan el teléfono los amigos con preguntas?

[Se ríe] Mis domingos por las noches eran muy tranquilos antes de la serie, ciertamente. Ahora espero que lleguen para ver nada más qué se le ocurre a Internet. Meterme a Twitter y poner el hashtag de la serie o el de alguno de los personajes es como una lotería. Nunca sabemos qué personaje o momento van a gustar más al espectador. Ver esa respuesta de manera inmediata en redes sociales ha hecho de mis fines de semana y de mis lunes una nueva rutina muy divertida. Qué lástima que vaya a acabar en algún momento. Yo feliz me aventaría un año entero [Ríe].

Con honestidad, ¿A ti te gustaba Luis Miguel? ¿Escuchabas su música?

Me gustaba muchísimo. Yo le dejé a seguir la pista como a finales de los años 90 cuando comenzó a sacar el cuarto disco de boleros. Eso porque me pareció que se había estancado ligeramente en un estilo. Pero, bueno, yo nací en 1982 y en mi infancia y adolescencia temprana Luis Miguel era lo que todos escuchábamos muchísmo. Por ponerte un ejemplo, yo he ido al Auditorio Nacional, que es donde da conciertos en México, cuatro veces. La primera vez cuando sacó el disco "Segundo Romance" y luego fui cada año de forma consecutiva y religiosamente. Yo soy muy fan de música. Me sé hasta las canciones más lamentables del disco "Busca una mujer"...

¿Cuál es tu favorita?

"Fría como el viento". Aunque "Culpable o no" se volvió tan popular tras la emisión del capítulo 4 de la serie que ya también...Pero sí, yo era muy fan de Luis Miguel y parte de ello fue lo que intenté traer al proyecto.

Luis Miguel, su música y todo lo que tiene que ver con él cuentan con la aceptación de públicos de todos los estratos en América Latina. Lo escucha quien tiene plata y quien no. ¿Pasa lo mismo en México o sucede tal vez lo que con Chespirito que parece ser más querido fuera de su país?

Con respecto a Chespirito, eso va a ser dependiendo con quién conversas. A los mexicanos a veces nos gusta hablar de manera despectiva de nuestra cultura pop, pero creo que si le preguntas al grueso de la población en México te diría que recuerdan con cariño a Chespirito. Ahora, en función de Luis Miguel, a mí me parece que lo que demuestra esta serie es que él y lo que representó en los años 80 y 90 tuvo un gran impacto en todos los estratos sociales mexicanos. Y lo sigue teniendo, ya ves como el hombre sigue llenando estadios ahora mismo. Él no es un cantante de palenque (espacios donde se desarrollan eventos populares) como Juan Gabriel, por ejemplo. Además, claro, basta ver al tipo. Es un ‘cuate’ que sale vestido de traje, elegantísimo, que canta en Las Vegas... Su música atraviesa demográficos. Le gusta al rico, al pobre y al que está en el medio.

¿Cómo llegas a formar parte del proyecto?

Carla González Vargas, la showrunner de la serie, el cerebro detrás de todo, lee una novela que escribí, "Fallas de Origen", que de hecho presenté hace algunos años en Lima. Esta tiene un universo más o menos similar a aquel en el que Luis Miguel y sus amigos se mueven a lo largo de la serie. Ella sabía que me interesaba escribir para televisión y me invita a formar parte del equipo. Fuimos seis escritores que durante cuatro meses trabajamos juntos. Luego cuando ya empezó la producción solo quedamos dos. Al final yo fui el único que estuvo en todas las etapas. Coescribí nueve de los 13 capítulos.

Desde tu punto de vista como guionista, ¿por qué la vida de Luis Miguel es una gran historia para contar?

Uffff…Yo diría que hay un elemento central, sin irnos muy lejos, que es también el de "La guerra de las galaxias", quizá el producto pop más exitoso que hay: la batalla entre un hijo y un padre. La batalla de un hijo por encontrar su identidad gracias, a pesar y contra la figura paterna. No estamos inventando el hilo negro. Esta es una historia que tiene sus raíces desde que el hombre comenzó a contra historias…

Con el gran plus que se trata de una historia de la vida real…

Así es. Exactamente. Sin lugar a dudas. Cuando nosotros empezamos a investigar la vida de Luis Miguel y a leer sus entrevistas no encontramos un solo año, un solo mes casi que no tuviera un elemento que no pudiéramos dramatizar. Es una vida llena de conflictos, de dramas…no sabíamos cuál elegir para poner en pantalla. Era demasiado.

Se ha dicho que el cantante se sentó con un grupo reducido de personas a narrarles pasajes de su vida. ¿Fuiste parte de él?

No, ninguno de los escritores estuvimos con él. Y está bien, nadie del equipo esperó que Luis Miguel nos invitara a su casa, se echára unas copas de vino con nosotros y nos platicara… Él sigue siendo un hombre muy hermético, muy celoso de su privacidad y me parece muy bien. Él se reunía con gente de muy arriba de la producción a hablar de su vida. Y luego nos llegaba la información. Además la serie está basada en un libro, en una biografía escrita por el periodista español Javier León Herrera. Ahora, cuando teníamos nosotros preguntas se las mandábamos a Luis Miguel para obtener respuestas por la misma vía.

¿Nunca lo conociste?

Pude hacerlo, es una historia tristísima. Me invitaron a conocerlo en las grabaciones del primer capítulo, cuando aparece su cameo en la discoteca el Baby’O de Acapulco. Pero yo tengo una hija muy chiquita que entonces tenía menos de un año. Se enfermó y no teníamos quién nos la cuidara y no pude ir.

