(Foto: Pixabay)
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Redacción EC

Un de 240 metros de diámetro se acerca a la Tierra y la posibilidad de que impacte contra la superficie se incrementa cada vez más. Ese fue el con el que trabajaron decenas de científicos reunidos en la sexta Conferencia sobre Defensa Planetaria de la Academia Internacional de Astronáutica (IAA).

Esta simulación se hizo porque el consenso de esta entidad es que el peligro de que un asteroide choque contra la nuestro planeta es real y por ello se deben evaluar posibles escenarios de impacto, además de seguir monitoreando a todos los objetos que orbitan en el Sistema Solar.

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Los expertos analizaron un escenario en el cual un asteroide llamado 2019 PDC fuera observado a unos a unos 56 millones de kilómetros de la Tierra -una distancia corta en términos astronómicos- y viajara hacia la Tierra a unos 50.000 kilómetros por hora. La fecha (supuesta) de impacto sería 29 de abril de 2027.

Los científicos tendrían, en este hipotético caso, ocho años para elaborar un plan para evitar que este objeto espacial cause daños en nuestro planeta.

En este análisis, los investigadores concluyeron que esta roca gigantesca impactaría con un poder equivalente a 500 megatones, unas 10 veces más potente que el arma nuclear más poderosa de la Tierra.

Representación de la hipotética trayectoria del asteroide. (Imagen: NASA)
Representación de la hipotética trayectoria del asteroide. (Imagen: NASA)

2019 PDC tendría la capacidad de destruir por completo una ciudad como Denver, que tiene una área urbana de 400 kilómetros cuadrados y 680 mil habitantes.

Las estimaciones indican que ante un eventual suceso de este tipo, se debería evacuar unas dos millones de personas en la zona de impacto

Un informe de The Wall Street Journal (WSJ), que recoge las conclusiones de la conferencia, afirma que, aunque se trata de un simulacro, estos datos son alarmantes porque aún hoy los países no cuentan con un plan de acción conjunto al respecto.

¿Cómo evitar que un asteroide impacte?

Los científicos reunidos en la conferencia concluyeron que el mejor modo de afrontar este reto sería usar "naves de impacto cinético", que no usen ojivas nucleares ni tengan tripulación.

"Muchos científicos argumentan que el modo más efectivo de gestionar la amenaza de un asteroide pequeño sería enviar una nave espacial no tripulada armada con un dispositivo explosivo", indica el medio.

Esta tecnología, a diferencia de lo que se ve en las películas de ciencia ficción, consiste en 'bombardear' el asteroide con grandes bloques de metal para desintegrarlo.

El objetivo sería cambiar su curso y reducir su velocidad, de modo que su órbita, en teoría, ya no colisione con la Tierra y el asteroide siga su camino por el espacio.

En las tres simulaciones realizadas por las diversas agencias espaciales del mundo durante la conferencia de la IAA, se logró evitar el impacto dos veces; pero en un tercer hipotético caso, un gran pedazo del asteroide fue liberado con una trayectoria de impacto hacia Nueva York, lo cual activaría las alarmas de evacuación en una nueva zona del mundo no prevista.

Los científicos de la IAA consideran que la posibilidad de que un asteroide con la capacidad de destruir toda la humanidad impacte en la Tierra en el futuro cercano es muy baja. Las probabilidades son de una en cada 100 mil años.

Afirman que nuestros esfuerzos deben estar puestos en los asteroides medianos (más de 140 metros), los conocidos como 'potencialmente peligrosos'. 

"Unos 2.000 asteroides (de los 20.000 que se vigilan) se clasificaron como potencialmente peligrosos: asteroides lo suficientemente grandes como para causar destrucción local", afirma el WSJ.

De este modo, los gobiernos deben destinar recursos suficientes para esta tarea, pues los objetos espaciales tienen la capacidad de poder cambiar su curso y la tecnología actual aún no permite identificar a todos los asteroides cercanos.

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