¿Beber o no beber? Si te ofrecen una cerveza en una botella de plástico, ¿qué harías?
Hasta ahora esa no era una posibilidad muy común, pero la industria cervecera parece haber conseguido algo que podría cambiar dramáticamente el consumo de este producto.
La cerveza en botellas de plástico harán su entrada a gran escala de la mano de una de las grandes marcas mundiales: la japonesa Kirin.
Según un anuncio hecho por Mitsubishi Plastics la empresa logró un acuerdo con la cervecera japonesa para proveerles de botellas en formato de un litro.
Un vocero de la compañía le comentó a "The Wall Street Journal" que el formato también estaría a disposición de los productores de cerveza artesanales, lo cual puede potenciar el crecimiento de este segmento de la industria.
Los experimentos con botellas de plástico no son nuevos en este sector, pero a pesar de los beneficios de este tipo de envases, también suponen riesgos para el elaborado y delicado sabor de la cerveza.
Experiencias previas
En Japón las botellas de plástico han estado en uso desde el 2010 en vinos, pero esta sería la primera vez que una cervecera mundial se atreve a dar el paso a nivel internacional.
Tres años atrás, Heineken se había anotado un logro importante cuando se acogió a los lineamientos del Comité Organizador de los Juegos Olímpicos de Londres 2012, que exigían utilizar productos lo más sustentables posibles.
En esa oportunidad lanzó una edición especial de cerveza embotellada en polietileno tereftalato (o PET, por sus siglas en inglés).
La botella era de 330 mililitros y repetía el diseño y el color de la botella tradicional de vidrio de la empresa.
En total, según el reporte de sustentabilidad de la empresa holandesa, se sirvieron unas 1.6 millones de cervezas Heineken en botellas PET, las que posteriormente fueron recicladas para la producción de fibras de poliéster.
Pero más allá de las razones ambientales, la razón fundamental tenía que ver con la seguridad, que siempre ha sido una preocupación cuando se expenden productos en envases de vidrio o aluminio durante eventos de grandes magnitudes.
Por ello, los envases de plástico han estado sobre la mesa para la industria cervecera desde hace tiempo.
No obstante, la balanza siempre se había inclinado en su contra por un tema vital. ¿Cómo proteger el sabor?
Por qué no
Las botellas de plástico son más ligeras y duraderas que las de vidrio.
Sin embargo, el plástico no impide que permeen gases como oxígeno y dióxido de carbono, lo cual impacta directamente el sabor que tiene la cerveza.
En otras palabras, tu cerveza se puede quedar sin gas antes de que llegues a destaparla, porque el dióxido de carbono que contiene la bebida y la hace efervescente se escapará más fácilmente que en un empaque de vidrio o metal.
El vidrio también ofrece un beneficio adicional: genera un sabor neutro, dado que químicamente no interactúa con el líquido.
En cambio, el PET sí incide sobre el sabor.
Por ejemplo, en condiciones normales de almacenamiento los líquidos embotellados con PET adquieren un nivel no riesgoso de antimonio, un químico utilizado para formar el plástico.
Pero, si la temperatura se incrementa, también lo hará el antimonio en tu bebida, lo cual puede producir irritación de los ojos y los pulmones, y causar problemas respiratorios, del corazón y del estómago.
Las latas de aluminio tienen en su interior un recubrimiento especial para evitar que el aluminio pase a la bebida.
Otro obstáculo: el color
La otra razón por la cual el plástico no se ha consolidado es por el color. Productos como la cerveza requieren de colores opacos que impidan que la luz del sol afecte la composición de la bebida.
Aunque es posible crear botellas plásticas con el mismo color que las de vidrio, se tendría un problema posterior en el proceso de reciclaje.
El color ámbar de la botella de PET, combinada con las capas adicionales necesarias para proteger la bebida, harían más complicado el proceso de reciclaje que las botellas transparentes que utilizan las bebidas gaseosas.
El otro reto para el PET se encuentra en el propio proceso de elaboración de la cerveza.
Una vez envasada, la cerveza pasa por una etapa de pasteurización, sometidas a agua a altas temperatura para calentar el líquido y así matar cualquier microbacteria que pueda haber sobrevivido al proceso de destilación.
El vidrio y las latas de aluminio pueden pasar sin problemas esta fase, pero las botellas de PET requieren un fortalecimiento que incrementa, a su vez, los riesgos mencionados anteriormente.
Frente a esto, la botella que utilizará Kirin contará con una cubierta especial que le permitirá proteger el contenido de los efectos del medio ambiente.
Adicionalmente, los primeros cargamentos serán distribuidos en paquetes sellados para evitar el efecto del medio ambiente durante el proceso de distribución.