¿Conocerlo hubiese influido en tu trabajo?

Esa es una buena pregunta. Cuando eso pasó yo seguía afinando cosas en la historia, entonces una parte chiquita de mí dijo: ‘qué bueno que no lo conocí porque tal vez sí hubiese contaminado la creación de él como personaje de una serie de televisión’. Pero una parte muy chiquitita, la otra parte grandota se arrepiente de no haberlo conocido.

¿Has tenido algún feedback de lo que a él le ha parecido la serie?

No, ninguno. Mi trabajo culminó y ahora me he dedicado a disfrutar el éxito de la serie.

Casi como un espectador más…

Sí, porque yo solo fui al set pocos días, entonces mucho de lo que estoy viendo es nuevo. Siendo el guionista espero cada domingo a que salga aquí en los Estados Unidos por Telemundo (En América Latina y España se ve por Netflix).

La pregunta del millón: qué es ficción y qué realidad. ¿Es correcto decir que los troncos de la historia son reales y ciertas situaciones son ficción necesarias para que se entienda todo en televisión?

Sí. La respuesta más auténtica que puedo darte es que cada vez que en el cuarto de escritores teníamos una duda, la idea no era inventarse algo automáticamente. Íbamos a las entrevistas, a los libros. La idea ha sido siempre partir de la realidad en toda la medida de lo posible. A mí me encanta que la gente corra a Youtube a contrastar datos pero, vaya, esto no es un documental. Están viendo a Diego Boneta interpretar a Luis Miguel y tiene elementos, como en The Crown (la serie basada en la vida de la reina Isabel II de Inglaterra, emitida también por Netflix), por ejemplo, que son ficción.

Ineludiblemente hay gente que cree que todo lo que se ve en la serie efectivamente ocurrió. Eso es algo que entonces no te ha preocupado…

Me parece que no es mi trabajo preocuparme por eso. A mí me contrataron para crear una serie que atrapara al público y ese tipo de repercusiones ya no tienen que ver con mi labor.

La serie coincide con el relanzamiento del cantante, con el disco "México por siempre" y la gira. ¿Ha sido esta concebida premeditadamente dentro del paquete para ponerlo de nuevo en la picota?

Acá te tengo que ser categórico. En ningún momento yo recibí un ‘memo’ de la producción diciéndome: “oye, tenemos que hacer que Luis Miguel se luzca porque es parte de este proceso de reivindicación y en la serie lo tenemos que dejar bien parado”. Mi trabajo con los productores ejecutivos de la serie siempre ha sido ver cómo hacer cada capítulo más interesante. El foco nunca estuvo en crear una especie de paquete que ayudara a Luis Miguel a relanzarse. El enfoque era sencillamente cómo hacer una buena serie de televisión.

Por otro lado, con la serie ocurre un fenómeno que hace mucho no se veía. El público corre de donde esté a la televisión o el teléfono para verla en el momento exacto en que se cuelga en la plataforma de streaming a pesar de poder hacerlo en cualquier otro momento. ¿Qué significa eso par ti?

Yo creo que esta experiencia será irrepetible en mi vida. Y te lo digo estando a la mitad de la experiencia. Siento que viajé al futuro, vi lo que me queda de carrera y ya me di cuenta de que esto no va a volver a ocurrir jamás. Yo, evidentemente, no me puedo colgar más que un granito de arena de crédito. Esto es una suma de fuerzas como en todo producto televisivo cinematográfico. Pero yo estoy feliz. Siempre supuse que la serie tendría cierta repercusión entre sus fans, pero de ahí a pensar que iba a dominar las tendencias y las redes sociales... No me esperaba algo de este tamaño...

Ni los memes, las piñatas, las camisetas…

Nada. Como todo fenómeno televisivo de los últimos años, la serie tiene una vida dentro de la pantalla y otra fuera. Tienes la experiencia íntima de ver la serie y luego la experiencia de compartir en comunidad memes, la noticia de la piñata… Yo estoy alucinado.

El capítulo 7, el de anoche, ha dejado a América Latina en shock.

Ha sido una bomba. El capítulo 7 no lo escribí yo, pero creo que este y el número 13 son los más importantes de la serie. El de anoche fue crucial porque marca un cambio en toda la serie. Hay un Luis Miguel antes y después de ese momento. Hay un Luisito Rey antes y después de ese momento. Cambian algunas locaciones, entran nuevos personajes al relato. A partir de ahora la serie dará un vuelco y se transformará en situaciones que me parecen son muy interesantes.

¿Vamos a ver al cantante más o menos como lo tenemos en la cabeza hoy durante esta segunda mitad?

Sí, el chiste es acercar al personaje a lo que más o menos conocemos o tenemos en la mente de él en estos días. Más o menos porque la serie no va a acabar con Luis Miguel de 48 años… Toda la primera temporada traza la transformación de un chico inocente a … otra cosa. Y como ese hombre controlador que es Luisito Rey se transforma a …. otra cosa. Ambos personajes, tanto el padre como el hijo cambian muchísimo a lo largo de los 13 capítulos y el punto de inflexión de ese cambio es justamente el capítulo que hemos visto ayer. Los últimos diez minutos del capítulo de ayer, para mí, han sido maravillosos.

¿Es verdad que ya se confirmó una segunda temporada?

No lo sé, yo estoy al margen de esas decisiones. Ojalá. Yo estaría encantando de formar parte definitivamente.//

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