Alto Perú: el proyecto social que promueve el deporte en niños y adolescentes al pie del Morro Solar

Lima se está comiendo al Morro Solar. Es lo que me dice Diego Villarán, surfista e impulsor del proyecto Alto Perú, cuando le pregunto por la masiva invasión de hace unos días en una zona intangible de la popular colina limeña, cerca de la playa ‘La Chira’. “Esto no es de ahora. Con el transcurrir de los años, poco a poco, se han estado poblando varias zonas aledañas al morro. Lo que ha pasado, en realidad, ocurre hace mucho, pero nadie hace nada”, comenta Diego sobre el desamparo con el que las autoridades municipales tratan esta zona emblemática de la ciudad.

Alto Perú es el asentamiento más antiguo del Morro Solar. Aquí confluyen viviendas de la época de la colonia abandonadas con casas en estado precario y una sensación de inseguridad constante que se genera por la venta de droga, lo cual aísla a este barrio como una zona roja para el resto de Chorrillos.

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Ante esa problemática, en lo últimos tiempos han surgido una serie de movimientos ciudadanos para revalorar el entorno del Morro Solar. Hace quince años, Diego Villarán tuvo la idea de crear una escuela de surf gratuita para niños y niñas del barrio de Alto Perú en situación de riesgo social. El objetivo, dice, es generar una conexión entre las personas y la naturaleza, a modo terapia o escape de situaciones de violencia.

“Todo empezó con un grupo de niños que querían surfear. Luego se sumaron otros niños, vecinos y un pedido para mejorar su barrio. Para responder a esa iniciativa, se fue armando un grupo humano enfocado en hacer las cosas bien, con un propósito claro y el máximo compromiso”, cuenta Diego. “Siempre tuvimos como foco crear espacios saludables, donde los niños y niñas puedan jugar y desarrollar habilidades como la confianza y la empatía”, añade.

Desde entonces, cerca de cien chicos reciben clases de surf cada año. Luego, de la mano de Víctor Ccanto, se inició la práctica de muay thai, quien llegó con toda la selección nacional de este deporte para dar clases gratuitas en la placita de Alto Perú. “Teniendo una escuela de surf y una de muay thai, confirmamos desde distintas perspectivas el poder del deporte para facilitar cambios importantes en las personas, específicamente en los niños. De esta forma, consolidamos el programa de deporte para el desarrollo”.

Con el proyecto, además, empezaron a organizar el Festival Cultural Alto Perú el 2011, abriendo las puertas del barrio a la ciudad para ofrecer actividades culturales durante un día. “La idea era que los vecinos se sientan anfitriones orgullosos. Que gente de otros barrios pueda conocer un barrio tan hermoso como el nuestro, que todos bailemos y juguemos en el espacio público sin miedos, que todos compartamos”.

Pero la llegada de la pandemia cambió la dinámica en Alto Perú. Los vecinos, adultos y niños, se recluyeron en sus casas para protegerse del coronavirus y se dejaron de lado las actividades culturales y deportivas. Con el transcurrir de los meses, poco a poco, han retomado la práctica del surf y muay thai, pero con restricciones. “Nuestro enfoque no es competitivo, sino terapéutico. Entonces, tenemos un problema porque las autoridades no nos dejan dar clases de surf en un espacio libre, a pesar de contar grupos pequeños, cuando muchas veces vemos aglomeraciones de personas incluso en la misma playa”, cuenta Diego.

Hoy, a pesar de las circunstancias, en Alto Perú buscan seguir adelante. En todo este tiempo han podido continuar con su labor gracias a fondos que llegan desde el extranjero, pero cualquier persona puede sumarse a esta iniciativa y colaborar con ellos a través de su página web https://www.altoperu.org/. //

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