Tiburón (1976).
Tiburón (1976).
Oscar García

TIBURÓN (1976)
En 1975, Steven Spielberg desató una histeria colectiva entre los bañistas del mundo, y entre los jefes de los estudios de Hollywood también, con el estreno de Tiburón, su segunda película, cuyo caótico rodaje, lo ha dicho varias veces, casi lo vuelve loco. Fue una tarea titánica para un novel director eso de estar enfrentado a la tarea de filmar una película en el mismo mar (la locación fue la isla de Martha’s Vineyard, en Massachusetts). Su impericia y los tiburones mecánicos que nunca funcionaron llevaron a duplicar el presupuesto y triplicar los días de filmación, para auténtica furia del estudio. El resultado hizo valer el esfuerzo. La lista de cosas que cambiaron luego de su estreno es impresionante: a la cinta se le considera oficialmente el primer blockbuster, la que inauguró la costumbre de los grandes estrenos de verano (antes, los estudios apostaban sus mejores fichas a la temporada navideña). No había cómo estrenar en otra época del año si la película trataba sobre un enorme escualo que amenazaba la tranquilidad de unos veraneantes y la economía de un pequeño pueblo que vivía del turismo estacional. Tan influyente fue que, 40 años después, todavía se filman películas sobre tiburones gigantes que se ‘devoran’ la taquilla.

DE AQUÍ A LA ETERNIDAD (1953)
Los amantes salen de la playa, mojados de agua y de deseo. Ella se acuesta sobre la arena y él la contempla unos segundos, antes de arrodillarse y estamparle un tremendo ósculo. Pocos besos en la historia del cine han provocado más comentarios que el que se dieron Burt Lancaster y Deborah Kerr en la mítica escena de playa de De aquí a la eternidad. El intercambio salival en esta historia sobre el ataque a Pearl Harbour no figuraba en el guion original, pero el director Fred Zinnemann creyó que era prudente atizarle más carga erótica a los personajes, imbuidos de por sí en una pasión adúltera. En algunos países, el metraje en cuestión fue cortado por la censura. A ojos actuales, la escena no pasa de un simple beso si se lo compara con algún arrumaco que se puede ver en una playa cualquiera. La locación fue Hanola Beach Cove, en Oahu (Hawái) y, aunque en pantalla se ve idílica, es en verdad un mar traicionero. Se llega bordeando rocas y hasta los surfers, esas almas intrépidas, se la piensan dos veces antes de llegar con sus tablas hasta allá.

EL PLANETA DE LOS SIMIOS (1967)
En el mar la vida no siempre es más sabrosa. De eso puede dar perfecta cuenta el astronauta Taylor (Charlton Heston), en el amargo final de El Planeta de los simios. Desoyendo las advertencias del Dr. Zaius, el orangután parlante, el protagonista descubre ahí, al borde del océano, que la esperanza de volver a su mundo ha culminado de la peor manera. La escena fue rodada en Zuma Beach, Malibú. La Estatua de la Libertad se añadió por obvios propósitos dramáticos.

LA LAGUNA AZUL (1980)
En un telón de fondo tan paradisíaco que invoca al llanto, dos jóvenes náufragos crecen juntos y experimentan los primeros escozores sexuales, así como los avatares que conlleva estar enamorado. La película, interpretada por la joven Brooke Shields y Christopher Atkins, causó mejor impresión por su extraordinaria fotografía, a cargo del genio Nestor Almendros, poeta y predicador en el uso de la luz natural en las películas. Fue filmada en Jamaica, las islas Fiyi y Turquía.

JAMES BOND CONTRA EL DR. NO (1962)
Bastó una escena, esa en que sale del mar cual Afrodita en el cuadro de Botticelli, para convertir a la suiza Ursula Andress en la más icónica de las chicas Bond. La imborrable estampa, filmada en la playa Laughing Water, de Jamaica, fue homenajeada años después por la actriz Halle Berry, en otra película de Bond, mucho menos emblemática que esta.

ROGUE ONE: UNA HISTORIA DE STAR WARS (2016)
Hace mucho tiempo, en un galaxia cinematográfica muy, muy lejana, las películas de Star Wars se rodaban en desiertos, en parajes nevados y en bosques, pero nunca en una playa. Hubo que esperar al 2016, con el estreno de Rogue One, para ver una descomunal batalla entre el Imperio Galáctico y las fuerzas rebeldes en un ambiente digno de folleto turístico de verano. La locación fueron las islas Maldivas, en el océano Índico.

ROMA (2018)
El impresionante drama de Alfonso Cuarón, que reconstruye con fidelidad el México de 1971 basado en sus recuerdos de niño, tiene una de sus escenas más épicas al borde del mar. “Las playas de Veracruz están bien feas”, dice un personaje hacia la mitad de la cinta, y su comentario se revelaría profético. La escena es una proeza técnica que incluye varios insertos digitales tan bien hechos que no se advierten.

LA PLAYA (1999)
Esta película de Danny Boyle –con Leonardo DiCaprio como un viajero que vive una peligrosa aventura en una comunidad secreta de Tailandia– puso a la playa Maya Bay en la mira de hordas de turistas. Este año las autoridades de la isla de Phi Phi Leh cerraron de forma indefinida el lugar, por los daños causados por los humanos al ecosistema de corales.

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