Para los vecinos de Lince, el historial de abusos contra el Parque Ramón Castilla los obliga a vivir siempre en un estado de alerta. Ellos ya se han habituado a mapear las ordenanzas municipales que salen, las órdenes de contratación y los expedientes ejecutivos, ante los silenciosos intentos de distintas gestiones municipales de querer alterar la integridad de uno de los pocos pulmones verdes que existen en la ciudad. Hace seis años una absurda norma quiso impedir que los jóvenes usaran el Castilla para reunirse. Fue la fuerza organizada de los vecinos, que llegó hasta el mismo Tribunal Constitucional, lo que hizo que la disposición fuese derogada.
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El Parque Castilla se creó en 1953 y se convirtió en un oasis verde incrustado en una ciudad en expansión. El concreto lo rodeaba, pero pronto, para sorpresa de muchos, este empezó a invadirlo. Si se ve desde arriba se puede notar cómo se ha alterado su forma, con más construcciones donde antes había pasto y árboles. “Todo esto era verde antes. Yo hice el esfuerzo de mudarme acá hace 30 años para que mis hijos tuvieran un lugar natural donde jugar”, cuenta Emperatriz Banda, de 65 años, contadora retirada y vecina del lugar.
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Ahí donde jugaban sus hijos solo hay cemento: se creó hace años un proyecto de restaurante que nunca funcionó y que hoy alberga en su primer piso una biblioteca infantil. También hay una laguna artificial que desde su polémica creación, hace 15 años, ha sido buena pero para atraer zancudos. También está la piscina, que está concesionada.
En lugar de estar descansando en su casa, la señora Banda camina por estos días por el parque con un cartel en las manos. “No a la planta valorizada de residuos sólidos” se lee en él. Ella forma parte de un grupo de vecinos que se oponen al controvertido intento de la comuna linceña de construir una planta de ese tipo al interior del vivero del parque. El punto de discordia máximo es la colocación de un horno de pirólisis, que desintegra la materia orgánica a temperaturas que pueden llegar a los 500 grados. Este estaba contemplado en el proyecto original, y fue el motivo por el que los vecinos salieron a protestar, previo cruce de cartas con autoridades ambientales y municipales. El cruce de papeles todavía no termina.
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Desde que empezaron las protestas, la municipalidad de Lince ha expresado su posición en comunicados públicos. Dicen que las versiones de los vecinos son “inexactas y tendenciosas” y que cuentan con permisos. Aseguran que ya no se procederá con el horno de pirólisis, pero sí con las otras partes del proyecto, como la planta de compostaje de 200 m2 . La arquitecta Nelly Sevillano, que es vecina del lugar, se pregunta cómo se va a hacer eso si el proyecto ya está adjudicado (Consorcio Rio Branco) y su presupuesto, aprobado. Cómo harán para deducir de este la parte que ya no se llevaría a cabo. Suena a cuento, dice, como sucedió con la construcción de cisternas que iban a estar escondidas bajo tierra y, sin embargo, sobresalen al día de hoy como grandes moles sobre el césped.
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Para la abogada Clara Chiesa, lo que está sucediendo no sería legal. Dice que el Castilla tiene la categoría de “Área de Reserva Ambiental”, confirmada desde el 2010, lo que da un estatus de protección. La inclusión de una planta de valorización de residuos sólidos, con o sin horno, estaría violando el Artículo 104 del Reglamento de la Ley de la Gestión Integral de Residuos Sólidos, que indica que plantas así no deben ubicarse en zona recreacional, zona comercial ni zona residencial. “El Área de Reserva Ambiental Parque Ramón Castilla, de conformidad con la Ordenanza 1017- MML, es Zona de Recreación Pública, dentro de una Zona Residencial”.
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Si bien hay un acuerdo firmado con algunos vecinos, ellos exigen que el desistimiento del horno sea más claro. La señora Banda y los que protestan no son descreídos del compostaje. Saben que es importante, pero exigen que se haga lejos, de acuerdo con la ley. Piden que se deje de “quemar presupuestos” y que se aborden los verdaderos problemas que tienen, como la inseguridad, el riego y el cuidado de sus árboles. //