A 182 km de Lima se encuentra el Valle de Supe, Barranca, tierra en la que se estableció la civilización Caral (3.000 – 1800 a.C.), la más antigua de América y una de las pioneras en el mundo, y hace 25 años, en el mes de octubre, iniciaron sus primeras exploraciones de la mano de la arqueóloga y educadora Ruth Shady.
Según los expertos, la influencia de Caral es mayor de lo que se creía, estando presente en culturas como la Inca, Nasca o Chachapoyas, estas aparecidas miles de años después.
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En ese sentido, la Zona Arqueológica de Caral, organismo oficial del Ministerio de Cultura, realizó el pasado 25 y 26 de octubre una serie de actividades por el aniversario 25 del inicio de exploración de dicha civilización. Entre ellas tuvimos la iluminación de la ciudadela sagrada (que se realiza una vez al año), un pago a la tierra y un festival artístico.
Durante el primer día, a partir de las 6:00 p.m., la Zona de Caral se iluminó por completo, en un espectáculo que incluyó luces en los diferentes edificios piramidales, así como velas que alumbraron los senderos. Luego, se encendió el “Altar del Fuego Sagrado” para dar paso al tradicional pago a la tierra.
Mientras tanto, el público asistente fue testigo de una obra teatral que recreó parte de la historia del recinto y el choque cultural entre los pueblos de Caral, Áspero y Vichama.
En el segundo día, hubo danzas típicas de todo el Perú, caballos de paso, un recital y otros shows culturales, los cuales fueron presenciados por el grupo de arqueólogos responsables de Caral, encabezado por Ruth Shady.
Para comprender la importancia social, cultural e histórica de Caral hay que hacer memoria. Esta civilización se ubicó en el valle de Supe, en Barranca, a 182 km de la ciudad de Lima (aproximadamente a 4 horas de viaje en carro) y su periodo de existencia se calcula que fue del año 3.000 al 1.800 a.C., hace más de 5.000 años.
Asimismo, en la zona, también se encontraron otras sociedades que pertenecieron a la civilización de Caral. Acerca de este punto, Plinio Guillén, arqueólogo encargado de la Sede Caral, dijo a El Comercio que en total se han descubierto a través de los años 25 sitios arqueológicos, todos contemporáneos a Caral.
“Estos sitios formaron parte del proceso civilizatorio de Caral; hablamos de 1.000 años de continuidad en los que se fueron desarrollando. Además, se ha encontrado evidencia de material traído de la selva, sierra o, incluso, conchas exclusivas de la costa de Ecuador que habrían sido traídas por medio de una red de intercambios hasta la zona”, afirmó Guillén.
A pesar de la existencia de otros pueblos, a estos no se les considera como civilizaciones, por sus limitaciones a nivel organizativo o estructural. Temas en los que sí destaca Caral. Por ejemplo, Guillén adelanta que hubo una jerarquía en la organización de la sociedad, mientras que los avances arquitectónicos y tecnológicos se dejan ver cuando se visita este complejo. Solo el templo mayor posee cerca de 30 metros de altura.
Acerca de la estructura social, “la jerarquía ha tenido que existir, porque hablamos de una civilización que tenía que controlar a gente que planifique, construya, ordene. Luego, ¿las actividades y usos de estos espacios para quiénes estaban dirigidos? Para los dioses. Estamos hablando de un aspecto religioso, todo esto ha implicado una jerarquía... Autoridades que han debido de haber existido”, aseguró el arqueólogo peruano.
Entre tanto, la sociedad de Caral habría sido liderada por líder conocido como El Señor de Caral, este rol también podría haber sido tomado por las mujeres de la comunidad.
A futuro, Guillén aclara que uno de los principales objetivos en temas de investigación es encontrar un cementerio, el cual no han podido hallar después de 25 años de exploración. Localizar este establecimiento ayudaría a rastrear más información sobre la dieta de los caralinos, así como sus enfermedades típicas y sus estilos de vida.
Por otro lado, uno de los puntos más notorios y destacables de la civilización de Caral es su arquitectura. Para los expertos, esta se alejó de la improvisación, sino que tuvo especialistas dedicándose a la construcción.
“En el distrito El Molino, se encontró una maqueta a escala de estos edificios piramidales, incluso con las plazas circulares y ordenada de acuerdo de a la distribución espacial, estamos entendiendo cómo era este proceso de la arquitectura de Caral que no era una cosa improvisada”, explicó Guillén.
Por otra parte, es importante destacar la modernidad de la sociedad de Caral: fue una civilización en la que los hombres y mujeres vivían sin diferencias, ambos tenían las mismas opciones de acceder a cargos sociales y políticos altos. En adición, mantuvieron la armonía con la naturaleza, a la que adoraban como a sus deidades principales.
En esa línea, Ruth Shady, arqueóloga peruana responsable de las investigaciones de la civilización, declaró: “[Caral] Era una sociedad organizada que tuvo la visión de vivir en armonía con la naturaleza y de contar con equidad de género. Así como producir conocimiento y aplicar tecnología que diera solución a los problemas".
"Hubo especialistas desde que se formó esta civilización. Lo más interesante es que se relacionaron con otras sociedades de diferentes culturas en condiciones de paz; estamos trabajando en 12 centros urbanos y ninguno de ellos tiene muros defensivos o murallas, ni armas”, agregó la investigadora peruana.
A su vez, la doctora Shady se pronunció sobre el aniversario de Caral: “Los 25 años que hemos trabajado han sido con perseverancia, tratando de seguir el ejemplo de la civilización Caral de superar problemas que los tenemos hasta ahora”.
Caral, al ser la primera civilización de América y del Perú, cuenta con algunos elementos que se han repetido en otras culturas a lo largo de los años.
Por ejemplo, podemos ver la influencia en la sociedad Inca, a través de los quipus, el sistema de registro de información de más antigüedad en nuestro país, o de las plataformas escalonadas, en el ámbito arquitectónico. Luego, también se ven rastros de Caral en Nasca, mediante los geoglifos espirales vistos en la civilización del valle de Supe. Otro detalle es que los Chachapoya tuvieron unos ornamentos en sus estructuras de gran similitud a los Caral.
De acuerdo a la doctora Shady y al arqueólogo Guillén, el idioma que se habló en Caral fue una versión pro-proto quechua, la que con el pasar de los años terminó siendo el quechua que se conoce.
Para la arqueóloga, si bien Caral fue la primera civilización en el Perú y en América, no debemos ignorar todo el desarrollo que llegó después con las diferentes culturas. “Caral fue lo más antiguo, sí, pero también hubo desarrollo en el norte, centro, sur. Tenemos la cultura Moche, en Trujillo; Chimú, en Lambayeque; Wari, en Ayacucho. Pero nos falta investigación para saber cómo se manejó el territorio y por qué tuvimos los desarrollos en cada parte del Perú”.
Entre tanto, Shady sostuvo: "En el país no se reconoce la importancia que tiene la investigación sobre patrimonio arqueológico. Hace unos años hicimos toda la gestión en el Congreso para ser un organismo público descentralizado, con el fin de tener más facilidades en el trabajo que hacemos. Nos aprobó el congreso, pero el presidente de entonces no lo quiso firmar”, afirmó Shady.
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