Una observación muy común es que al envejecer, algunos adultos mayores “se secan”, es decir se adelgazan y pierden masa muscular. Ese fenómeno de disminución de masa y fuerza muscular, llamado sarcopenia (‘sarco’ significa músculo y ‘penia’ disminución), es un fenómeno previsible que merece una atención muy especial.
Empezando a los 40 años y de manera natural, el ser humano va perdiendo la cantidad de músculo que tiene y a los ochenta ya ha perdido la mitad de su masa muscular. Lamentablemente, debido a que en las consultas médicas no se miden usualmente los elementos que ayudan a evaluarla -fuerza del apretón de manos, velocidad al caminar y masa muscular- no existen estudios acerca de su frecuencia en la comunidad. Al no conocerse su verdadera frecuencia, es difícil entonces establecer un plan de acción para enfrentarlo y estudiarlo.
No se saben las causas de la sarcopenia, aunque se piensa que factores relacionados al medio ambiente, especialmente la nutrición y la actividad física, son importantes en su desarrollo. Pero además de esas causas obvias, que tienen que ver con la formación de masa muscular nueva y saludable, se ha visto que ciertos procesos inflamatorios y la disminución de las conexiones entre los nervios y los músculos por consecuencia de la edad, podrían contribuir a su desarrollo. Se ha visto también que cierto tipo de células musculares, llamadas células satélite –que representan las células de reserva de los músculos y de las cuales se formarán las células musculares nuevas- disminuyen con la edad. Más si se trata de adultos mayores.
De tal modo que si una persona no se alimenta bien, no ejercita los músculos y además tiene pérdida de las células que originan nueva masa muscular, tendrá mas posibilidades de desarrollar sarcopenia.
Si quieres saber más sobre este interesante tema, sigue leyendo el más reciente post del blog Cuida tu salud del doctor Elmer Huerta.