La idea nació hace dos años en la hoy Escuela de Educación Superior Toulouse Lautrec, mientras buscaban causas en las que se podrían y deberían enfocar los trabajos de sus alumnos. Cada año, por lo menos 300 niños llegan con graves quemaduras al Instituto Nacional de Salud del Niño San Borja, y pensar en ello y en la larga recuperación por la que tiene que pasar la mayoría de estos pequeños, conmovió mucho en la Toulouse Lautrec. ¿Cómo se podría ayudar a que la recuperación de estos pacientitos, que además de sobreponerse al dolor deben dejar por un tiempo actividades tan naturales para un niño como correr y jugar a sus anchas, sea menos dolorosa y menos tediosa?
Después de cuatro meses de pruebas e investigaciones, finalmente se consiguió desarrollar Pijamas felices, una prenda especial para los niños con quemaduras, hecha con tecnología innovadora que favorece la cicatrización de las heridas mientras ayuda a prevenir algunas infecciones por hongos y bacterias durante el tratamiento. Esto se logra gracias a que la prenda está elaborada en percal de algodón pima orgánico con 3% de fibra de cobre. Esta fibra es antibacterial y ya se utiliza para fines médicos.
Pero además de que el pijama fue diseñado especialmente para ser fácil de colocar (posee broches en las anchas mangas y espalda para mayor comodidad de los niños), tiene hermosos estampados lúdicos hechos con tintes semi ecológicos. Y la cajita que sirve de empaque es a la vez una máscara de conejito con visor 3D, lo que le permite a los pequeños pacientes jugar con sus propias prendas.
Los estudiantes que participaron en la elaboración de las prendas son Ariadna Dionicio, Jean Gamero, Merly Yarleque, Michelle Carbajal y Sami Luciano, estudiantes de la carrera de Diseño y Gestión de Moda; Julio Manrique de Diseño de Producto, y Christian Díaz de la Dirección y Diseño Gráfico de Toulouse Lautrec.
“En compañía de la organización Juguete Pendiente, el 5 de diciembre hicimos una primera entrega de 36 prendas y este último jueves hemos entregado otro paquete de pijamas a niños de tres a cinco años del hospital del Niño de San Borja. Ya desde las pruebas hemos visto que los niños desempacan la cajita y se colocan la pijama, pero luego vuelven por la caja nuevamente, para jugar con ella. La idea es que al ponerse el visor 3D sientan que tienen una suerte de poder especial”, cuenta Christian Díaz.
Cada una de las prendas ha sido hecha en los propios talleres de costura o empaque de la Toulouse Lautrec. “Ahora necesitamos el apoyo de la empresa privada para poder comprar mas materiales para elaborar prendas para mas niños”, finaliza Díaz.